Personal descontento, denuncia de faltantes y “vaciamiento” en un área municipal de Bariloche

La directora de Zoonosis y Salud Ambiental del municipio Marcela Castillo dijo que su prioridad es rehabilitar el quirófano para esterilizaciones y ordenar el resto de los servicios del área, que atraviesan una profunda crisis por desaparición de insumos y renuncias masivas del personal.

Castillo aseguró que en Zoonosis se produjo un “vaciamiento” que le impidió funcionar porque “había dos empleados auxiliares, una administrativa y tres veterinarios”, pero en pocos días no quedó ninguno. Existe una licencia por embarazo, algunos empleados se apartaron con licencias “sin justificación” -dijo la funcionaria-, y otros renunciaron.

La suspensión de los servicios repercutió de inmediato y se multiplicaron las quejas de los dueños de animales que tenían turnos ya otorgados y se les negó la atención. El área dejó de hacer castraciones, desparasitaciones, vacunación y entrega de alimentos hasta poder ordenarse. Pero en el medio recibió ayer una inspección policial, para verificar supuestas irregularidades y faltantes de medicación.

Castillo dijo que los uniformados se presentaron ayer por una denuncia que ella misma radicó y que ya tiene expediente iniciado en la Justicia Penal. Según la funcionaria, la auditoría que llevó adelante apenas asumió -en diciembre pasado- detectó depósitos no declarados de alimentos para animales y de otros insumos, mientras el personal libraba nuevos pedidos de compra.

Castillo también habló del manejo de la ketamina, un fármaco que exige estrictos controles. Recordó que se trata de un tema delicado porque hace tres años desaparecieron 300 frascos de ketamina del municipio y el caso todavía está bajo investigación. Señaló que en Zoonosis reinó durante años ua gran discrecionalidad por falta de controles e interpretó que su empeño por regularizar el funcionamiento es lo que la enfrentó con el personal.

Atrasos en el servicio

“Teníamos todo listo para firmar el convenio con Nación para implementar el programa Pro Tenencia, por el cual ellos aportan fármacos gratuitos y otros insumos. Y necesitamos un veterinario que firme, pero nadie se quiso hacer cargo”, dijo Castillo, que no es profesional y se definió como “directora política”.

Ese traspié atrasó las prestaciones, según explicó. “Surgió un problema para nosotros porque nos faltaba un profesional para firmar, no quedó ninguno -dijo Castillo-. Recién ahora hicimos un nuevo llamado y pudimos incorporar”. También debió lidiar con “un llamado del colegio veterinario para exigir un profesional que firme por el uso de la ketamina, que es un psicotrópico con trazabilidad”.

Señaló también que la gestión anterior registraba atraso con las rendiciones a Nación y por eso se les impedía “sacar el quirófano”, que es una demanda en muchos barrios. Dijo que al servicio a su cargo le faltan “dos veterinarios más” para cubrir mejor la demanda.

Castillo aseguró que al realizar un inventario encontró depósitos ocultos con importantes cantidades de alimentos para mascotas y de insumos de limpieza, cuando “el personal pedía nuevas compras porque supuestamente se habían acabado”.

También dijo haber atendido a personas que preguntaban “cuánto cuesta el alimento” y debió explicarles que el municipio lo entrega en casos de necesidad y no lo cobra. “Es evidente que antes alguien se los cobraba”, dijo la mujer. Calificó la actitud de los empleados a su cargo como “un complot” y lo atribuyó a que “ahora hay un ordenamiento y se les piden informes de todo”, cuando antes no ocurría.

Castillo dijo que el intendente Walter Cortés le ratificó la confianza y que la presencia policial la dejó tranquila porque “se ocupan, registraron las dependencias, los materiales y sacaron fotos”. Subrayó que su objetivo está puesto en “ordenar todo, trabajar en forma transparente y dar un servicio mejor al contribuyente, porque eso es lo que pidió el intendente”.