Nicolás Calanni, de jugador a presidente del Club Unión

El histórico futbolista del equipo allense encabeza la nueva comisión directiva. Después de muchos años de preparación, proyecta una modernización y ampliación de las disciplinas de la institución. Eso sí, por ahora, no cuelga los botines.

Nicolás Calanni es parte de la comunidad del Club Unión de Allen desde los cinco años, cuando empezó a jugar al fútbol en la escuelita. A eso se refiere cuando dice que se “crío” ahí. Hoy, a los 34, se acaba de convertir en el presidente de la institución.

Su juventud para el cargo se contrapone con la importante cantidad de tiempo en la que se preparó. Siempre fue un futbolista inquieto, al que le interesó ser parte de los aspectos dirigenciales y de gestión.

“No hubo una fecha en la que haya dicho ‘capaz algún día voy a ser presidente’. Desde los 22, 23 años que empecé a ayudar en la escuelita de fútbol y me gustó ese rol. De ahí en más empecé a involucrarme cada vez más con las cosas del club, más allá del fútbol. Hoy estoy más empapado por asistir a las asambleas y reuniones de comisión. Se fue dando con el paso de los años”, aseguró en diálogo con Río Negro.

Durante los últimos mandatos fue tesorero, secretario y vocal. Desde 2018 está a cargo del fútbol.  “No sé si ser jugador me ayudó a formarme como dirigente pero sí haberme criado acá. Hay muchos jugadores que se identifican con el club pero solamente desde su lado de futbolistas. Hay algunos casos de chicos que nos criamos acá, que veníamos a la pileta, a la colonia, al quincho y después fuimos jugadores. Esos casos son los que también tienen la voluntad de ayudar más allá de si juegan”, analizó.

Las vueltas olímpicas del presidente

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Campeonatos de Liga Confluencia logró Calanni como jugador de Unión. La última en el Apertura 2019.

A la hora de hablar de los principales desafíos como cabeza de la comisión directiva, Calanni hizo hincapié en la cantidad de disciplinas del club. Actualmente son 4: fútbol, básquet, natación y pelota paleta. El objetivo es incorporar al menos cuatro más en un plazo de no más de dos años.

“Nos interesa sumar una escuelita de atletismo, boxeo, vóley (tanto indoor como beach) y ciclismo, disciplina que tuvo históricamente el club. Nos gustaría llegar a formar un equipo que corra la Vuelta al Valle). Queremos que cada una compita de manera regional y nacional. También quisiéramos tener gimnasia artística y danza”, contó el dirigente.

A su vez, considera importante “modernizar los sistemas de entradas, de cobros y de gestión en página web”. “Creo que estamos medio desactualizados en relación a otros clubes grandes”, señaló al respecto. “Cosas de infraestructura para hacer hay mil, te ponés a caminar el club y se te van ocurriendo”, agregó.

Otro reto es que crezca la masa societaria y fortalecer el sentido de pertenencia. “Tener más gente y más socios en el club va de la mano con tener más actividades. Los socios de antes, que estaban por los colores y la camiseta, cada vez son menos. Tenemos que incorporar también una mirada empresarial para brindarle un servicio acorde al socio. Más allá de las disciplinas deportivas que sepa que tiene parrillas, el quincho, la pileta”, aseguró.

Nicolás es parte del plantel de primera que participará del Regional Amateur a partir del próximo fin de semana. Como alguna vez hizo Juan Sebastián Verón en Estudiantes, planea no dejar la doble función.

Siento que todavía puedo seguir jugando en cuánto al nivel futbolístico, el día a día me lo dirá. Si veo que no puedo entrenar por algo dirigencial espero tener la capacidad para darme cuenta”, comentó.

Calanni asumió como presidente tras la asamblea del último viernes. (Foto: Juan Thomes)

Su mentalidad, a contrapelo de lo que pensaban otros dirigentes, siempre fue que hay que competir lo más alto que se pueda, más allá de la inversión que demande. 

“Querer estar en los primeros planos no implica descuidar el resto. Siempre se pone de un lado competir en primera y del otro darle importancia a la formación de juveniles. Para nosotros una cosa no quita la otra. Lo que sí demanda es más trabajo y conseguir recursos”, reflexionó.

Para el día que le toque terminar su cargo como presidente, Calanni dijo que le gustaría dejar “el club lindo, lleno de chicos corriendo en los pasillos. Con obras y muchas disciplinas. Con el doble de socios activos y financieramente estable”.

“Queremos lograr que el que venga adquiera un sentido de pertenencia, que se haga hincha, que compre la ropa del club y la use en la calle. Que venga en familia, que los del fútbol vean básquet y al revés. Vamos a insistir en eso. Cada disciplina debe sentir que el club está atrás y lo acompaña así sienten que están lo representando y disfrutan de hacerlo”, concluyó.

La historia de Calanni y Unión es la de un romance de toda la vida. Un soplo de aire fresco necesario para las instituciones deportivas regionales.


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