Neruda, 30 años de ausencia 23-09-03
Sus casas se visten de fiesta
SANTIAGO, Chile.- Hoy se conmemorarán en Chile los 30 años de la muerte del poeta Pablo Neruda, a la manera que le habría gustado al Premio Nobel en 1971: con múltiples recitales de poesía, actividades musicales y exposiciones retrospectivas de su obra, en las tres casas que tuvo en su país natal Tras haber abandonado en 1973 el cargo de embajador en Francia, nombrado por el gobierno de la Unidad Popular (UP), el vate se instaló precisamente en su residencia del balneario de Isla Negra, en el litoral central, que desde hace años es una casa museo que recibe la visita de miles de "nerudianos" de Chile y el exterior Neruda había dejado la misión diplomática que le había encargado su amigo, el presidente Salvador Alllende (1970-73), debido a graves dolencias físicas que él pensaba eran derivaciones de la gota. Sin embargo, su mujer le había ocultado que padecía un cáncer de próstata y que vivía sus últimos meses La enfermedad lo obligó a trasladarse en 1973 a su residencia santiaguina de La Chascona, bautizada así en honor a la espesa y rebelde cabellera de Matilde Urrutia. Sus últimos 12 días de vida se relacionan ineludiblemente con el derrocamiento de Allende, el 11 de setiembre de ese año Nadie puede achacar a ese hecho su muerte, pero sus biógrafos coinciden en que el fin del poeta, involucrado hasta la médula con el gobierno de la UP, se aceleró con el golpe de Estado En aquellos días, Neruda terminaba de escribir sus famosas memorias "Confieso que he vivido", en cuyas páginas queda en claro que no creyó la versión del suicidio del mandatario En parte del texto señala su sentimiento ante la muerte del gobernante: "A renglón seguido del bombardeo aéreo entraron en acción los tanques, muchos tanques, a luchar intrépidamente contra un solo hombre: el Presidente de la República de Chile, Salvador Allende, que los esperaba en su gabinete, sin más compañía que su corazón, envuelto en humo y llamas" Sus palabras, escritas a sólo tres días de esos hechos, dan cuenta del impacto que tuvieron en su estado espiritual y en su salud. Tanto es así que en los días siguientes, cayó en un estado de delirio febril y agonía dolorosa, por lo que su médico recomendó que no se le dieran más noticias, como que su residencia de Santiago había sido saqueada y estropeada por militares El 19 de setiembre, el embajador de México le ofrece un avión y su país como lugar de exilio, pero Neruda se niega a marchar. El 22 de setiembre el cónsul de México y el de Suecia, con la intención de convencerlo, le cuentan los horrores de la represión y que muchos de su amigos, como el cantautor Víctor Jara, habían sido ejectutados El 23 de septiembre de ese año, agobiado por los dolores físicos y del alma, dijo -poco antes de morir-, sus últimas palabras: "Los están matando! Los están matando!", tras lo cual expiró de un paro cardíaco: la angustia no había dado descanso a su corazón.
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