En Bariloche quieren reemplazar la tasa al turista por una “contribución”

El polémico gravamen que está vigente hace siete años fue declarado inconstitucional. El intendente Walter Cortés presentó un proyecto para darle un nuevo formato.

En la búsqueda de sortear las falencias señaladas por la Corte Suprema en la tasa al turista aplicada en Bariloche cuando la declaró inconstitucional, el intendente Walter Cortés envió un proyecto de ordenanza al Concejo para reemplazarla por una “contribución especial”, de diseño parecido, pero con un criterio más amplio en la aplicación de los fondos.

La tasa que fue creada por el exintendente Gustavo Gennuso y hoy sigue vigente -a la espera de un fallo correctivo del STJ provincial- está orientada expresamente a la realización de obras de infraestructura turística.

El nuevo gravamen que ahora deben evaluar los concejales agrega a ese abanico “el mantenimiento y expansión de la red vial, tendido eléctrico, red de agua potable, sistema de saneamiento, sistema de monitoreo y seguridad ciudadana y red pluvial”.

Como ya ocurre hoy, la recaudación no irá a las rentas generales del Estado municipal sino que generará un fondo específico, administrado por una comisión con presencia del Ejecutivo municipal, el Concejo, la Cámara de Comercio y la Cámara de Turismo.

Uno de los asesores del intendente que participó en la redacción, el abogado Martín Domínguez, explicó que los cambios están pensados para “cumplir con los lineamientos del fallo de la Corte” a fin de evitar nuevas impugnaciones, aunque “nadie puede asegurar un blindaje jurídico” a la nueva ordenanza.

Señaló también que en la hechura intercambiaron opiniones con las cámaras empresarias. “Lo hemos trabajado con ellos, van a participar en la comisión y el proyecto está consensuado con el sector”, aseguró.

No solo un cambio de nombre

Domínguez dijo que buscaron corregir los ”errores originales” de la iniciativa de Gennuso y señaló que el primer cambio es el concepto, para transformar la tasa “en una contribución especial”. Según los fundamentos, la contribución es la figura más apta porque “no se caracteriza por tener una contraprestación individualizada”, que fue uno de los puntos débiles de la tasa atacados por la Corte.

Según el asesor, deberán pagar (como hasta ahora) todos los turistas que se alojen en la ciudad en establecimientos habilitados, aunque lo harán por única vez al iniciar la visita. El gravamen dejará de ser acumulativo por pernoctes. En el nuevo formato estarán eximidos de pago los menores de 12 años, las personas con discapacidad y los deportistas que viajen a competir a la ciudad.

La responsabilidad de actuar como agentes de retención seguirá a cargo de los empresarios. Domínguez dijo que los detalles sobre ese rol serán aclarados en la reglamentación y la intención es implementar un método de “pago electrónico más simple que el actual”.

El destino de las inversiones

Según los fundamentos de la iniciativa, el foco estará puesto en la inversión en servicios básicos porque los costos de esa infraestructura en una ciudad turística “son variables, propios, específicos y distintos en cada temporada, y no pueden ser sostenidos por los aportes generales de la comunidad vecinal, más aun por aquellos que no reciben beneficios directos del turismo”.

Aunque aun no está creada, Cortés incluyó en el proyecto de presupuesto 2025 que presentó esta semana un ingreso de 1.841 millones de pesos en la cuenta “contribución especial al turismo”. Este año, por la llamada “ecotasa”, lo presupuestado era una recaudación de 1.416 millones, que difícilmente se logren, porque al cierre de agosto los turistas solo habían aportado 591 millones.

Según el diseño que elaboraron su asesores, los montos de la contribución quedarán fijados en módulos fiscales y al valor de hoy alojarse en un hotel de 1 estrella generaría una imposición de 885 pesos, en los de 3 estrellas (incluidos estudiantiles) 2.655 pesos por estadía, y los de 5 estrellas costarán 7.080 pesos. La actualización será periódica, como ocurre con otras tasas y derechos.

Desde un primer momento la tasa obligatoria impuesta al os visitantes había sido cuestionada por los prestadores turísticos locales con el argumento de que Bariloche padecería una desventaja competitiva con otros destinos similares que no la cobran.

Domínguez dijo haber escuchado ese argumento en las reuniones mantenidas con el empresariado pero, “hay también un convencimiento de que en el mundo la tendencia es cobrar al turista de algún tipo de tributo para sostener las ciudades en condiciones. Es más, en algunas quieren poner límites para que no ingresen más. Acá la idea es la contraria: con ese dinero lograr que el lugar esté mejor, para recibir más visitantes”.


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