Motochorros: el robo urbano por excelencia en Neuquén
La policía contabiliza tres ataques diarios. Los cuatro sitios más peligrosos de la ciudad.
LOS LUGARES MÁS PELIGROSOS
NEUQUÉN (AN).- La modalidad de robos de los motochorros es una de las más difíciles de combatir para la policía y para prevenir entre los ciudadanos. Desde la fuerza indicaron que se pueden contabilizar hasta tres ataques por día, consolidándose como uno de los delitos más habituales.
Suelen ser dos personas a bordo de una motocicleta, generalmente el vehículo es robado y de baja cilindrada -las más utilizadas son las de 110 y 150 centímetros cúbicos-, que por su versatilidad en la calle permiten eludir a las patrullas y maniobrar en espacios reducidos. Otro detalle persistente es que los ladrones siempre llevan cascos, para que no los reconozcan.
Es un robo fugaz, no dura más de un minuto, pero la violenta situación deja un temor en la víctima que persiste por días y días. El procedimiento que utilizan los delincuentes tiene variantes pero siempre los mismos condimentos. (Ver aparte)
El comisario mayor Domingo Naihual, director de Seguridad de la Policía de Neuquén, explicó que este tipo de delito fue en crecimiento luego de la implementación del plan de seguridad por cuadrículas y explicó que para combatirlos se han implementado controles intensivos con motocicletas y panfletos informativos para la comunidad. (Ver aparte)
“Cuando empezó el plan de cuadrículas, los delincuentes buscaron una subseguridad en las motocicletas. Como notaron que había una respuesta rápida de la policía a las entraderas y los hurtos en la vía pública, empezaron a utilizar las motos para huir rápidamente”, detalló.
Se pueden distinguir dos modalidades: el asalto a peatones y el robo a automovilistas en los semáforos.
En el primer caso es un ataque oportunista, las víctimas suelen ser mujeres, ancianos o personas distraídas. El ladrón busca lugares oscuros y poco transitados, llegan por detrás, uno de ellos baja con el arma y el otro aguarda en el vehículo para la fuga. En ocasiones tirotean al damnificado, lo arrastran por el piso y huyen con el botín en contramano.
Con los automovilistas la situación es diferente, realizan un trabajo previo. “Se aproximan en dos o tres ocasiones hasta el vehículo y se fijan si el conductor lleva algo en el asiento. Cuando llegan al semáforo rompen el vidrio y agarran lo que pueden. El conductor no puede hacer nada, porque al estar los automóviles detenidos no puede moverse para evitar el robo”, indicó el comisario.
Otro factor impredecible es la hora y los lugares, es una modalidad que varía y se corre a distintos puntos de la ciudad para evitar los controles policiales. Los puntos conflictivos se identifican en el semáforo de Alderete y Carmen de Patagones; en Sargento Cabral y Colón; en la Ruta 22 a la altura del Jumbo y en el puente carretero Neuquén-Cipolletti.
> Lanzan una campaña de prevención
Esta semana la policía comenzó una campaña intensiva de información con panfletos y afiches en cajeros automáticos o negocios. Por otro lado incrementaron la presencia de motocicletas para acompañar los operativos de identificación de personas.
En la extensa lista de consejos se puede resaltar: evitar llevar carteras o bolsos colgados del brazo -siempre llevarlos por delante y aferrados-; no exhibir artículos electrónicos como celulares, reproductores de Mp3, cámaras digitales u otros objetos como joya o relojes.
Otro punto importante es mantener en reserva toda información de operaciones bancarias, lo mismo que para trasladar sumas de dinero, evitar los movimientos y horarios rutinarios.
Recomiendan a los conductores revisar que todas las puertas y ventanillas de los automóviles para que estén aseguradas y dejar elementos personales escondidos, para evitar los robos en semáforos.
Las implementación de motocicletas en los operativos de “saturación” ayudan a poder perseguir y ubicar a motociclistas que circulen “en actitud sospechosa”. El comisario Domingo Naigual indicó que entre el lunes y el viernes “en distintos operativos se secuestraron al menos seis motocicletas robadas o vinculadas a hechos delictivos”.
> Da bronca e impotencia
Era un domingo, a las 13, Emilio caminaba rumbo a su casa por Primero de Mayo y Michacheo. En la calle no había gente. “Yo venía con mis auriculares puestos, distraído, no presté atención”, recordó.
“Sentí que me abrazaron por la espalda con el brazo izquierdo, me quise dar vuelta y vi una cara que no conocía. Me dijo que me quede tranquilo, que le dé mis cosas y me puso un destornillador paleta, de los largos, a la altura de los riñones”, relató.
Fue en menos de un minuto que le quitaron un celular, los auriculares y los lentes, que se engancharon con los cables del teléfono. En la moto iban dos, el que le robo y el conductor, era una moto nueva. Mientras el ladrón se subía el conductor le repetía “robale la campera también”.
“Yo no vuelvo a andar por la calle con los auriculares puestos. Cuando viajo en colectivo nomás”, aseguro Emilio. Por otro lado explicó que a partir de su experiencia toma mayores recaudos para circular: “Sin ánimos de estigmatizar a nadie, pero cuando veo una moto en la calle trato de alejarme de la vereda”, explicó.
Otro recuerdo es el de María, que minutos antes de las 22 le rompieron el vidrio de su Renault Clio en el semáforo de Dr. Ramón y Chrestía para sacarle la cartera, que estaba en el asiento del acompañante.
Fue un golpe fallido, porque la mujer aceleró y los dejó atrás. En el pánico de su escape lo único que vio por el retrovisor fue a los dos ladrones, el de adelante llevaba su casco y el acompañante iba con su rostro descubierto.
Después de eso, lo primero que hace al subirse al automóvil es guardar sus pertenencias abajo del asiento.
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