Francia define hoy el futuro de la reforma jubilatoria y del gobierno de Emmanuel Macron
En una jornada política clave, la Asamblea Nacional votará dos mociones de censura que darían por tierra la reforma pero es poco probable que prosperen. La iniciativa consiste en retrasar la jubilación de 62 a 64 años y adelantar al 2027 la exigencia de acreditar 43 años. Los sindicatos y dos de cada tres franceses rechazan la propuesta.
Francia vive hoy una jornada política clave con la votación de dos mociones de censura contra el gobierno de la primera ministra Élisabeth Borne, que tiraría por la borda también a la impopular reforma de las pensiones si al menos una se aprueba.
La Asamblea Nacional (cámara baja) debe debatir a partir de las 16 (las 12 en la Argentina) las presentadas por la extrema derecha y por el grupo de diputados independiente LIOT, con el apoyo de la izquierda, pero es complicado que prosperen.
Para ser aprobadas, cualquiera de las dos propuestas de censura debe reunir 287 votos -la mayoría absoluta de la actual cámara de 573 diputados (hay cuatro escaños vacantes)-, por lo que necesitarían el apoyo de unos 30 legisladores de la oposición de derecha.
El presidente del partido de derecha Los Republicanos (LR), Éric Ciotti, reiteró hoy que su partido no apoyará las mociones de censura, aunque algunos de sus diputados sí lo harán, entre ellos Aurélien Pradié, que dijo que «quizás una quincena» de legisladores de su bloque se sumen a la iniciativa.
«Sí, votaré a favor de la moción de censura» de LIOT, «no la de la Agrupación Nacional (extrema derecha)», anunció en declaraciones a la radio Europe 1 Pradié, en las que abogó por un «electroshock» y una «alerta política» para el gobierno, citó la agencia de noticias AFP.
Para aumentar la presión sobre estos diputados, la líder ultraderechista Marine Le Pen dijo que no presentarán un rival contra quienes apoyen las mociones en caso de elecciones anticipadas.
En tanto, el presidente Emmanuel Macron amenazó con convocarlas en caso de revés.
Contra el rechazo de los sindicatos y de dos de cada tres franceses, Macron impuso un retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelantó a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42 como ahora) para cobrar una pensión completa.
Sin mayoría clara en el Parlamento, el presidente optó el jueves por recurrir al polémico artículo 49.3 de la Constitución, un mecanismo que le permite aprobar la iniciativa por decreto, prescindiendo del voto legislativo, ante el temor de no reunir el apoyo necesario en la cámara baja, donde no cuenta con una mayoría absoluta.
La única manera de impedir su aplicación es que los diputados aprueben una moción de censura contra el gobierno. «Reitero mi llamado al presidente: Retire esta ley, no la promulgue. Esto calmaría los ánimos», dijo al diario Libération el líder del sindicato Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT sus siglas en francés) Laurent Berger, para quien Macron será «el responsable de lo que ocurra».
La confirmación de la reforma no parece calmar por el momento la tensión social. Desde el jueves se registraron protestas en varias ciudades, como en la plaza de la Concordia en París.
A la espera de la nueva jornada de protestas masivas convocada por los sindicatos el próximo jueves, los paros sectoriales ralentizan la actividad de la segunda economía de la Unión Europea (UE).
El sábado, las oficinas de la ciudad de Niza del líder del partido francés Los Republicanos fueron atacadas a piedrazos en un aparente intento de coerción sobre los legisladores de la formación conservadora para que bloqueen la reforma jubilatoria.
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