Gaido cerró el primer semestre con un superávit de 700 millones en Neuquén
En los primeros seis meses del año, el municipio obtuvo recursos por unos 13.000 millones. El remanente se volcará a obra pública.
La municipalidad de Neuquén cerró el primer semestre del año con un superávit corriente de 700 millones de pesos, el equivalente a un 5% de lo que logró recaudar a través del cobro de tasas y los envíos por coparticipación.
La ciudad acumuló en los primeros seis meses del 2022 unos 13.000 millones de pesos derivados de sus dos principales fuentes de financiación y otra vez quedó con un resultado positivo en función de sus gastos. El detalle indica que, por mes, el municipio que administra Mariano Gaido recaudó unos 600 millones vía tasas y contribuciones, mientras que el grueso del dinero llegó por la coparticipación federal, la coparticipación provincial y las regalías. Por este concepto, la cifra mensual promedió los 2.100 millones.
El secretario de Finanzas, Fernando Schpoliansky, aseguró que el superávit del semestre es «mérito de una buena administración» y afirmó que será destinado a obras e infraestructura. De hecho, explicó que los 700 millones no están acumulados, sino que los remanentes se van gastando mes a mes para «acelerar la curva de inversión» en la ciudad.
El funcionario dijo que ese buen desempeño de las cuentas ayudó que se puedan pagar los sueldos el último día hábil del mes y a que Neuquén sea una de las primeras en abonar el aguinaldo, a mediados del mes pasado.
«Los recursos en este semestre estuvieron muy bien, por encima de lo que habíamos estimado presupuestariamente. Esto es fruto de un gasto eficiente de los recursos y del índice de cobrabilidad de tasas que tenemos, de alrededor del 70%», planteó Schpoliansky. El secretario aseguró que ello se debe a que «hay una fuerte fiscalización de los ingresos públicos y un Estado municipal presente que la gente lo percibe y por eso paga rápidamente las tasas».
El municipio previó para este 2022 un presupuesto de casi 26.000 millones de pesos, con una distribución del gasto por tercios: uno para el pago de sueldos, otro para funcionamiento y más de un 30% para obra pública.
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