Acceso a la vivienda: un sueño al pie de Vaca Muerta que nunca llega en Añelo

Alquilar en la localidad de cabecera de Vaca Muerta es casi una misión imposible y la situación se potencia si el deseo es comprar. Se agudizan las contradicciones entre el crecimiento de la industria petrolera y las necesidades básicas insatisfechas.

El fenómeno Vaca Muerta y la publicidad masiva de sus oportunidades laborales contrastan con el ritmo del desarrollo urbanístico de un pueblo que creció exponencialmente y que sigue sin acercarse a cumplir el sueño del acceso a la vivienda. Esta es la realidad de la localidad de Añelo, que a pesar de contar con una historia de progreso y trabajo, todavía no logra trasferir la riqueza de su industria a las necesidades sociales. Sobre todo la habitacional.

Conseguir un terreno o una casa para la compra es un verdadero desafío que se potencia para quienes desean alquilar una vivienda en Añelo. La localidad se encuentra atravesada por un mercado inmobiliario especulador, falta de inversiones para la construcción y las limitaciones operativas para llevar servicios básicos, que se transforman en factores que más complican a quienes ven en el pueblo un destino.

La disponibilidad de tierras tampoco es la mejor y en muchos casos no significan un atractivo para que los desarrolladores privados puedan invertir y llevar los servicios a esos lotes.

La realidad no es desconocida por el gobierno local. El propio intente Milton Morales reconoce que “la situación no es simple” y que más de una vez los estudios de viabilidad que realizan privados, incluso empresas de servicios relacionadas al rubro energía, “consideraron que no era factible asentarse en ciertas zonas del pueblo”.

“Somos un pueblo con muchísimo empuje, pero no somos una ciudad y es una realidad con la que convivimos y trabajamos”, dijo el jefe comunal.

Alquileres inalcanzables

Los valores de los alquileres son un problema para quienes desean radicarse en Añelo y van desde los 80 mil pesos por mes por una casa con dos habitaciones, un baño y comedor en el casco viejo.

Para una casa con las mismas prestaciones pero con una habitación más, el valor excede los 100 mil pesos por mes. Sin inmobiliarias que intervengan, solo entre particulares. A pesar de esto, el techo de los precios se somete a la relación oferta y demanda, una balanza que en Añelo se inclina hacia lo segundo.

Los valores en muchos casos son mayores a los que promedian, incluso, en la capital provincial y según los propios vecinos reflejan la especulación de un mercado que está trazado por el costo de vida petrolero.

“Viene una empresa y te alquila todas tus propiedades para sus empleados por el precio que le pidas, entonces los valores de los alquileres suben”, contó un vecino que alquiló por varios años.

De esta manera las empresas petroleras terminan convirtiéndose en las formadoras de los precios de los alquileres.

Este panorama genera varios efectos negativos para quienes necesitan instalarse en el pueblo. Por un lado, la urgencia los obliga a pagar precios exorbitantes por un espacio que no cubre las expectativas de calidad y confort. Y por otro, son víctima de los especuladores.

“Hoy un salón de 4 por 4 metros está 50 mil pesos y es una caja de zapatos”, detalló otra vecina.
La situación incluso trascendió el oportunismo comercial y propició nuevas modalidades de delitos. Hace unas semanas varias personas hicieron públicos los intentos de estafas con presuntos alquileres.

Un hombre expuso en dependencias policiales una situación donde alguien que ofrecía una vivienda, le pidió la transferencia de dinero en concepto de seña, para reservar un alquiler en el casco viejo de Añelo. Posteriormente pudo comprobar que fue víctima de una estafa y que la casa era de otra persona. El estafado perdió el monto que había girado.

Hubo proyectos para desarrollos privados que ampliaban la zona urbana, pero se frenaron.

Un mapa de 700 lotes

Añelo tiene un mapa urbano que lo divide en un casco histórico, con 700 lotes habitados y un nuevo desarrollo sobre la meseta, que actualmente cuenta con 80 terrenos de los cuales solo una parte tiene casas terminadas. Este es el sector fue el que sufrió un intento de usurpación hace pocos días.

La realidades de ambas zonas son distintas. El casco viejo cuenta con servicios en casi la totalidad de las casas. En tanto que, del total de las casa de la meseta solo el 10% cuenta con gas y el abastecimiento de agua se ve afectado continuamente.

Las cloacas también son una deuda para la nueva urbanización y desde el Municipio explicaron que se están trabajando dos grandes propuestas con el gobierno nacional y provincial, una de ellas contempla la utilización de las aguas grises como riego para la forestación de la meseta.

Lo cierto es que los servicios básicos dependen de obras complejas que demandan fondos cuantiosos. Es por eso que la mayoría son concretadas con aportes de Nación y, en menor medida, por la gestión del gobierno provincial y municipal. Un ejemplo de esto son las conexiones entre ambas zonas urbanizadas.


De la época de los crianceros a los sets de fractura de Vaca Muerta


Añelo espera los resultados oficiales del último Censo 2022 que confirmarían una población superior a los 5.400 habitantes, un número que aplasta los últimos datos manejados por el municipio y que duplica a lo que había registrado Indec en 2010.

Este punto sería de vital importancia, no solo para actualizar la información local, sino también para direccionar gestiones públicas de otras dimensiones que permitan soluciones acorde a las demandas habitacionales, en un municipio que todavía es de Segunda Categoría y actualmente percibe solo el 0.8% de coparticipación.

“La ciudad fue planificada para pocos pobladores que se dedicaban a la la producción de animales, no se parece en nada a lo que hoy es Añelo”, explicó el Intendente quien espera que los resultados del Censo le permitan al municipio elevar su categoría.

A pesar de las adversidades, la cultura de trabajo y un fuerte sentido de pertenencia destacan a Añelo como un lugar que busca cambiar su futuro.

Si bien el progreso no puede ser reflejado por la capacidad de un municipio nacido para administrar la urbanización de unas pocas familias productoras y crianceras, el auge de los hidrocarburos no convencionales sostienen la esperanza de convertirse en una ciudad con capacidad operativa como otras de la provincia.

El nivel de la actividad hidrocarburífera en la cuenca no para de crecer y eso es una realidad, al menos así lo reflejaron la cantidad de etapas de fracturas para la conexión de nuevos pozos que se realizaron en los últimos meses.

El dato se convirtió en el nuevo indicador de actividad para la industria del petróleo.

En junio el número volvió a ser muy alto, solo apenas por el récord de mayo, terminó con 1053 punciones hacia la roca generadora. Sumado a esto los nuevos anuncios de inversiones y la firma del inicio de las obras del Gasoducto Néstor Kirchner sigue invitando al resto del país a mirar con buenos ojos a Añelo, considerada por muchos locales como “la capital de Vaca Muerta”.

Hay sectores a los que no se puede llegar con los servicios básicos que, incluso, faltan en sectores del casco histórico.

El plan de radicación permanente que falló


Con el nacimiento de Vaca Muerta y la explosión de actividad en la industria petrolera, una de las apuestas que se barajaban en 2013 era la de convertir a Añelo en una nueva ciudad petrolera pero que no repitiera los errores de un crecimiento desordenado como le ocurrió a Rincón de los Sauces. En el gobierno del exintendente Darío Díaz se llevó adelante un Master Plan para el desarrollo de la localidad que planeaba objetivos de expansión. Incluso contó con el financiamiento de la petrolera estatal YPF que era la empresa que mayor impulso le dio a los no convencionales.

Uno de los objetivos era dotar de servicios de calidad para lograr que sea atractivo para las familias petroleras instalarse en la localidad y evitar los viajes diarios en la ruta. Con esa idea Díaz pidió, como parte del recordado plan de obras de los $1.000 millones que obtuvo Neuquén a cambio del acuerdo YPF-Chevron, una pileta climatizada.

Hasta se pensaron en barrios cerrados para los cargos gerenciales y el sindicato Petroleros Privados diseño una nueva ciudad, pero nunca se pudo avanzar y el traslado diario siguió siendo la opción escogida por las familias.


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