Chile extenderá una zanja en la frontera con Bolivia para evitar que pasen migrantes
Al menos 23 migrantes murieron en el último año intentando cruzar desde el vecino país.
Chile construirá otros 300 metros de zanja en la frontera con Bolivia, cerca de la localidad de Colchane, para controlar la migración irregular y a bandas criminales. La obra fue anunciada por la Jefatura de Defensa Nacional de la Provincia del Tamarugal y confirmada por el ministro del Interior, Rodrigo Delgado.
La semana pasada se terminó el mantenimiento y la reparación de una zanja de 600 metros construida cinco años atrás cerca de Colchane. “Por los sedimentos, el paso del tiempo y también muchas veces por intervención humana, justamente relacionado a bandas criminales que buscan poner algunos puentes, o aminorar la zanja para pasar con sus vehículos o el tráfico de droga, esta zanja se había mermado bastante. Hoy tenemos los 600 metros con estándar de 3 metros de profundidad y obviamente con una mantención bastante rigurosa”, indicó Delgado, según el diario La Tercera.
Delincuentes dedicadas al contrabando y al narcotráfico construyeron puentes para cruzarla, que también son usados por migrantes indocumentados, principalmente venezolanos, reportó la agencia AFP.
«Son aproximadamente 300 metros que van a crecer hacia el norte de la zanja actual, que es donde está el mismo complejo fronterizo»,
explicó Delgado sobre la ampliación.
Desde hace dos años, Colchane se convirtió en la puerta de ingreso de miles de extranjeros indocumentados que cruzan a pie por pasos no habilitados desde Bolivia por el inhóspito Altiplano, en busca de llegar a Chile para una mejor vida.
La ampliación de la zanja busca «tener mayor capacidad de control de bandas criminales que quieran pasar en vehículos o justamente de personas que quieran ingresar de manera clandestina a Chile», indicó Delgado.
El excandidato a la presidencia José Antonio Kast (que perdió el balotaje de diciembre frente a Gabriel Boric) había propuesto en su programa construir una zanja de tres metros de profundidad con cercos en la frontera con Bolivia para frenar la migración irregular, lo que provocó una enorme polémica.
Al menos 23 migrantes murieron en el último año intentando cruzar la frontera con Bolivia. Gran parte de quienes logran llegar a ciudades chilenas se instalan en carpas, en plazas o caminan a la deriva pidiendo ayuda.
La crisis migratoria llevó al gobierno de Sebastián Piñera, que el viernes próximo deja el cargo, a decretar en febrero un estado de excepción que se extendió por otros 15 días el jueves pasado. La medida permite desplegar más de 600 militares en cuatro provincias del norte del país para colaborar con la policía en el control migratorio fronterizo.
Agencia Télam.
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