Bariloche: una iniciativa para “desenredar la madeja” de los tableros eléctricos comunitarios

El municipio quiere desligarse del pago de esos consumos, que le demanda unos 180 millones de pesos mensuales. Hasta ahora no consiguió acuerdo con la CEB y con los usuarios de barrios popularespara avanzar con las regularizaciones.

Debido a su alto costo, el municipio decidió poner fin a la instalación de nuevos tableros comunitarios de suministro eléctrico en barrios populares, y en paralelo creó una comisión de la que participan la CEB, el Instituto de Tierras y Viviendas y los propios vecinos, con el plan de erradicarlos, al menos donde ya existen tendidos regulares.

Esa reconversión fue hasta ahora una tarea imposible. La perpetuación de los tableros, que en algunos barrios tienen más de 15 años y de los que dependen casi 2.000 familias en toda la ciudad, generan facturas mensuales de unos 180 millones de pesos, que son abonadas por el Instituto de Viviendas del municipio.

La CEB envió emisarios “técnicos y también políticos” a la última reunión del Consejo Social de Tierras, donde quedó conformada una comisión para estudiar soluciones de corto plazo. Aunque la única con verdadera urgencia para terminar con los medidores colectivos (y gratuitos para los usuarios) es la municipalidad.

La CEB alegó hasta acá que no le corresponde y esa tarea debe ser encarada y gestionada por el municipio, según constaría en el primer convenio entre las partes, que data de 2008. Mientras tanto, los vecinos de Nahuel Hue, Malvinas, y otros que ya tienen línea eléctrica regular, se niegan a tramitar su propio medidor, por el costo que significa.

La Cooperativa prefiere no alterar el actual statu quo porque intuye que retirar los tableros comunitarios derivará en una ola de nuevos “colgados”.

El director del Instituto de Tierras y Viviendas Tomás Guevara dijo que la comisión quedó conformada para estudiar vías de solución y es “un paso adelante”, con el fin de resolver una «madeja» difícil de abordar.

Señaló que los casos más añejos y conflictivos son los de Nahuel Hue y Malvinas, “donde hace tiempo que se podrían haber retirado los tableros”, pero la CEB no lo hace y delega esa responsabilidad en el municipio. Señaló que solo en esos dos barrios son unos 700 los frentistas beneficiados con el uso gratuito de la electricidad, por el sistema provisorio, que se paga con dineros públicos.

La municipalidad decidió hace un tiempo no instalar nuevos tableros comunitarios, a pesar de las solicitudes. Según Guevara, quedaron sin respuesta pedidos de ese tipo en barrios como la Manzana 28, sectores de San Francisco IV, La Lomita, parte de Vivero Municipal y la toma ubicada en el ingreso a El Pilar. “No hay capacidad para más”, aseguró.

La facturación que recayó en agosto sobre el IMTV fue de 180 millones de pesos por la totalidad de los tableros. Si son 2.000 las familias atendidas de ese modo, el promedio da un consumo de energía de 90 mil pesos mensuales cada una.

Guevara dijo que los vecinos podrían acceder a una ayuda financiera del municipio para adquirir su medidor y luego pagarían con “tarifa social”, como la que alcanza hoy a los barrios populares.

Señaló que desde el mismo momento que apareció la solución de los tableros, “la idea nunca fue dejarlos de por vida”, y atribuyó al responsabilidad a la CEB por el congelamiento de la situación actual.


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