El transporte de Bariloche en situación terminal: la excusa es el turismo y las calles rotas
Hay 62 colectivos en funcionamiento de los 100 prometidos cuando comenzó al concesión de Mi Bus. El municipio apuesta a una App y anuncia más unidades.
Acosado por el fuerte descontento que cundió en las últimas semanas por las falencias del transporte urbano, el municipio de Bariloche desplegó un paquete de medidas que incluyen mayores controles, la llegada de nuevas unidades, un formulario online para reclamos y la puesta en marcha de una aplicación para los usuarios.
Este último instrumento -según fue anunciado- permitirá realizar un seguimiento en tiempo del recorrido de los colectivos y evitar largas esperas. Los funcionarios concentran en la “app” sus mayores expectativas para revertir el enojo. Aseguraron que estará activa antes de fin de mes.
El servicio que presta Mi Bus entró en grave crisis este invierno, con recorridos desatendidos, frecuencias que no se cumplen, vehículos cada vez más deteriorados y otros que pasan llenos y dejan pasajeros en las paradas.
Desde el municipio aseguraron haber intensificado las campañas de inspección y sanción. Pero al mismo tiempo justificaron a la empresa. La vicejefa de Gabinete, Gabriela Rosemberg, dijo que el desborde del tránsito, asociado a la enorme cantidad de turistas que recibió la ciudad, desarticuló por completo el diagrama de frecuencias. Los colectivos quedan atrapados en los bloqueos y les resulta imposible cumplir los horarios, afirmó.
También agregó como segundo factor el severo daño que las lluvias provocan en esta época en las calles de tierra, que son un porcentaje alto en varios recorridos. El caso más notorio este año fue el de villa Los Coihues, donde se implementó un “rondín” especial porque el acceso principal al barrio está interrumpido debido a la instalación de un nuevo puente. Allí dos colectivos rompieron elásticos, que todavía no pudieron ser reemplazados por falta de repuestos.
La apuesta es la aplicación del transporte
Rosemberg dijo que la aplicación de celulares que eligieron para el transporte barilochense es la Ualabee, porque es gratuita y se puede administrar con los datos de Nación Servicios, a partir de la misma tecnología del sistema SUBE. Dijo que había otras opciones, privadas, que ya podrían estar en uso, pero son alto costo.
Explicó que el paso clave, que ya están a punto de completar, es el relevamiento de recorridos exactos y paradas, que necesitaba una actualización, y que era un requisito ineludible exigido por la Comisión Nacional de Regulación del Transporte.
El esquema de líneas y frecuencias es ajustado cada tanto, pero no registra ampliaciones desde hace años. Esto a pesar de que el número de usuarios creció en forma notoria, y se engrosa con los turistas, que antes solían moverse por otras vías pero hoy suben cada vez más al transporte urbano. En muchos casos con sus valijas y mochilas.
En la última audiencia pública por la revisión tarifaria el gerente de Mi Bus Juan Pablo Follonier reconoció que en el último año, con el mismo esquema de rutas ni servicios, el número de pasajeros se había incrementado un 20%. Dijo que el índice de pasajeros por kilómetro subió de 1,8 a 2.2. El dato es de 2022 y hoy sería todavía mayor.
Según Rosemberg, el servicio “es muy difícil de controlar” y el propósito de la gestión es estandarizar la información para luego “generar acciones”.
Por eso, ante las quejas que arreciaron en el último tiempo y que se expresan por distintas vías (incluidas las radios, los medios digitales y hasta el facebook de la empresa), decidieron crear y difundir un formulario que está disponible en la página oficial del municipio, https://www.bariloche.gov.ar/formulario-tup/ para que los usuarios asienten sus reclamos.
“El colectivo no pasó”, es la denuncia más repetida, admitió Rosemberg. Un contratiempo que siempre es indeseable pero mucho más en pleno invierno, cuando esperar el siguiente servicio a la intemperie es una verdadera prueba a la paciencia y a la salud.
Esto último se ve agravado por la falta de garitas. Un déficit que no es atribuible a la empresa, sino por entero al municipio.
Rosemberg dijo que no contaban con un diagnóstico claro sobre esas “infraestructuras”, hasta que hace unos días terminaron el recuento: la ciudad tiene hoy en toda su geografía más de 900 paradas de transporte definidas, casi un 50% por encima de lo que se suponía.
Según detalló la funcionaria, existen en Bariloche 328 refugios o garitas para el resguardo de pasajeros, mientras que otras 656 son simples sitios de espera a la intemperie. De estas últimas solo 130 tienen cartel indicativo.
Sin horarios, sin garantía que pase el colectivo
El subsecretario de Tránsito y Transporte, Daniel Pincheira, también observó que el sistema enfrentó serios problemas este invierno y que es común observar en las calles que la enorme cantidad de vehículos impide a los colectivos cumplir los horarios y muchas veces los agrupa a la fuerza, de modo que “pasan dos juntos”, para disgusto de los pasajeros.
Otras veces circulan tan llenos que dejan gente en las paradas, un rasgo de las grandes urbes que antes no se replicaba en Bariloche, pero que ya es moneda común.
Pincheira aseguró que la empresa tiene voluntad de mejorar y ampliar los servicios y “publica llamados pero no consigue choferes”.
Afirmó que Mi Bus tiene hoy 66 colectivos en actividad, de los cuales circulan 62, porque el resto están a la espera de repuestos, como el caso de los averiados en el recorrido de Los Coihues. El contrato original comprometía a la concesionaria a tener 100 unidades a disposición en Bariloche, pero luego el Ejecutivo la dispensó de esa obligación, a pesar de que la demanda en la post pandemia no paró de crecer.
Hace pocos días el intendente Gustavo Gennuso anunció que la empresa incorporará otros dos colectivos a su flota en lo inmediato y sumará “13 más para finales de agosto”. Este medio le preguntó a Pincheira si serán vehículos cero kilómetro pero el funcionario dijo que lo desconocía y estaba a la espera de obtener esa precisión.
Rosemberg aseguró que la mira siempre está puesta en mejorar la calidad del transporte, a partir de los relevamientos, las actas de inspección, “lo que dice la empresa, los descargos” y la evaluación de lo que plantean los usuarios.
Pero en la práctica el transporte sigue lejos de aportar al objetivo de fondo que es brindar un servicio de calidad, que contribuya a disminuir la circulación de autos particulares.
Sanciones que son “muchas” pero nadie dice cuántas
Si hay un dato recurrente en la comunicación del municipio respecto de su relación con Mi Bus es la falta de precisión en los datos y la ambigüedad de los anuncios.
La noticia de que la empresa traerá 15 nuevas unidades a Bariloche impresionó bien en un principio, pero luego nadie pudo aclarar si reemplazarán a las más viejas que se dan de baja o si engrosarán el parque móvil que rueda por las calles. Tampoco informaron si se trata de colectivos cero kilómetro.
En junio pasado, luego del último aumento tarifario, varias juntas vecinales se organizaron para protestar por el “paupérrimo” servicio de Mi Bus y anunciaron su voluntad de presentar un amparo colectivo. Advertidos del enojo creciente, desde el municipio anunciaron que los inspectores saldrían a la calle con una “campaña de fiscalización” para detectar incumplimientos de la prestadora.
El resultado de esas acciones iban a ser presentadas en la comisión de Seguimiento del Transporte, de la que participan concejales de la oposición. Pero allí nunca se habló del tema. Los pedidos de informes tampoco son respondidos, según se quejan los ediles.
Pincheira dijo ahora que la fiscalización siempre se refuerza, tanto en invierno como en verano, cuando el sistema entra en tensión por la demanda turística, pero no pudo cuantificar los incumplimientos ni los montos de las multas. Dijo que las fiscalizaciones son de tres tipos: controles en la base, de donde salen las unidades a cumplir con el servicio, controles a bordo de los colectivos y controles en la calle, para verificar cumplimiento de recorridos y frecuencias.
El subsecretario afirmó que “se hicieron un montón de infracciones por no salir en horario de las cabeceras”, sin dar otros detalles. “Nos propusimos ser más rigurosos a la hora de sancionar y también a la hora de solucionar”, afirmó.
El dato sobre las multas que acumula Mi Bus sigue por ahora a buen resguardo, pero uno de los candidatos a intendente que competirá el próximo 3 de septiembre, Pablo Chamatrópulos, dijo que el municipio bien podría dar por terminado su contrato con Mi Bus sin compensación alguna “por acumulación de infracciones, que son causal de rescisión”.
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