Neuquén: el femicidio de la arquitecta está listo para ir a juicio por jurados
La situación del único imputado, Rodolfo Fabián Luciani, es cada vez más comprometida. Además se avanzó sobre el móvil del femicidio de María Marta Toledo.
A cuatro meses de ocurrido, la fiscalía dio por cerrada la investigación del femicidio de María Marta Toledo (46), la arquitecta oriunda de Córdoba que fue asesinada en Centenario. El lunes el fiscal jefe Agustín García presentará por escrito la acusación y pedirá que el único acusado, Rodolfo Fabián Lucini (55) sea juzgado por jurados populares.
García anticipó que en las últimas semanas se incorporó una prueba que termina de sellar la responsabilidad del imputado: las manchas de sangre halladas en la funda del matafuegos de la camioneta que usó ese día corresponden a la víctima, según la pericia de ADN.
Esta prueba es el último eslabón de una cadena de indicios que señala en dirección a Lucini:
Cadena de indicios
• Las cámaras de seguridad lo registraron cuando pasó a buscar a la víctima, con quien mantenía una relación de amistad y comercial, por su departamento en Brown 745. Lo hizo en la camioneta de su suegro.
• También lo tienen filmado en la camioneta camino a Centenario, donde ocurrió el femicidio, y de regreso a Neuquén.
• El matafuegos, en cuya funda quedó sangre de la arquitecta, está abollado. Fue el elemento que utilizó para golpearla en la cabeza y causarle la muerte. «Fue un crimen salvaje, una bestialidad», lo calificaron en su momento los fiscales Agustín García y Eugenia Martini.
Esos eslabones quedaron ahora sólidamente unidos: está probado que Lucini usó la camioneta de su suegro en el horario del crimen, lo cual además está corroborado por testimonios, y no tiene coartada para justificar dónde estuvo a esa hora. En esa camioneta hallaron sangre, y el ADN confirmó que pertenecía a la arquitecta Toledo.
García, en diálogo ayer con Río Negro, recordó que la fiscalía también utilizará como prueba los informes sobre las antenas telefónicas que marcan dónde estuvieron la víctima y el victimario de acuerdo con la posición de sus teléfonos celulares.
Descubierto por la esposa
La arquitecta Toledo llevaba cuatro años viviendo en Neuquén. Tenía un grupo de amigas y amigos, entre los que figuraban Lucini y su esposa.
Desapareció el 29 de julio pasado a las 13:32, cuando salió de su departamento. Desde Córdoba sus hermanas empezaron a preguntar por ella, y las amigas organizaron la búsqueda. El ahora imputado se ofreció a participar sin decirles que él había sido el último que la vio con vida.
Fue su propia esposa quien lo descubrió, revisando la cámara de seguridad del edificio. «Ese es mi marido», exclamó sorprendida al observar al hombre que salía con su amiga, por entonces desaparecida.
El cuerpo de la víctima fue hallado el viernes 31 de julio, semisumergido en un canal de riego junto a un camino rural apartado en Centenario.
El presunto móvil
El móvil del femicidio, según la fiscalía, sería una abultada deuda que el imputado mantenía con la víctima. En la cartera de ella encontraron un cheque firmado por el sospechoso por 127.000 pesos. «La chequera se la habían cancelado», dijo García.
Al parecer Lucini abusó de la confianza de Toledo, le propuso un negocio y nunca puso la parte que le correspondía.
Durante la investigación, el Ministerio Público recibió muchas referencias sobre conductas sospechosas del imputado vinculadas con la compra y venta de bienes, pero «no hay registros de ninguna causa judicial».
El futuro del legajo
El lunes el fiscal presentará por escrito la acusación por femicidio, que tiene pena de prisión perpetua.
En fecha a determinar se realizará la audiencia de control de acusación en la que se discutirán las pruebas que se incorporarán al juicio oral.
Por la calificación legal el caso deberá debatirse en juicio por jurados, posiblemente en el primer semestre del año próximo.
Lucini está cumpliendo prisión preventiva.
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