Niña que sobrevivió al tiroteo en Texas planteó ante el Congreso que «no vuelva a suceder»
La niña de 11 años contó que ya no se sentía segura en la escuela. Senadores demócratas y republicanos trabajan en una normativa que, aunque limitada, podría ser el primer intento serio de reformar la regulación de armas en décadas en Estados Unidos.
Miah Cerrillo, una de las sobrevivientes de la masacre perpetrada hace dos semanas en Texas, imploró a los legisladores estadounidenses que «no vuelva a suceder» algo así, al testificar hoy en el Congreso de Estados Unidos.
Cerrillo, alumna de cuarto grado de la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, relató a los legisladores la experiencia que vivió cuando 19 de sus compañeros de clase y dos maestras fueron baleadas en el aula por un joven de 18 años.
La niña, quien describió cómo se untó con la sangre de una compañera asesinada para que el pistolero de 18 años que abrió fuego en su aula pensara que ella también estaba muerta, dijo que ya no se sentía segura en la escuela, durante la audiencia sobre la regulación de armas de fuego en Estados Unidos.
Cuando se le preguntó en un testimonio en video pregrabado qué quería que sucediera en su escuela, respondió: «Tener seguridad». Y cuando se le preguntó si se sentía segura en la escuela, negó con la cabeza y dijo: «No quiero que vuelva a suceder».
Miah tiene pesadillas y todavía se está recuperando de fragmentos de bala en la espalda y lidiando con el trauma, dijo su padre, Miguel Cerrillo, al diario USA Today.
El testimonio de la niña tiene lugar cuando el Congreso enfrenta una presión cada vez mayor para responder a la creciente violencia armada en todo el país, especialmente en forma de tiroteos masivos (incidentes con al menos cuatro muertos o heridos, sin incluir al atacante).
Las masacres ocurridas en la escuela de Miah y, días antes, en un supermercado en Buffalo, en el norte del estado de Nueva York, conmocionaron a la nación, reavivando los llamados urgentes para reformas de seguridad de armas.
Roy Guerrero, un pediatra que atendió a varias víctimas en Uvalde, y Zeneta Everhart, la madre de un sobreviviente de la matanza racista de Buffalo, que dejó a 10 afroestadounidenses muertos, también se pronunciarán.
«Espero que todos mis colegas escuchen con el corazón abierto mientras los sobrevivientes de la violencia armada y sus seres queridos relatan uno de los días más oscuros de sus vidas», dijo Carolyn Maloney, presidenta del Comité de Reforma y Supervisión.
«En última instancia, esta audiencia se trata de salvar vidas, y espero que impulse a mis colegas de todo el espectro político a aprobar una legislación para hacer precisamente eso», agregó.
Un grupo de senadores demócratas y republicanos está trabajando en una normativa que, aunque limitada, podría convertirse en el primer intento serio de reformar la regulación de armas en décadas.
El paquete busca aumentar la financiación de los servicios de salud mental y la seguridad escolar, ampliar las verificaciones de antecedentes de los compradores de armas e incentivar a los estados a instituir las llamadas «leyes de bandera roja», que autorizan a confiscar armas de personas consideradas una amenaza.
No incluye una prohibición de armas de asalto ni verificaciones de antecedentes universales, lo que significa que no cumplirá con las expectativas del presidente Joe Biden, de los demócratas progresistas y de los activistas contra la violencia armada.
De lograrse un acuerdo, la iniciativa aún deberá enfrentar el reto de un Senado dividido en partes iguales entre demócratas y republicanos y obtener los votos de al menos 10 republicanos, una fuerza en la que la mayoría está en contra de una reforma regulatoria significativa.
Los demócratas, en tanto, que controlan la Cámara de Representantes se disponen a aprobar hoy un paquete de propuestas mucho más amplio, que incluye aumentar la edad de compra de rifles semiautomáticos de 18 a 21 años.
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