Comerciantes de Bariloche piden más severidad del municipio con la venta ambulante

La Cámara de Comercio e Industria de Bariloche denunció la “multiplicación” de la oferta informal en la vía pública de mercaderías de todo tipo y reclamó mayor fiscalización por parte del municipio.

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El nuevo presidente de la entidad, Elián Caramichos, cuestionó la relajación de los controles y aseguró que la venta callejera sin habilitación causa serio perjuicio a los comercios. Señaló que esta semana recorrió la calle Mitre y solo en las dos primeras cuadras pudo contar 30 puestos o “mantas” con ofertas de los productos más diversos.

“Hasta hemos visto a dos peluqueros cortando el pelo en un banco del Centro Cívico” dijo Caramichos, en referencia a las actividades comerciales que representan una “competencia desleal” para los locales habilitados.

Según el dirigente, en la mayoría de los casos se trata de “gente que viene de afuera” y los vendedores que están en la calle “muchas veces no son los dueños del puesto” sino empleados, que cumplen horario y se reemplazan entre ellos. “El comerciante tiene que lidiar con la venta ambulante en su vereda y encima le piden usar el baño y no se puede negar”, apuntó Caramichos.

Para el titular de la Cámara de Comercio, la proliferación se da no solo en el centro sino en otros lugares como la ruta de acceso por el este, con puestos de verdura o “venta de espejos”. Refirió que la actividad informal en la vía pública “es peor semana a semana y si nadie hace nada en enero se va a agravar todavía más”.

Escasa respuesta

Señaló que desde la entidad empresaria “hace dos o tres meses” se reunieron con el intendente Walter Cortés para plantear el tema, escucharon compromisos, pero no hubo cambios. Concedió que “si son artesanos, hay un registro y lugares específicos para que trabajen, como las globas del Centro Cívico”. Subrayó que les cobran un canon mínimo.

Pero afirmó que fuera de ese encuadre la “reventa” callejera de productos similares a los que ofrecen los comercios (por ejemplo recuerdos y “regionales”) avanza de hecho y sin habilitación alguna.

Se quejó de que “el municipio fiscaliza solo al comercio habilitado, que es como se dice vulgarmente lo mismo que cazar en el zoológico”, mientras que para ir más allá haría falta “voluntad política”.

Reconoció que los inspectores muchas veces no quieren presentarse en los lugares conflictivos, “y con razón”, porque quedan expuestos a reacciones violentas.

A su entender, para que haya cambios visibles los inspectores municipales deben no solo intimar el retiro sino después, ante la desobediencia, incautar los productos a la venta. Pero admitió que no pueden hacerlo sin acompañamiento policial, y puntualizó que en los procedimientos la policía “debe tener una postura activa. Porque si están solo como acto de presencia tampoco sirve”.

Caramichos opinó que la preocupación por la venta callejera debería ser “de toda la sociedad, porque hay que defender a Bariloche. No se trata solo de la competencia con el comercio habilitado. Estéticamente no es lo mejor para el turismo, que debe esquivar los puestos todo el tiempo”.