Las cinco excentricidades del submarino desaparecido durante la expedición al Titanic

El sumergible Titan, del cual no se sabe nada desde el domingo, se encuentra próximo a acabar sus reservas de oxígeno. Te contamos sus principales datos curiosos.

El submarino se quedaría sin oxígeno durante la jornada de mañana.

El mundo entero se mantiene expectante de lo que pueda suceder con el submarino Titan, que desapareció el domingo durante una expedición para observar los restos del Titanic. El último que tuvo con la nave fue en cercanías a la isla de Terranova, en Cánada.

Ahora, hay desplegado un importante operativo para intentar localizar el sumergible, el cual tenía reservas de oxígeno para 96 horas en caso de emergencia, plazo que acabaría mañana a las 17 (hora local).

La nave, del tamaño de una camioneta que transportaba turistas, es en realidad un sumergible y no un submarino. La principal diferencia entre ambos es el hecho de que los sumergibles trabajan de forma estática en un lugar, por ejemplo, en operaciones de salvamento bajo el mar, mientras que los submarinos se desplazan a grandes distancias.

En las últimas horas, trascendieron excéntricos y nuevos detalles del sumergible que opera la empresa OceanGate Expeditions.


Espacio reducido


Titan es un sumergible que tiene la forma de un tubo estrecho, con una escotilla de entrada en la parte frontal. Solo mide 6,7 metros de longitud y 2,8 metros de ancho. Su velocidad máxima es de tres nudos, es decir 5,5 km por hora. Está equipado con cuatro propulsores y puede bajar hasta los 4.000 metros, según OceanGate, lo que da un ajustado margen respecto a los 3.800 metros donde se encuentra el Titanic.

Tiene capacidad para llevar 5 tripulantes. Con ese número de personas la nave tiene una capacidad de 96 horas de oxígeno. 


Una consola de videojuego para operarlo


El modelo Titan es movilizado mediante un controlador de videojuego para avanzar, retroceder y girar. Se trata de con control de videojuegos modificado de la marca Logitech modelo F710, modelo 2005, el cual tiene un costo de 25.000 pesos argentinos.

El control, es compatible con múltiples plataformas de Windows, cuenta con un nano receptor de entrada USB y frecuencia de 2,4 GHz, entre algunas otras especificaciones. Asimismo, su distribución de botones es similar a los de Xbox, pero el joysticks es como uno de PlayStation. Y necesita baterías para funcionar.

Ejecutamos todo con este controlador de juego”, dijo en una entrevista previa Stockton Rush, CEO de OceanGate que es una de las cinco personas desaparecidas dentro del sumergible.

El pequeño barco turístico para cinco personas no es el único submarino que utiliza un controlador de videojuegos para navegar. En 2018, la Marina de los EEUU presentó un nuevo submarino de ataque de 110 metros de largo con un controlador Xbox.


Un solo botón para descender


Rush también destacó el único botón que tiene la embarcación. “Debería ser como un ascensor, no debería requerir mucha habilidad”, le contó al periodista David Pogue del canal estadounidense CBS durante una entrevista en noviembre. Es que el sumergible tiene un solo botón para emprender el descenso a las profundidades, mientras un barco escolta controla el descenso en forma remota.


Partes de un motorhome


En entrevistas previas, Rush también mostró una agarradera o manija de donde sostenerse, que sirve para iluminar el sumergible. “Esto lo tomé de un motorhome”, admitió sonriente. El periodista que lo entrevistó en aquel momento admitió que le pareció que mucho del instrumental que observaba le resultaba improvisados.


Especialistas de misión


Rush había dicho en una entrevista en 2017, que su empresa no era “una operadora turística”,pese a que los pasajeros pagan hasta 250 mil dólares para participar en las expediciones.

“Tenemos una serie de arqueólogos náuticos y biólogos marinos de aguas profundas, así como nuestra propia tripulación, que irán. Hay cinco personas que pueden ir en cada inmersión. Tres de ellos son lo que llamamos especialistas de misión. Son las personas que ayudan a financiar la misión, pero también son participantes activos”, explicó.

No nos gusta el término ‘turista’ porque son miembros de la tripulación. Les enseñamos a manejar el sonar, los sistemas de comunicación, la fotografía y algunas cosas más. Y cuando no están buceando, están en la superficie y ayudan a recoger los datos previos, a preparar cosas como baterías para la siguiente misión, provisiones y cosas por el estilo. Así que forman parte de la tripulación”, enfatizó.


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