El día que Perón quiso comprarle las Islas Malvinas a la reina Isabel
Perón envió a su vicepresidente a la coronación. Los detalles de la oferta se conocieron en 1984, cuando se desclasificaron documentos oficiales.
En Bamoral, en el mismo lugar donde ella y su familia se enteraron de la muerte de Lady Di, en un accidente automovilístico en Paris, en ese mismo lugar, falleció la reina Isabel II, la monarca de los récords, la que estuvo 70 años en el trono. Este reinado, curiosamente, tuvo en su primer día el rechazo a la propuesta de Juan Domingo Perón para comprar las Islas Malvinas.
La anécdota se ha repetido hasta el hartazgo, y seguramente se repita aún más: la noche del 5 de febrero de 1952, la entonces princesa Isabel, de 25 años, y su esposo, Felipe de Edimburgo, de 30, dormían sobre la copa de una gigantesca higuera en el Parque Nacional de Aberdare, en Kenia, durante una larga gira de la pareja por varios de los países de la Commonwealth. Esa noche, el padre de Isabel murió. “Por primera vez en la historia de la humanidad, una joven subió a un árbol como princesa y bajó al día siguiente como reina”, escribió el naturalista británico Jim Corbett, que se hospedaba por entonces en el mismo hotel de Kenia.
Desde aquel momento -aunque tardó un año en asumir- Isabel llevó la corona y fue testigo de acontecimientos que marcaron la historia del mundo: desde el inicio de la guerra de Vietnam, pasando por la caída del muro de Berlín, los atentados del 9/11 y la pandemia del COVID-19 (ella misma sufrió la enfermedad, aunque la tuvo en forma leve, a sus 95 años).
También estuvo al frente de la corona durante la Guerra de Malvinas. La reina Isabel II tuvo varias audiencias públicas con Margareth Thatcher respecto al enfrentamiento y siguió el tema día a día. Además, el príncipe Andrés, su tercer hijo, peleó en la Guerra de Malvinas al servir en el portaaviones HMS Invincible, donde se desempeñó en misiones de combate como piloto de helicópteros.
La reina habló de Malvinas por primera vez en 2013. «Mi gobierno garantizará la seguridad, buena gobernanza y desarrollo de los territorios de ultramar, incluida la protección del derecho de los habitantes de las Falkland (Malvinas) y de los gibraltareños a determinar sus futuros políticos», declaró la reina, encargada de presentar en el Parlamento el programa legislativo del gobierno.
Fue la primera vez que un gobierno británico hizo que la reina se refiera a la disputa de soberanía con Argentina por las Malvinas. La referencia se produjo en un momento de tensión diplomática entre los dos países, con acusaciones cruzadas, en medio de la negativa británica a sentarse a dialogar con nuestro país sobre la soberanía.
Perón mandó a comprarle las Malvinas a la reina
A fines de mayo de 1953, mientras la joven Elizabeth Alexandra Mary se aprestaba a asumir al frente de la Corona del Reino Unido, arribaba a Londres el entonces vicepresidente argentino, Alberto Teisaire.
El contraalmirante mendocino viajó con el título de embajador extraordinario y plenipotenciario en misión especial: debía representar a la Argentina en la ceremonia de coronación de la flamante monarca, quien iba a reemplazar en el trono a su fallecido padre, Jorge VI.
El día de la asunción de Isabel II, el 2 de junio de 1953, Teisaire estuvo ubicado en uno de los palcos tapizados de azul del coro de la Abadía de Westminster, lugar en que estuvieron los representantes extranjeros.
«La Argentina quiso honrar doblemente a Gran Bretaña, enviándole a la personalidad que sustituye al presidente Perón cuando éste se halla ausente y que es, al mismo tiempo, en eminente representante de aquella de las tres armas que cuenta con la predilección británica», publicó al día siguiente el diario Clarín en base a un cable de la Agence France Presse (AFP).
Pero la «misión especial» del contraalmirante no se limitó a representar al país en la coronación de la monarca, sino que también fue el encargado de formalizar una propuesta de Perón para recuperar las Islas Malvinas.
Durante un encuentro privado en el Park Lane Hotel, el vicepresidente informó al entonces subsecretario de Exteriores británico con responsabilidad sobre los asuntos latinoamericanos, lord Reading (Gerald Rufus Isaacs), sobre la intención de la Casa Rosada de comprar el archipiélago ocupado por el Reino Unido desde enero de 1833.
Según documentos oficiales británicos desclasificados en enero de 1984, el mendocino manifestó que el Gobierno «deseaba que las relaciones económicas anglo-argentinas se establecieran sobre una base firme, y que su propuesta era que, como parte de algún arreglo a largo plazo, Gran Bretaña debería renunciar a todos los derechos y reclamaciones sobre las Islas Malvinas».
Aunque no se ofreció una cifra específica, el funcionario del Reino Unido rechazó tal propuesta y justificó la negativa al señalar que «los habitantes de las Islas Malvinas eran británicos, y si se celebraba un plebiscito, votarían prácticamente por unanimidad para permanecer bajo la bandera británica». En el documento se agregó, entre paréntesis, que «el almirante estuvo de acuerdo en que probablemente era cierto».
También quedó registrado en esos informes desclasificados que lord Reading le dijo a Teisaire que «era inconcebible que cualquier Gobierno británico considerara la venta de las islas».
«Si lo hicieran, se produciría de inmediato un tremendo clamor popular y el Gobierno ciertamente sería derrocado«, analizó en aquella reunión privada el subsecretario de Exteriores británico con responsabilidad sobre los asuntos latinoamericanos.
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