Mina de Andacollo: la justicia autorizó el concurso preventivo de Trident
La empresa declaró deudas con proveedores por el equivalente a más de 400 millones de pesos. También adeuda a sociedades de su mismo grupo casi 3.000 millones.
La justicia comercial aceptó la presentación de Trident Southern Explorations de Argentina y abrió el concurso de acreedores de la minera pese a que quedó desvinculada de su único negocio, el yacimiento de oro y plata de Andacollo.
Si bien la estatal Cormine había enviado un escrito reclamando que no se hiciera lugar al pedido de la empresa, el titular del juzgado comercial 23, Federico Güerri, desestimó los planteos por evaluar que esta no tenía legitimación para actuar.
Cormine había argumentado que Trident se estaba valiendo de un “domicilio ficticio” (en Buenos Aires en lugar de Neuquén) para quedar en una jurisdicción ajena y que se había presentado al concurso con el fin de “dar vigencia a un contrato extinguido legítimamente”.
La provincia le rescindió a Trident el contrato de usufructo de la mina de Andacollo el 8 de mayo luego de reiterados incumplimientos. La empresa dejó, además, deudas millonarias con la provincia y con proveedores privados, quienes ahora deberán reclamar su parte en el proceso concursal.
Según la información que presentó ante el juez, la deuda con proveedores en moneda nacional alcanza los 66,2 millones de pesos, mientras que en deuda extranjera acumula el equivalente a 341,5 millones de pesos. Esta última corresponde a deuda en dólares, pesos chilenos y euros.
El pasivo más grande, sin embargo, es con sociedades de su mismo grupo, Trident Southern Explorations UK Limited y Trident Southern Explorations SPA, a las que asegura deber el equivalente a 2.982 millones de pesos.
El estudio designado para ejercer la sindicatura del concurso fue Estudio Bianco, Salton & Asociados, según se publicó en el Boletín Oficial la semana pasada.
Trident había ganado la licitación para explotar la mina de oro y plata de Andacollo en septiembre de 2016, pero no llegó a cumplir cuatro de los 25 años de extensión que le adjudicaba el contrato. La firma dejó de pagar los salarios de los 240 trabajadores en marzo, nunca pagó la garantía de un millón de dólares que se le había exigido al inicio para comenzar a operar y dejó deudas millonarias con unos 200 proveedores.
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