En Bariloche, el municipio tiene una deuda sin saldar con la “eficiencia energética”

Existe una ordenanza que está a punto de cumplir cinco años y nunca se reglamentó. Permitiría ahorrar hasta un 20 de gas y luz, en beneficio de otros usuarios, señaló una ONG que pidió al intendente Walter Cortés, que desempolve la normativa.

El municipio de Bariloche cuenta desde hace años con una herramienta para encuadrar las obras particulares bajo criterios constructivos destinados a garantizar el ahorro de energía, pero nunca lo aplicó por demoras en la reglamentación, según denunció el Observatorio del Derecho a la Ciudad.

El coordinador de esa ONG y excandidato a intendente en 2023, Norberto Rodríguez, dijo que “ya pasó otras veces con ordenanzas que quedan en letra muerta”, entre las que mencionó una más añeja aun, que autoriza y regula la construcción de casas de adobe.

En relación con la llamada “eficiencia energética”, las nuevas pautas que debían añadirse al código de Edificación fueron aprobadas en 2019 por iniciativa del entonces concejal Daniel Natapof (PJ) y apuntaba a exigir una más estricta de aislación térmica en construcciones mayores a los 100 metros cuadrados.

Según el Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC), si Bariloche cumple las metas delineadas en la ordenanza 3098/19-que plantea una adaptación de los edificios en etapas- podría asegurar un ahorro energético global del 20% como mínimo (la ordenanza habla del 35 al 40%), con la posibilidad de distribuir mejor los recursos de gas y electricidad e incorporar a nuevos usuarios.

Si se reglamenta y se comienza a aplicar, la ordenanza tendrá alcance solo sobre grandes construcciones. (archivo)

El tema es de urgente actualidad desde que Camuzzi Gas del Sur, a mediados de 2022, dejó de otorgar nuevas “factibilidades” de conexión al gas natural en toda la región debido a la saturación del sistema de abastecimiento. Solo en Bariloche hay más de 5.000 clientes potenciales en espera. En materia eléctrica, sin llegar a esos extremos, también hay limitaciones.

Aun así, la normativa está a punto de cumplir cinco años y nunca se reglamentó. El ODC lo expuso con todo detalle presentó al Concejo Municipal, ya que la reglamentación “puede ser requerida desde el Deliberante por la responsabilidad que le cabe al respecto, a los fines de ponerla lo antes posible en funcionamiento”. Agregaron a las presentaciones decenas de firmas en adhesión.

Rodríguez, que es arquitecto de profesión, sostuvo que hay estudios de sobra para sostener la necesidad de incorporar criterios de eficiencia térmica en las viviendas y edificios, no solo por cuestiones de economía sino para contribuir a la mitigación del cambio climático.

Explicó que “existen normas IRAM” muy precisas con un mapeo de todo el país y los criterios constructivos para el aislamiento de las construcciones, según un coeficiente que se logra con determinados materiales, en cada caso. Señaló por ejemplo que en Bariloche un ladrillo hueco común no cumple con el requisito mínimo que si alcanza en Buenos Aires y la zona centro.

“Es algo que tiene que ver con la amplitud térmica -dijo Rodríguez-. Si el objetivo es tener 20 grados en el interior no es el mismo requerimiento si hay 5 grados en el exterior que con 20 grados bajo cero”.

Costo y recupero

Los criterios de aislamiento están definidos para loS “envolventes” de cada construcción, es decir para muros, techos y pisos. Según Rodríguez una obra con buen aislamiento es más cara, pero cuando se aprobó la ordenanza “se recuperaba la inversión extra en dos años” y ahora ese plazo se se acortó, porque los materiales “se abaratan”. Y además subieron mucho las tarifas de los servicios.

La ordenanza que aprobó el Concejo a fines de 2019 por unanimidad -y que el exintendente Gustavo Gennuso jamás reglamentó-, impone la presentación del proyecto de obra con planillas que determinen el balance térmico y cálculo de coeficiente K (así se llama), según las variables climatológicas, tamaño y orientación del inmueble.

El municipio deberá aprobarlo para otorgar la licencia de construcción. Porá también desarrollar -agrega el articulado- un sistema de etiquetado con distinción expresa del diseño sustentable y eficiente “a fin de catalogar las construcciones e incentivar acciones” en el espíritu de la ordenanza.. Esas etiquetas se podrán validar en forma periódica y servirán por ejemplo, para exhibir y jerarquizar servicios turísticos, comerciales o institucionales.

Rodríguez dijo que la norma no está destinada a poner bajo presión a los propietarios de pequeñas viviendas familiares, sino a las empresas empresas, hoteles, complejos de departamentos y otros desarrollos de envergadura, porque la primera etapa obligaría solo a las construcciones superiores a los 250 metros cuadrados.


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