Ñirihuau comienza a cambiar su perfil rural con los nuevos loteos
En los años últimos hay un crecimiento por el arribo de familias que compran en esa zona de Dina Huapi, seducidos por el entorno natural, la tranquilidad y la seguridad. Muchos llegan procedentes de Bariloche.
La estepa patagónica tiene un encanto único. Y cuando ese paisaje tiene la Cordillera de los Andes y el lago Nahuel Huapi en el horizonte, el cuadro es perfecto. Ñirihuau tiene esa hermosa combinación. Por eso, Martín Sabattini eligió mudarse en 2016 a ese espacio atraído por su belleza natural. Además, buscaba tranquilidad. Alejarse del vertiginoso movimiento de Bariloche, distante a menos de 25 kilómetros.
“Compramos en 2015 y en 2016 teníamos la casa hecha con mi esposa”, cuenta Sabattini. Su hijo, Mateo, nació cuando vivían en Ñirihuau. Cuando llegaron no había caminos, solo huellas. Tampoco luz, ni agua potable. Pobladores a caballo eran una imagen cotidiana.
Soy la primera compradora en este sector. Y apostamos al lugar porque nos encanta”,
Raquel Cárdenas Hidalgo
Raquel Cárdenas Hidalgo y su esposo, Luis Mansilla, compraron hace una década un lote. No había nadie en ese sector de Ñirihuau, que forma parte del ejido municipal de Dina Huapi. Construyeron un quincho, para compartir asados con familiares y amigos. Hace tres años resolvieron mudarse. Transformaron el quincho en una vivienda. A pocos metros de su terreno, emerge la ladera sur del cerro León como una pared de piedra indómita.
Entorno natural
Raquel relata que cuando recorrió la zona, para acordar la compra del lote, el cerro León la impacto. “Lo vi tan imponente que me agarró como una emoción y dije: “¡yo quiero vivir en este lugar!”, recuerda.
Mansilla advierte algunos detalles. Dice que todavía se depende mucho de Bariloche. No hay sala de primeros auxilios, ni farmacias de turno en Dina Huapi. “El año pasado, con la pandemia la sufrimos cuando cerraron todo, porque la Policía no te dejaba pasar a Bariloche porque es otro municipio”, señala.
Para Raquel, esos contratiempos se compensan ampliamente con tener el privilegio de observar los atardeceres, cuando el cielo se pone naranja y la luna llena “está acá nomás que parece colgada del cerro”. “Es otro mundo, te calma la mente”, sostiene.
Andrés Bartomeo llegó en enero de 2019. Cuenta que un primo buscaba un terreno y le propuso comprar a medias, en Ñirihuau. El lugar lo tiene fascinado.
Cuando no había luz, ni alumbrado público, las noches eran hermosas. Veíamos Bariloche y la Cordillera de los Andes iluminada por el resplandor de Bariloche”.
Martín Sabattini
“La tranquilidad que tienen los nenes acá, no la tienen en Bariloche. La seguridad”, destaca, mientras camina por la calle de tierra Viejo Molino, con sus dos hijos que concurren a la escuela primaria 190 de Ñirihuau. “Toman el colectivo acá en la esquina y llegan a la escuela”, señala. Cuenta que sus hijos más grandes de 13 y 10 años van en bicicleta a Dina Huapi y vuelven sin problemas.
Cambio de vida
Explica que vivía con su familia en el kilómetro 5 de la avenida de los Pioneros en Bariloche, con el riesgo que representaba el tráfico vehicular para sus hijos. “Acá en el verano nos vamos caminando al río que está a unos 150 metros”, afirma.
Andrés alquila por ahora. Pero hará su casa en el lote que compraron con su primo y que dividirán en PH (Propiedad Horizontal). “Cuando compramos hace dos años y medio, acá no había ni la mitad de las casas que hay ahora”, comenta.
Ñirihuau muestra un crecimiento inédito, pero aún conserva pinceladas de paraje rural. La intendenta de Dina Huapi, Mónica Balseiro, estima que se duplicó la población del lugar en los años últimos. Dice que en Ñirihuau viven unas 145 familias. Informa que en los últimos cinco años “se presentaron 40 planos de obras nuevas”, en ese lugar que depende de la Municipalidad de Dina Huapi.
“Ñirihuau es el barrio más antiguo de Dina Huapi. Era más bien un lugar rural, con muy poco crecimiento”, explica Balseiro. Dice que el interés comenzó a partir de que la Estancia El Cóndor y algunos privados comenzaron a vender y subdividir terrenos, lo que facilitó la compra a valores más accesibles. Observó que hay un barrio privado en formación, con terrenos de hasta 3.000 metros cuadrados. Balseiro afirmó que entre 2013 y 2014 se hizo un loteo social que permitió a varias familias acceder a un terrenito a un costo muy bajo”.
Hace 5 años no había ningún servicio en Ñirihuau. Hoy cuentan con la red de agua potable.
La intendenta de Dina Huapi, Mónica Balseiro, destaca el compromiso del gobierno provincial de construir la red de gas natural para la zona. Dice que lograron, en conjunto con el Ente de la Cordillera, instalar una antena satelital para que los alumnos de la escuela primaria accedan al servicio de internet para las clases virtuales.
Maximiliano Fumagalli asegura que hay mucho interés por adquirir lotes en la zona de Ñirihuau. Asegura que la nueva ordenanza que regula el tema de los PH ayudó a promover loteos y hubo familias que pudieron comprar a medias un lote y subdividirlo. Aclara que la falta de gas natural condiciona un mayor crecimiento del lugar. Por eso, hay compradores que optan por una propiedad en Dina Huapi por el tema del gas.
“Cuando el gas natural esté conectado, Ñirihuau va a estar a la par del interés que genera Dina Huapi”, pronostica el titular de la inmobiliaria Fumagalli.
Asevera que Dina Huapi tiene pocas posibilidades para nuevas urbanizaciones. En cambio, en Ñirihuau abunda la tierra. Fumagalli dice que el mayor porcentaje de los nuevos residentes vienen de Buenos Aires.
Salvador Woinilowicz vivía con su novia en el centro de Luján. Cuenta que los ruidos eran una locura. Relata que resolvieron mudarse a Bariloche el verano pasado. Su trabajo de programador informático se lo permitió. Su novia es profesora de Inglés.
Tiene una tía abuela en Dina Huapi y un hermano que se vino hace 3 años. Alquilaron un departamento en Bariloche, pero anhelaban una casa con patio. Se instalaron en Dina Huapi, pero a un paso de Ñirihuau para disfrutar de su entorno. “Vinimos con mi novia a buscar paz mental”, asegura.
“Nosotros hicimos hace un año una nueva ordenanza, que se aprobó por unanimidad en el Concejo Deliberante, porque la norma que había era nefasta”, explica la intendenta de Dina Huapi, Mónica Balseiro.
“Necesitábamos una ordenanza acorde al lugar donde vivimos, pero sin excepciones”, afirma.
Sostiene que la ordenanza anterior “no ayudaba para nada al crecimiento de Dina Huapi y, por eso, propusimos cambios”. Dice que hay loteos que tienen “como mínimos códigos” de planeamiento para regularlos. Asegura que la ordenanza que impulsaron no permite subdividir lotes sin ningún control para fomentar los PH. “Si en las escrituras no se autoriza, no puede haber un PH. No es que autorizamos donde no se puede”, aclara la intendenta de Juntos.
Argumenta que la ordenanza que dejaron sin efecto estaba “muy focalizada para determinados propietarios y eso no está bien”.
Enfatiza que la nueva norma “no da vía libre a los PH”. “En los lotes urbanos se autorizan porque hay una necesidad de familias de acceder a un terreno”, asevera.
“Hay loteos grandes de 3 hectáreas y ellos no permiten PH y nosotros no lo autorizamos”.
Martín Sabattini dice que no quiere que el lugar pierda “la magia que lo caracteriza, que es el aspecto rural”.
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