Lula tiene un inmenso reto: mantener a salvo la Amazonía
Crece la presión internacional para que revierta el daño que deja Bolsonaro y el aliento sin freno a los agronegocios
Superado en las urnas el obstáculo interno que fue Jair Bolsonaro, el presidente electo de Brasil, Lula da Silva, afronta el inmenso reto de satisfacer las expectativas internacionales de frenar la destrucción de la Amazonía, territorio clave para la lucha contra el cambio climático.
“La Amazonía está muy dañada. Necesitamos un plan”, señaló Luciana Gatti, de la agencia espacial nacional de Brasil.
El actual presidente de ultraderecha, Bolsonaro, consideró a las áreas de medio ambiente un impedimento para el progreso económico, al retrasar los permisos para la explotación maderera, el agronegocio y la minería en la Amazonía.
El planeta “necesita una Amazonía viva”, dijo Lula en la noche de su victoria electoral.
En especial, el ex mandatario se ha comprometido a “luchar por la deforestación cero” y a “reanudar el monitoreo y la vigilancia” de la mayor selva tropical del mundo.
El daño que deja la gestión Bolsonaro
Bajo el mandato de Bolsonaro, la deforestación de la Amazonía aumentó más de 70%, según estadísticas oficiales.
En números reales, las cifras de deforestación al comienzo de la primera gestión de Lula llegaron a ser mayores, pero al cabo de sus dos mandatos se redujeron en 70%, conforme a las mismas fuentes.
Antes de asumir sus funciones el 1 de enero, el líder izquierdista tiene previsto asistir a la reunión climática COP27 en Egipto, que se abrirá el domingo.
El país está “listo para recuperar su lugar en la lucha contra la crisis climática”, aseguró.
-Reanudación de fondos
Noruega anunció que reanudará su ayuda para la protección de la Amazonía y Alemania también manifestó su intención de hacerlo. Estas ayudas fueron suspendidas por las políticas de Bolsonaro.
¿Por dónde empezar?
“Lula tendrá que actuar con firmeza desde el principio para redefinir prácticamente el conjunto de operaciones del gobierno federal en la región amazónica”, dijo Suely Araujo, especialista del Observatorio del Clima de Brasil. Dijo que se necesitan recursos financieros y voluntad política, luego del daño que generó Bolsonaro. Brasil, señaló Araujo, se ha convertido en un “paria” en las negociaciones climáticas, y precisa alinear sus políticas con el Acuerdo de París.
Sin ley
La Amazonía, que se extiende por nueve países, es la mayor de las pocas selvas tropicales vírgenes que quedan en todo el mundo.
Tiene más especies y pueblos indígenas que cualquier otro lugar en la Tierra y alberga más de 100 tribus no contactadas.
En ese territorio, los incendios y la deforestación masiva no son problemas nuevos.
Existían cuando Lula estaba en el poder, aunque logró llevar la deforestación a mínimos históricos al final de su segunda presidencia en 2010.
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