Traspaso de la exU9: sigue pendiente la firma de un acuerdo y es un misterio su destino final

Desde la Defensoría Federal y el gobierno provincial prefirieron no informar sobre el avance de las negociaciones sobre el acuerdo definitivo del sector de viviendas institucionales.

La calle interna que se abre desde Entre Ríos muestra signos de que aún permanece ocupada. Foto Matías Subat.

El traspaso definitivo del predio de la excárcel federal 9 de Neuquén sigue siendo un misterio. Desde que se inició la transferencia de dominio desde Nación a la provincia, quedó pendiente la firma de un nuevo acuerdo para que finalmente Neuquén pueda hacerse cargo del sector donde se encuentran las viviendas de los penitenciarios.

No se puedo determinar si el convenio está trabado o se dejó de tramitar, ya que desde todos los estados intervinientes reina el más absoluto silencio. Desde la Defensoría Federal solo dijeron a Río Negro “sin comentarios”. Desde el gobierno provincial prefirieron no responder la consulta de este medio.

Los primeros acuerdos se firmaron en 2014 y 2017 y contemplaban el traspaso a Neuquén de la totalidad de las 9 hectáreas del predio carcelario. Pero durante la gestión del exintendente Horacio Quiroga, el municipio pretendía destinar parte de las tierras para un desarrollo inmobiliario que fue muy cuestionado pero diferentes sectores de la sociedad y esto generó la llegada de un amparo que paralizó no solo posibles obras de remodelación sino también el traspaso definitivo.

Sin este nuevo acuerdo, la provincia no puede avanzar en la realización de proyectos ejecutivos para darle un uso al sector que se ubica en Alderete y Entre Ríos.

Desde el gobierno provincial prefirieron no adelantar en qué estado se encuentran las negociaciones con Nación y con el Servicio Penitenciario Federal. Tampoco informaron sobre los escollos que aún faltan sortear para resolver la cuestión definitivamente.

Cuando en su momento se firmó el primer acuerdo y se trasladaron los presos hacia la cárcel de Senillosa, el sector del edificio que se ubica sobre las calles Entre Ríos y Ministro González fue ocupado por el ministerio de Juventudes. Durante la pandemia, el espacio al aire libre, por donde se ingresaba al edificio fue utilizado para la realización de ferias.

Hay un predio enorme por fuera de los muros. Foto Matías Subat.

Tiempo después llegaría la construcción del Parque Jaime de Nevares. El espacio recreativo y deportivo que lleva el nombre del primero obispo de Neuquén, nunca fue transferido a la ciudad de Neuquén (una de las posibilidades que se barajaron en su momento) ni a la provincia. Se pudo desarrollar porque se consiguió una autorización de uso otorgada por la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) para la ejecución de un espacio verde.

La última vez que se conoció una versión oficial sobre el traspaso fue en los primeros meses de este año, cuando desde el gobierno provincial se informó que “el convenio involucraba algunas acciones a cumplir que se avanzaron pero no se terminaron”. Desde entonces hasta ahora no se sabe cómo se avanzó al respecto. Solo se pudo comprobar que uno de las trabas eran las viviendas institucionales ubicadas en el lateral sur de la vieja penitenciaría y el excasino de Oficiales, ubicado sobre calle Alderete.

La administración provincial asegura contar con un proyecto ejecutivo que aguarda en un cajón la transferencia definitiva desde Nación.

En febrero pasado, existía una licitación para la ejecución de nuevas obras cotizadas en su momento en 1.400 millones de pesos, a valores de 2022. El proyecto apuntaba a la intervención sobre el acceso principal de la excárcel desde lo que se denomina “muros externos”, hacia el sector de las edificaciones en el interior. Allí se proyecto un área recreativa y deportiva, lindera al Parque Jaime de Nevares.

No existen por el momento versiones oficiales sobre el destino actual de esa licitación.

Así las cosas, el expediente de la exU9 aún estaría en el ámbito del ministerio de Justicia de la Nación y se requiere también de un acuerdo de traspaso con el Servicio Penitenciario Federal.

Una de las propuestas que se elaboraron contempla que parte de la cárcel se mantenga como monumento histórico, como un Sitio de la Memoria.

Se trata la zona donde mujeres y hombres fueron detenidos por razones políticas durante la última dictadura cívico militar y el área de “buzones” que están catalogados como sectores de tormentos.

En la actualidad se conservan los pasillos internos, celdas y las oficinas administrativas, que fueron utilizadas por la provincia para que funcione allí el ministerio de Juventudes.

Las viviendas ubicadas sobre la calle Alderete se mantienen ocupadas a pesar del traspaso de ámbito federal al provincial. Foto Matías Subat.

Traspaso de la exU9: una construcción que nació con la capitalidad de la ciudad


La cárcel formaba parte de la infraestructura básica que el gobierno nacional pensó cuando trasladó la capital del entonces territorio federal de Neuquén desde Chos Malal a la Confluencia, que por entonces era una zona poco poblada.

Cinco cuadras desde la avenida principal parecía una distancia prudencial para albergar a los delincuentes, pero a poco de andar el crecimiento de la ciudad, la cárcel quedó en medio del centro.

Galpones de chapa y zinc recibieron a los primeros 40 presos, entre los que había condenados y procesados. La reseña histórica cuenta que a los dos años se comenzó la construcción de dos pabellones, inaugurados en 1911, sobre el ala que da a la calle Entre Ríos.

Hubo que enviar guardiacárceles porque hasta entonces la seguridad era precaria.

Por eso fue necesaria la construcción de viviendas para el personal, además de áreas de enfermerías y cocina. Eso fue en 1936.

“En 1947 se realizan nuevas construcciones para reemplazar los antiguos pabellones y se amplían los talleres. También comienzan a trabajarse sobre el jardín, las plantaciones y cría de animales para consumo del personal y de los internos. Además se inaugura la creación de un campo de deportes”, señala la reseña que el gobierno provincial elaboró.

Hay viviendas que quedaron a medio demoler. Foto Matías Subat.

Prisión Regional del Sur (U9) le puso de nombre en 1967 el dictador Juan Carlos Onganía.

Lo que funcionó hasta el traslado de los presos a la cárcel provincial de Senillosa, que fue entregada al gobierno nacional a cambio de esta infraestructura, son construcciones consolidadas en 1970, incluido el muro perimetral de hormigón. La plaza de armas, el salón de actos, la capilla, el auditorio y el casino de oficiales son añadidos de finales de los 70.

Una de las viviendas de preegreso se demolió para abrir la conexión desde la calle Alberdi con el parque Jaime de Nevares, una calle tan angosta que parece escondida.

Traspaso de la exU9: pasaron meses desde la última noticia


“Después de 18 años logramos finalmente el traspaso de la exU9, espacio que se incorporó al desarrollo urbano. Hemos avanzado en una primera etapa con una gestión notable -en tiempo récord y en el medio de la pandemia- del intendente Mariano Gaido, con la creación del Parque Jaime de Nevares, afianzando, promoviendo y respetando la historia de nuestros derechos humanos”, dijo en marzo de este año el gobernador Omar Gutiérrez.

La exU9, desde Nación y Provincia prefirieron no informar sobre el avance de las negociaciones. Foto Matías Subat.
La cárcel se terminó de construir en 1971. Foto Matías Subat.
El predio de la exU9 tiene 9 hectáreas. Unas 4,5 están destinadas a pulmón verde. Foto Matías Subat.

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