A contra reloj, Bariloche apura las obras del plan de asfalto antes de la veda invernal
Se necesitan días de 10°C para arrojar el asfalto caliente y esperan que las condiciones permitan al menos un mes más de trabajo. Las tareas más importante se concentran en la Costanera y el camino viejo a Catedral.
Mientras Bariloche ya empezó a registrar heladas de madrugada y jornadas en las que el termómetro no supera los 7 u 8 grados, el municipio busca en imprimir celeridad a las obras de pavimento anunciadas por el intendente Gustavo Gennuso, con la idea de ejecutar el mayor porcentaje posible antes de la veda climática.
La pavimentación de la ruta 79, entre la ruta de ascenso a Catedral y Puerto Moreno, y el reasfaltado completo de la avenida Costanera son las dos más importantes. Pero también buscarán llegar a tiempo con la colocación de uno de los puentes de doble mano que ya están en proceso de compra.
El responsable de la Unidad Ejecutora de Obras Públicas, Alfredo Milano confió en que tendrán condiciones aptas “por lo menos un mes más”. Lo que no puedan terminar en ese lapso quedará para la primavera.
Ayer Bariloche amaneció con 1,5° grados bajo cero y al mediodía, aun a pleno sol, la temperatura no superaba los 7°. “En estas cosas el tiempo te maneja”, dijo Milano. Aseguró que trabajan todo el tiempo “con el pronóstico extendido en la mano”. Ayer por ejemplo, definieron el plan de trabajo tras comprobar que las temperaturas subirán hacia el fin de semana.
Con esa perspectiva la decisión fue iniciar el “escamado” sobre la calle sur de la Costanera entre Quaglia y John O´Connor, como paso indispensable para colocar luego el asfalto en caliente, que necesita un mínimo de 10 grados.
“Una vez que está escamado, hay que pavimentar, no se puede dejar así”, explicó Milano. La obra entre el monolito a San Martín y la calle Quaglia (unos 600 metros) ya está terminada y restan otros 2.000 metros hasta el cruce de Garibaldi, en el barrio Ñireco.
Milano reconoció que si no llegan ante de los fríos más intensos, podría quedar la última parte de la Costanera para ejecutar a partir de septiembre. Los trabajos en ese caso están a cargo de la empresa Hidraco, que trabaja de lunes a viernes, pero el funcionario dijo que según lo que dicte el clima podrían acordar un régimen especial e incluir algún sábado y domingo.
Gennuso había anunciado en julio pasado un plan de pavimentación y repavimentación sobre 8.000 metros de calles en toda la geografía de la ciudad, que demandarían unos 1.000 millones de pesos y decidió encarar con recursos del propio municipio. Luego ese presupuesto se engrosó hasta los 1.300 millones de pesos.
Otra de las obras en marcha que deparará beneficios importantes en la circulación es el asfalto de la ruta 79. Aunque se trata de una arteria provincial, el municipio la tomó a su cargo, porque la considera una obra urgente para descomprimir el tránsito en avenida Bustillo.
En ese caso la ejecutora es Codistel SA y hace pocos días dejó concluidos los primeros 1.000 metros de pavimento, que ya están habilitados al tránsito, aunque les falta la señalización. Milano dijo que allí continuarán a partir de ahora con “la preparación de la subbase” del segundo tramo, entre la ruta a Colonia Suiza y la calle Los Tordos, aunque cree que no podrán pavimentar antes del invierno.
El tercer tramo, entre Los Tordos y puerto Moreno si quedará obligadamente para después de la veda climática, porque demanda trabajos más complejos de perfilado de la calzada, incluida la colocación de gaviones y el corrimiento de postes de alumbrado.
Milano anticipó que el jueves el intendente firmará la compra de los dos puentes de hierro destinados al ingreso a Villa Los Coihues y a un nuevo cruce sobre el arroyo Ñireco. El plan del municipio es comenzar con el que corresponde a Los Coihues. En lo inmediato construirían el engavionado y luego, si el clima lo permite, las bases de hormigón en ambos extremos, “que se pueden trabajar con un mínimo de 5 grados”, según explicó Milano.
Allí existe desde hace décadas un puente de una sola mano, que es el acceso principal al barrio para todo tipo de vehículos, incluido el transporte urbano. Según Milano, “la gente se va a tener que adaptar, porque la ejecución de la obra necesita el cierre de ese puente por lo menos por 60 días”. La única alternativa de ingreso será el llamado “Puente Negro”.
El funcionario dijo que hay otras obras viales planificadas que por ahora están frenadas, porque la empresa a cargo “tiene demasiados frentes abiertos”. Mencionó por ejemplo la colectora de ruta Herman y Charcao, en el barrio El Frutillar, la calle Monteverde y la subida de Carriego, en el barrio El Cóndor, donde sí hay actividad.
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