Las conexiones de gas son inaccesibles en Bariloche y hay poca ayuda del Estado

El alto costo de las instalaciones domiciliarias es un obstáculo para muchas familias de Bariloche donde el suministro pasa por la puerta de su casa.

El despliegue de inversiones realizadas por el Estado para garantizar la llegada de más gas a Bariloche, con la ampliación del ducto troncal, y la construcción de redes en muchos barrios chocó con la creciente dificultad de las frentistas para acceder al servicio debido al alto costo de las instalaciones domiciliarias.

Los organismos públicos que trabajan con los llamados “barrios populares” tienen detectado el problema, pero las respuestas son tardías y escasas. En Bariloche solo hay un plan de 100 conexiones subsidiadas para los barrios Nahuel Hue y Malvinas, que están en plena ejecución, de las que solo 35 estarán listas antes del invierno.

El universo de demandantes es mucho mayor, porque la red de gas para esa zona de la ciudad construida por el Promeba beneficia a 3.000 frentistas, que en una buena proporción todavía se calefaccionan a leña, gas envasado y electricidad.

Lo mismo pasa, aunque en escala menor, ocurre en otros barrios como el Unión y el 2 de Abril, el Matadero, y podría ocurrir en breve en Nueva Jamaica y Wanguelén, donde la Secretaría Nación de Integración Socio Urbana construye también el tendido de gas, pero no está prevista facilidad alguna para las conexiones individuales.

La gestión de la obra en Nahuel Hue para viabilizar el acceso a los vecinos que no pueden conectarse con medios propios está a cargo del municipio. El relevamiento para armar el listado de los beneficiarios lo realizó el área social del Promeba.

El subsecretario municipal de Obras Públicas, Alfredo Milano, dijo que la obra original del Promeba para Malvinas y Nahuel Hue no contemplaba las conexiones domiciliarias, como sí ocurrió años antes con el Promeba de 34 Hectáreas.

Explicó que el costo individual de cada una de las 100 conexiones que solventa la Nación es de 225.000 pesos, e incluye los caños, planos, aranceles, dos artefactos (una cocina y un calefactor) y el honorario del gasista matriculado, que ronda los 80 mil pesos.

Según Milano, llevan completadas hasta ahora 22 obras domiciliarias y piensan llegar a las 35 antes del invierno. El resto quedarán para después.

El acceso al servicio les urge a los vecinos, por una cuestión de costos y también de comodidad. Pero la mayor parte no cuentan con dinero para afrontar la obra. La inquietud se acentuó en los últimos días con el descenso marcado de las temperaturas y la llegada de la primera nevada grande.

Para quienes tienen solo el nicho de gas en la puerta, sin el caño que lo lleve al interior de sus casas la perspectiva es enfrentar un nuevo invierno con calefacción precaria y por otros medios.


El servicio es para pocos a pesar de tener el gas en la puerta



El municipio no cuenta con datos fidedignos, pero una mujer domiciliada en Nahuel Hue, Evelin Teneb, dijo que en su manzana “no son más de un 10%” los que cuentan con gas natural, a pesar de tener el caño en la puerta.

Situaciones parecidas se viven en otras zonas de Bariloche. Por ejemplo en el barrio Unión la presidente de la junta vecinal, Antonia Reuque, admitió que unos 30 frentistas que en su momento desistieron de la vivienda del Promeba quedaron fuera del servicio de gas y hasta hoy pugnan sin éxito para acceder a la red. “Hay promesas, pero nada más. La realidad es que la gente sigue esperando”, dijo Reuque.

Otro dirigente vecinal, Sergio Herrero, del barrio Malvinas, señaló que el costo se convirtió en prohibitivo para la mayor parte de las familias porque hoy una obra de conexión interna puede costar “hasta 500.000 pesos”, según la cantidad de metros de caño que sean necesarios. Si bien el ahorro pasa a ser importante cuando el usuario ya no necesita leña y gas envasado, el recupero se extiende en el tiempo y ya no resulta tan atractivo.

Herrero dijo haber iniciado gestiones ante el EPRE provincial para que faciliten las conexiones de gas a fin de descomprimir la sobredemanda eléctrica, pero sin resultado hasta ahora. También hicieron intentos con el Instituto Municipal de Tierras y Viviendas que “quedaron en la nada”. Según el dirigente, las 100 conexiones particulares que ahora gestiona el municipio representan menos del 20% de la necesidad real.


El fondo disponible es para 100 conexiones



El delegado local de la secretaría de Integración Socio Urbana que depende del ministerio de Desarrollo Social de Nación, Pablo Marigo, explicó que ese organismo financia las 100 conexiones en Nahuel Hue con un fondo conformado por un porcentaje del impuesto al dólar turista y otro que se tomó del impuesto a las grandes fortunas, cobrado por única vez el año pasado.

Explicó que ese cupo de 100 obras domiciliarias para Bariloche de ningún modo es un techo y puso como ejemplo un programa similar en Río Grande, Tierra del Fuego, que hoy tiene en ejecución 600 conexiones de gas domiciliario, promovido y solicitado desde el instituto provincial de Vivienda.

Según Marigo, “siempre está la posibilidad de presentar más proyectos de este tipo” y la eventualidad de nuevas asignaciones para esta ciudad depende de las presentaciones que realicen el municipio y la provincia. Aunque dijo que también se pueden canalizar a través de organizaciones sociales o cooperativas de trabajo.

“La demanda de gas en la cordillera es una línea de trabajo que tenemos muy presente y que no se da en otros puntos del país”, afirmó Marigo.

Un caso de envergadura menor pero que sirve de ejemplo es el del barrio Matadero Municipal, donde los mismos vecinos se organizaron para construir la red callejera de gas y ahora van por las conexiones domiciliarias, también con una contratación colectiva para abaratar costos.

La referente del barrio, Cristina Neculmán, dijo que son una treintena de familias, asentadas en algunos casos hace más de 40 años en esos lotes y que llevaban largo tiempo a la espera del gas. No podían hacer la obra porque hay tierras lindantes que pertenecen al ferrocarril y nadie pagaría su parte. Finalmente consiguieron hacerlo mediante un acuerdo con el municipio.

“Somos un barrio organizado, ahora estamos empeñados en las conexiones domiciliarias, contratamos a un gasista matriculado que nos hace precio especial y vamos a tener un ahorro importante -dijo Neculman-. La esperanza es poder contar con el servicio este invierno”.

Otra opción disponible, también implementada por el gobierno nacional, es el plan “Mejor Hogar”, que consiste en un crédito blando para conexiones de gas, a una tasa de interés fija del 16%. El trámite se canaliza por el banco Hipotecario, que no tiene sede en esta ciudad. Y los requisitos no son fáciles de cumplir, porque es indispensable ser propietario del inmueble o contar con contrato de alquiler homologado. En los hechos, casi nadie lo utiliza.


Un paliativo menor


Marigo señaló que el Registro Nacional de Barrios Populares, que se usa como referencia inicial para canalizar las obras de infraestructura de servicios, tiene en Bariloche tiene 28 barrios censados, donde viven unas 5.000 familias. La mayor parte con dificultades serias para acceder al gas natural.

El funcionario admitió que la gestión y conexión de ese servicio “es muy compleja” por la cantidad de requisitos que demanda Camuzzi. Dijo que los vecinos deben “organizarse para demandar”, ya que en los barrios populares califican para acceder a la ayuda de Nación, siempre que tengan regularizada la titularidad del lote.

Aunque subrayó que existe una ley que obliga a Camuzzi y otras empresas de servicios a aceptar el “certificado de vivienda familiar” como documento suficiente para habilitar la conexión, “pero no se cumple”.

Marigo insistió en que hay financiamiento disponible y falta gestionarlo. “Está la necesidad, y están los fondos”, afirmó.

Aun así nada marcha sobre rieles. “Las soluciones propuestas desde el Estado no alcanzan” dijo Sergio Herrero, dirigente del barrio Malvinas.

Criticó a los funcionarios por hacer “manejos políticos” con el tema y los acusó de tener “pocas ganas de trabajar en el territorio”. Se preguntó cómo hace una familia con gas en la puerta de su casa, que “no tiene planos, papeles” y mucho menos asesoramiento para conectarse al servicio. Ante esas limitaciones, se resignan a continuar con la garrafa y la leña. “Llega el invierno y las complicaciones para calefaccionarse son muchas”, aseguró Herrero.

También en el barrio Unión el listado de requisitos desalienta a muchos, según afirmó la presidente de la JV, Antonia Reuque. La contratación de un matriculado, el costo de los materiales y la exigencia de que los artefactos a colocar sean “nuevos” es un impedimento para incorporarse a la red de gas.


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