¡Bájate… corre o te matamos! Cómo murió emboscado un agricultor chileno en la Araucanía
Un grupo de desconocidos lo baleó por la espalda. Era un activo dirigente de defensa de las víctimas de la violencia rural y desafiaba a comunidades. Tuvo que irse a Santiago por amenazas y daños a su propiedad, pero volvió antes del trágico final.
El agricultor chileno Joel Ovalle Durán, de 68 años, tenía un alto perfil de riesgo: solía desafiar y expresarse sin pelos en la lengua contra las comunidades radicalizadas de Collipulli y Angol, en la Región de la Araucanía.
Ante los medios de comunicación, señalaba:“La solución es armarse, estos tontos… Yo les digo a la gente, apenas los vean, póngale balazos. La gente entrega todo, los echan y les queman la casa. Yo me voy con un balazo que me peguen, yo no voy a entregar mi casa”, dijo en junio de 2012. Era un activo dirigente gremial por las víctimas de la violencia rural en la zona.
Ovalle Durán murió ayer en la tarde en Angol, tras ser emboscado por un grupo de desconocidos.
Apenas horas antes, en Cañete (más al oeste) el trabajador forestal Andrés Cristián Millanao Cayupe, de 22 años, recibió una bala por la espalda mientras se encontraba efectuando labores para una empresa forestal a bordo de un skidder.
El agricultor Ovalle Durán estuvo radicado en Santiago, pero en abril del año pasado volvió a la región, a unos 100 km de Temuco.
El diario La Tercera de Chile trazó perfil de esta nueva víctima de grupos violentos, que en esa geografía vienen sembrando destrucción y amenazas contra locaciones y vehículos agrícolas, iglesias y algunas viviendas desde hace años, al punto que el gobierno ha implementado y extendido el Estado de Emergencia en esa llamada Macrozona Sur.
El periódico relató también detalles de la emboscada que terminó trágicamente para Ovalle Durán, a partir del relato de un testigo:
“Dijo que este martes a las17, cuando ambos viajaban en la camioneta de Ovalle, un grupo de desconocidos los emboscó y les disparó. El único herido terminó siendo el agricultor, quien murió horas más tarde en el Hospital de Angol. Faltaba sólo un kilómetro para llegar a la casa de Ovalle cuando el testigo sintió un ruido que parecía ser disparo. Pese a trascendidos de que había existido una persecución, el trabajador indica que la víctima nunca se habría dado cuenta de que eran seguidos y que fue en una curva cuando él escuchó un balazo que ingresó por la luneta de la camioneta (parte posterior) y de inmediato observó cómo el vehículo comenzó a detener la marcha, y al observar a Ovalle vio cómo éste se desvanecía y presentaba un chorro de sangre en su cuello”.
Y continúa el relato del testigo: “Una vez detenida la marcha, una cantidad indeterminada de encapuchados abrieron su puerta y lo obligaron a bajar y huir de la camioneta. “¡Bájate!… corre o te matamos!”, le habrían gritado, y mientras comenzó a escapar, declaró ante la policía, sintió cuatro disparos más, esta vez en la zona del conductor. Sólo una vez que salieron vecinos del sector decidió volver al lugar encontrando a Ovalle con cuatro balazos en su cuerpo”
Este agricultor fue presidente de la Junta de Vigilancia de Alboyanco, más conocidos como “los parceleros”. Este grupo estaba integrado por vecinos del sector que mantenían pequeños terrenos cuyo destino era la cosecha de frutas y verduras.
Alejo Apraiz, presidente de la Asociación de Víctimas de la Violencia Rural (Avru), recordó que “fue uno de los primeros en apoyar la idea. Siempre estuvo luchando, tratando de sacar su zona adelante, algo que quiso volver a intentar cuando volvió de Santiago”.
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