Nada se desecha, todo se recicla
Ante la amenaza de cierre del taller donde trabajaban, un grupo de diez mujeres decidió sumar su esfuerzo individual en beneficio del conjunto. Comenzaron con su propio emprendimiento en el 2008 y desde entonces no pararon de progresar.
Día Internacional del Cooperativismo
Nada se desecha, todo se recicla. Esa es la premisa de la cooperativa de trabajo Septiembre, de Cipolletti. Unas diez personas, en su mayoría mujeres, son las que llevan adelante el emprendimiento que nació en el 2008.
Actualmente tienen dos marcas propias para niños y talles “reales” –como lo denominan ellos– y además confeccionan prendas para egresados. Flavia Riquelme, una de las integrantes, asegura que el cooperativismo es difícil pero no se imagina trabajando en otro lugar.
El sonido de las máquinas es constante, pero también hay tiempo para el descanso. Mientras dos mujeres cosen, su compañera se encarga de cortar la tela y otra de la atención al público y la entrega de pedidos. El cooperativismo se respira y se visualiza en cada rincón.
El lugar de trabajo
Cada prenda nace en local “Septiembre Textil” que funciona sobre la calle Saénz Peña 486. Allí hay al menos cuatro máquinas industriales que terminan el trabajo de confección de las mujeres.
La historia de la cooperativa comenzó en el 2008. En ese lugar funcionaba antiguamente un taller textil. “Con las compañeras que estaban en ese momento decidieron hacer una cooperativa porque sino tenían que cerrar. Se juntaron y decidieron hacer la cooperativa y pusieron las máquinas de cada una”, relata Flavia, quien se incorporó al grupo de trabajo allá por el 2011.
Recuperarse de un incendio
Uno de los momentos más difíciles que les tocó atravesar fue el incendio del local, en el 2013. En ese momento perdieron todo ya que el fuego arrasó con los elementos de trabajo, inclusive las máquinas que tenían en ese entonces.
La decisión de cerrar o continuar se puso en duda pero las ganas de salir adelante fueron más fuertes y se las ingeniaron para atravesar la situación. Acudieron al centro de referencia del ministerio de Desarrollo Social de Nación, en Roca, y lograron la adquisición de máquinas industriales para continuar con la tarea.
Dos líneas
Actualmente tienen dos líneas propias de ropa. La “Api” es especialmente para niños que se caracteriza por su diseño colorido y ser ropa reciclada hecha de retazos.
“Jamelia” tiene prendas de vestir para mujeres de talles reales. Las remeras, sweaters y calzas están diseñadas con imaginación y estilo. A eso se le suma la indumentaria para egresados.
En el local confluyen mujeres de Neuquén, Allen, Roca. Marcela Navratil, es la presidenta del a cooperativa y socia fundadora. Flavia explica que el cooperativismo se caracteriza por juntar los saberes de cada uno y también las vivencias.
Quizás por eso también a veces se vuelve “difícil” ya que cada persona tiene su carácter y experiencias. A pesar de esto, asegura que no se imagina trabajando en otro lugar ya que el secreto está “en ponerse de acuerdo. Allí se trabaja pero también se dialoga y acompañan.
El dato
“Las compañeras que estaban en el 2008 empezaron poniendo sus propias máquinas para empezar con la cooperativa”.
Flavia. Se incorporó al grupo en el 2011.
Datos
- $ 80
- es el valor de un pantalón de la línea para niños Api, de colorido diseño y hecha de retazos.
- $ 100
- cuesta un tapado y 80 pesos un buzo, también de la línea Api. La otra es Jamelia, para mujeres.
- “Las compañeras que estaban en el 2008 empezaron poniendo sus propias máquinas para empezar con la cooperativa”.
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