Neuquén: 8 de cada 10 pesos que recauda la Provincia se los destina a salarios

En lo que va de este año, los gastos corrientes crecieron a una tasa del 39% contra ingresos que lo hicieron al 22%. La masa salarial se disparó más del 50%. Los desequilibrios fiscales no se corrigen con la racionalización en el uso de los recursos sino con la toma de más deuda pública.

El gobernador Gutiérrez se mostró preocupado por las cuentas fiscales.

Los números que muestra la administración de Omar Gutiérrez son difíciles de digerir. Y esto tiene poco que ver con la herencia recibida sobre la que sí, por ejemplo, puede apoyarse el presidente Alberto Fernández para criticar con dureza a su antecesor.

Datos suministrados por el gobierno provincial dan cuenta que el déficit financiero que registra el presupuesto al cierre del primer semestre de 2020 alcanza los 9.048 millones de pesos, pero, cuando se incorporan los desequilibrios que arrastra el Instituto de Servicios Sociales de Neuquén (ISSN), el rojo final supera los 11.000 millones de pesos. Todo un récord para la joven y prometedora economía neuquina. Para esta misma época del año pasado el déficit financiero se lo ubicaba levemente por encima de los 900 millones; es decir, se multiplicó por diez en solo doce meses.

Una de las preguntas de rigor frente a este complejo escenario se centra en si este quebranto fiscal es producto de la reciente cuarentena o es una consecuencia de la histórica forma de gestión pública que se tiene sobre los recursos de la Provincia.

Este diario intentó comunicarse con las autoridades de Economía de Neuquén para consultar sobre el tema, pero no tuvo respuesta a los distintos pedidos realizados. Solo unos valientes dieron la cara, pero solicitando estricta confidencialidad.

Analizando la serie estadística de los últimos años, como así también la evolución presupuestaria que han tenido otras Provincias de la región, se puede anticipar que el peso de la crisis recae fundamentalmente en esta segunda opción. La pandemia, como en muchos otros casos, lo que hizo fue potenciar los problemas estructurales que, como punta de iceberg, venían asomando en todo este último tiempo.

¿Cómo es posible que una Provincia con semejante riqueza llegue a esta crítica situación? Durante años cientos de miles de millones de pesos ingresaron a las arcas neuquinas. Sin embargo, hoy el Gobierno se encuentra en una situación de quebranto difícil de remontar.

Mucho de este desequilibrio se concentra en el peso del gasto en salarios que es una partida que se llevó en este primer semestre del año más de 46.000 millones de pesos (casi cuatro veces el gasto salarial de la empresa YPF), cifra que refleja un salto interanual de más del 50%, una tasa muy por encima de cualquier otro indicador que se quiera tomar en el período.

Este nivel de incremento se viene dando en los últimos años de la mano del ingreso de personal a la planta del Estado a lo que hay que sumar los aumentos salariales que, en muchas oportunidades, son incompatibles con la realidad que muestran las cuentas públicas neuquinas.

En el primero de los casos, la suma de empleados llega a través de una estructura, localizada dentro del mismo Estado, que gestiona la clientela política de la Provincia. La esencia del clientelismo radica en un intercambio de favores entre funcionarios y personas -o grupos de personas- dentro de una relación de mutuo beneficio. Nada suma para el resto de la sociedad ni para el Estado como órgano administrador de los recursos que aportan todos los neuquinos a través de sus impuestos.

Este tipo de estructura es la que privilegió el gobierno provincial en las últimas décadas y fue la que llevó a contar hoy con la presencia de un Estado desproporcionado en el cual el costo salarial genera enormes desequilibrios presupuestarios y es el que le impide ejercer sus obligaciones primarias en materia de Salud, Educación y Seguridad.

Que representa

El crecimiento de más del 50% de la partida de masa salarial en los últimos doce meses es una clara señal de falta de previsibilidad y gestión de los recursos de todos los neuquinos.

En el primer semestre de este año, esa partida representó el 74% de los ingresos corrientes presupuestarios. Como dato comparativo, en el mismo período del año pasado ese indicador se ubicaba en el 60%; es decir creció catorce puntos porcentuales en solo un año.

Tal vez lo más preocupante es la tendencia que ha reflejado el gasto en salarios a lo largo de las gestiones provinciales y como en esta última volvió a consolidarse un escalón más arriba.

Pero si tenemos en cuenta que, de esos ingresos corrientes, parte importante se orienta a los municipios, ese 74% que inicialmente mencionamos en 2020 pasa a consolidarse en el 81%. Número complicado para cualquier administrador público: 8 de cada 10 pesos que ingresan a las arcas neuquinas se los llevan los salarios de los más de 65.000 empleados provinciales existentes hoy en el sistema.  

Huelga decir que poco se puede llegar a hacer con los otros dos pesos que quedan disponibles para poner en marcha -con un mínimo grado de eficiencia- las verdaderas obligaciones que debe enfrentar el Estado.

Durante gran parte de estos últimos años, el creciente incremento del gasto fue financiado con el cobro de impuestos, tasas y regalías. A esto se le sumó los distintos ingresos extraordinarios que recibió la Provincia: poco más de 140 millones de dólares por Loma La Lata (2000), alrededor de 760 millones de dólares por la privatización de YPF (1993) y más de 800 millones por las prórrogas de las áreas petroleras (2009-2012), entre otros importantes aportes. Miles de millones que se esfumaron en el tiempo.

Consumidos estos fondos. las últimas administraciones recurrieron al endeudamiento para compensar el creciente gasto público, llevando el stock de pasivos al cierre del primer semestre de 2020 por encima de la barrera de los 110.000 millones de pesos, cifra equivalente a poco más de 1.500 millones de dólares.

Los informes provinciales destacan, sobre esta partida, que los pasivos de largo plazo tocaron en esta primera parte del año los 82.000 millones de pesos a lo que hay que sumarle la deuda de corto plazo que superó los 28.800 millones al cierre del 30 de junio.

En este mismo período del año pasado esta cifra llegaba a los 66.300 millones de pesos (52.400 de largo plazo y 13.900 de corto). Una simple cuenta refleja que se incrementó 44.500 millones en los últimos doce meses, un número enorme que sirvió para compensar los profundos desequilibrios presupuestarios.

La crisis estructural que atraviesan las finanzas neuquinas llevó recientemente al default de su deuda pública, dando comienzo así a un proceso de reestructuración que deberá ser aprobado por sus acreedores. No será sencillo, pero sin acordar con los bonistas, la situación se complicará aún más para la Provincia.

Soluciones que llegan siempre cuando golpea la crisis

Funcionarios de la administración Gutiérrez defienden lo actuado hasta el momento. “La pandemia nos tomó, como a todo el mundo, por sorpresa y nos demuestra que debemos iniciar cambios estructurales para poder recomponer esta compleja situación”, destacó un importante referente del ministerio de Economía, que prefirió mantenerse en el anonimato, en conversación con RÍO NEGRO.

Al ser consultado sobre los cambios estructurales que estudian, el funcionario acotó: “la implementación de un fondo anticíclico y la diversificación de la matriz productiva de la Provincia”. Todos proyectos que aparecen cada vez que emerge una crisis económica en Neuquén y cuando la viabilidad de aplicarlos se hace casi imposible. Mientras tanto, la fiesta del gasto público continúa. 




Río Negro, algo más ordenada pero con los mismos problemas


Desde el ministerio de Economía de Neuquén insisten en señalar que los desequilibrios que se observan en las cuentas públicas tienen una relación directa con la crisis económica que trajo aparejada la cuarentena.

Claramente mucho tiene que ver, pero el impactó en las cuentas fiscales neuquinas fue mucho mayor que en otras Provincias y esto se debe fundamentalmente a los desequilibrios estructurales que arrastran los sucesivos gobiernos del Movimiento Popular Neuquino (MPN) y las malas administraciones que profundizan este escenario.

Los datos consolidados al cierre del semestre de 2020 del presupuesto rionegrino -con los desvíos propios que presenta- argumentan que no todo el problema en la cuarentena, sino que mucho tiene que ver con la gestión.

La administración de Arabela Carreas en este primer semestre del año tuvo un déficit fiscal del orden de los 1.440 millones de pesos, cifra similar al del año pasado en términos nominales; menor, cuando se lo netea y se lo lleva a valores reales.

Datos del ministerio de Economía de la Provincia dan cuenta de que la masa salarial alcanzó en este mismo período los 25.094 millones de pesos reflejando un crecimiento interanual del 35%.

La deuda pública es un tema para considerar. La Provincia mantuvo una política de desendeudamiento a partir de 2008 -salvo en 2017 con la colocación de títulos en el mercado para las obras del Plan Castello- llegando al cierre de este año a un stock de poco más de 500 millones de dólares. Cifra que refleja unos 53.000 pesos per cápita para Río Negro. Haciendo comparaciones odiosas, ese mismo indicador en Neuquén alcanza los 136.000 pesos. Es decir, un ciudadano neuquino hoy debe casi tres veces más que su hermano rionegrino.  

Si bien la administración de Arabela Carreras muestra una mejor salud en sus cuentas fiscales, tiene los mismos problemas que Neuquén solo que en menor magnitud y algo mejor administrados.  


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