Caminos que llevan a la fundación de Neuquén

De norte a sur, en toda su extensión, la ciudad de Neuquén ofrece a sus visitantes un recorrido por los edificios que cuentan la historia de su capitalidad. No somos un localidad en la que se ha preservado demasiado su patrimonio histórico, pero aún así algunos lograron sortear el olvido gracias a la impronta que imprimieron en el pasado.

El recorrido se inicia en pleno centro, justo allí donde se encuentra el monolito fundacional, que fue colocado el 12 de septiembre en el acto que oficializó la nueva capital del Territorio del Neuquén. A 300 metros de allí, hacia el oeste se encuentra la Casa de Gobierno, que fue construida en 1908 con las intenciones de que allí funcione la Jefatura de Policía del Territorio del Neuquén.

Tal lo imaginado por el gobernador Carlos Bouquet Roldán, el edificio tiene un diseño de fortaleza de ladrillo y cemento con torres de vigilancia, al estilo medieval.

En 1923 se instaló el reloj alemán sobre la torre que da a la plaza, el único desde entonces que jamás dejó de funcionar. En 1926 se traslada allí la sede del gobierno central.

Luego de allí, se bajan dos cuadras hasta la diagonal Alvear y se encuentra la que fue la casa del intendente Miguel Mango (1925-1926), construida en 1924.

Nunca un edificio mutó tanto de funciones ni de historias como aquel que aún se levanta en diagonal Alvear 56. En un mismo salón se tomaron importantes decisiones gubernamentales, se aprendió corte y confección, a pintar y cocinar, a estudiar albañilería o carpintería y luego ese mismo lugar fue punto de reunión para tragos y bailes compartidos. Incluso alguna vez funcionó como casa de inquilinato o conventillo.

No hace falta caminar mucho más para llegar a otro edificio que cuenta historia. Enfrente se encuentra lo que fue la primera escuela pública de la ciudad. Se trata del edificio de la escuela que comenzó solo destinada para varones y luego se hizo mixta. Hoy se conserva intacta la esquina que funcionó como la casita del director. Actualmente funciona allí la Escuela de Música.

Cruzando la avenida Argentina, se encuentra la biblioteca popular Alberdi, un edificio por demás emblemático de la ciudad capital de Neuquén.

Fue fundada en noviembre de 1928 y funcionó en laescuela 2 que estaba enfrente. En 1931 logró la construcción de su edificio propio, que luego de dos años abrió sus puertas en la histórica esquina de avenida Argentina y Alberdi.

Si se sigue bajando por la avenida, el turista se encontrará con la tranquera de los ingleses, ícono de la fundación de esta capital. También allí, en el Parque Central se ubican las construcciones históricas de Ferrocarriles del Sud, que se levantaron en 1902, luego de la habilitación del puente ferroviario sobre el río Neuquén.

Existen tres casas antiguas en la zona sur de la ciudad capital que son testimonio vivo del pasado.
Una de ellas se encuentra en el barrio Valentina Sur y se denomina La Castellana. Una construcción que data de 1929 y que si bien hoy está deshabitada se mantiene impoluta, rodeada de barios privados.

Tiene un estilo europeo con una amplia galería, levantada sobre una plataforma para evitar que se inundara con las intensas crecidas del río Limay. Una de sus particularidades es que contaba con un puente colgante que comunicaba la vivienda con el ingreso a la chacra para que los invitados a las fiestas, que allí se realizaban, pudieran ingresan aún cuando todo el predio estaba rodeado de agua.

En el extremo sureste de la ciudad, también se puede visitar la casa familiar que perteneció al exgobernador del Territorio del Neuquén, Carlos Bouquet Roldán. Se llama La Siren. Tiene un corredor de entrada con alero, un living comedor, un baño, un dormitorio y una cocina. Sus paredes son de mampostería de ladrillos traídos en tren desde Francia y Estados Unidos. Hoy es un centro cultural.

Se suma al recorrido la Casa de la familia Rosa, en Richieri 177, que a principios de 1900 abrieron el primer frigorífico del Territorio y la primera fábrica de jabón y lejía.