El memorial de Malvinas en Bariloche, una obra pública que no frena y se salvó de la crisis
La construcción combina el homenaaje a los veteranos y a los caídos en la guerra con la apertura de un nuevo espacio público, junto a la playa más céntrica de la ciudad. Aseguran que estará lista antes de fin de año.
No se trata del hospital, de un centro de salud ni tampoco de una escuela. Si hay una obra pública provincial que avanza con ajuste estricto al cronograma, sin tropiezo alguno y ajena a cualquier sofocón presupuestario es el Memorial de Malvinas, que ya comenzó a cambiar el paisaje de la costanera céntrica, a orillas del lago Nahuel Huapi.
La estructura de hormigón resalta detrás del cerco de obra y deja entrever el perfil previsto en el diseño, donde sobresale la proa de un barco que estará ornamentada con una fuente de agua, en simbólica referencia al océano austral.
Todo el conjunto albergará además en una planta inferior, a la altura de la playa lacustre, oficinas, baños públicos y un pequeño museo. Mientras que en la planta superior, en el mismo nivel que la avenida Rosas, habrá un paseo público, a modo de plaza seca, con bancos, solado artístico, barandas y cartelería de homenaje a los excombatientes y veteranos de guerra.
Los trabajos comenzaron en octubre de 2023, están a cargo de la empresa Alusa y nunca se detuvieron. El presupuesto inicial fue de 220 millones de pesos. La cifra final será bien superior, pero no es fácil obtener una precisión porque hay constantes “redeterminaciones” ajustadas a la tabla que aplica la provincia en esos casos, para evitar quejas de las contratistas y que permitió mantener el ritmo de obra.
En los momentos de mayor actividad el proyecto demandó la presencia de 30 obreros y en la actualidad tiene asignados 20 trabajadores.
El delegado de Obras Públicas para la zona Andina, Diego Iraola, dijo que hubo imponderables por razones climáticas pero los plazos en general se cumplen. El pago de certificaciones no tuvo contratiempos y el memorial estaría listo para su estreno antes de fin de año.
Señaló que además de la lluvia, los condicionó en la primera etapa la aparición de escurrentías de agua superficial, que demandaron trabajos adicionales. “Es algo que no había aparecido en los estudios de suelo y hubo que hacer algún drenaje y derivación de líquidos, pero ya está. Hoy la obra tiene un avance del 45%”, afirmó.
Iraola reconoció que no pasa lo mismo con otras obras públicas provinciales destinadas a Bariloche. La nueva terminal de ómnibus quedó paralizada y la ampliación del hospital zonal bajó notoriamente el ritmo de ejecución, por razones económico financieras. El memorial de Malvinas no se vio afectado porque se trata de un proyecto de menor envergadura. “Además tenemos a los excombatientes muy atentos a la evolución, e interesados en que se cumpla el contrato y esté listo para este año”, sostuvo el funcionario.
Cambios obligados por la falta de gas
Iraola dijo que la negativa de la empresa Camuzzi a habilitar nuevas conexiones de gas por la saturación del sistema también afectó a las obras públicas. En el Memorial de Malvinas, por su tamaño, pudieron redefinir el proyecto para prescindir del gas natural y colocar calefacción y sistema de agua caliente con energía eléctrica. Con ese fin tramitaron y consiguieron en la CEB el otorgamiento de potencia extra.
Advirtió que el mismo condicionamiento afecta al hospital zonal, pero allí -por funcionalidad y también por tamaño– la reconversión a electricidad es imposible. Por ahora, aunque el nuevo edificio se termine quedará sin uso, a la espera de las obras de compresión sobre el gasoducto cordillerano.
Iraola reconoció que esa perspectiva es incierta por la parálisis de la obra pública impuesta por el gobierno nacional.
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