Un operativo contra el frío y el barro para devolver el agua a medio Neuquén
La rotura del ducto, que dejó a media ciudad sin servicio, obligó a montar una maniobra continuada con equipos y decenas de operarios. Anoche continuaban los trabajos de reparación.
Los achaques del frío pasaron factura a los obreros del Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS), quienes debieron trabajar por más de 24 horas, en turnos continuados, para ubicar y comenzar a reparar un caño de agua de 630 milímetros que una máquina de una empresa privada rompió dentro del Arroyo Duran. Se trata de uno de los ductos más antiguos de Neuquén, que abastece las piletas del barrio Santa Genoveva con agua del río Limay y dejó sin suministro 12 barrios de la capital provincial.
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Los principales escollos para las cuadrillas de trabajo fueron el agua de retorno del ducto, el ascenso de fluidos de las napas freáticas y las temperaturas bajo cero, que entumecen cada parte del cuerpo.
La rotura ocurrió el martes por la tarde sobre un desvío que se había realizado en el arroyo por obras dentro del Club Bigua. Para lograr la ubicación del caño dañado y realizar las reparaciones se debió cavar una pileta de grandes dimensiones en torno a la fisura y devolver el Duran a su cause original, rodeando la zona donde ocurrió el incidente.
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Los operarios tuvieron que pasar más de 24 horas en el lugar y recién ayer por la noche lograron recomponer el sistema. Fue un despliegue descomunal: rotaron cuatro cuadrillas y trabajaron unas 40 personas.
“La jornada de trabajo es como siempre, con agua y con el rigor del frío. Te acostumbras al frío, pero van pasando los años y lo sentís en los huesos, las articulaciones. Pero es nuestro trabajo, reparar esto”, explicó ayer Sandro Flores, un operario de 53 años que hace 10 trabaja en las cuadrillas del EPAS y quien desde las siete de la mañana se abocó a realizar tareas en las inmediaciones del Club Bigua, donde se detectó la fuga.
Aníbal Maese, otro trabajador que tiene 57 años y 32 de ellos trabajando en el ente provincial, agregó que “cuando nos metemos al agua y empezamos a trabajar no sentimos nada, el problema es cuando salís y por el frío se te empiezan a dormir los dedos. Ahora no es nada, hay veces que hemos pasado noches enteras trabajando y aunque tengamos botas y camperas transpiramos mucho y se junta humedad, entonces el frío te jode”.
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El subgerente de redes del EPAS, Esteban Rodríguez, explicó que el caño afectado es uno de los más antiguos de la ciudad y estimó que puede llegar a tener unos 60 años. Se trata de un ducto de hierro fundido de 630 milímetros de ancho que atraviesa la ciudad de sur a norte, cuesta arriba y alimenta los tanques de agua que están detrás de la Ciudad Judicial y la Plaza de las Banderas.
“Esto no es tan fácil como pareciera. Se pasan muchas horas y frío acá, las inclemencias del tiempo complican todo un poco más”.
Aníbal Maese, uno de los 40 operarios que participó del operativo de reparación.
Datos
- “Esto no es tan fácil como pareciera. Se pasan muchas horas y frío acá, las inclemencias del tiempo complican todo un poco más”.
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