Mauricio, el enemigo número uno de JR
Entre los conflictos más destacados de Riquelme se destaca el que tuvo con Mauricio Macri, cuando éste era el presidente de Boca. Tras discusiones entre jugadores y dirigentes, la bomba estalló en un Superclásico contra River en el Clausura 2001. Román pateó un penal, Franco Constanzo lo rechazó, y JR la metió en el rebote. El festejo haciendo el Topo Gigio hacia el palco donde estaba el entonces presidente del club es una marca registrada. La situación no dio para más, y unos meses después Riquelme se fue a España. Macri gobernó el Boca que se llenó de títulos con Carlos Bianchi en el banco y Riquelme en la cancha, pero nunca hubo comunión entre dirigente y jugador. Ayer, quedó evidenciado que el distanciamiento sigue latente. Al ser consultado por el retiro del ‘10’, la primera referencia fue que “esta última etapa fue bastante traumática, igual que la primera”. Dijo que se queda “siempre con lo mejor de cada momento y cada persona y él es uno de los grandes ídolos de la década más linda que vivimos en Boca”. “Tuvo momentos increíbles cuando lo traje de vuelta para jugar la Libertadores con Miguel Ángel Russo, la rompió, y el 50 por ciento de la Copa la ganó el solo, impresionante, pero los ídolos cumplen años...”, sostuvo. Macri recordó también que Riquelme “es demasiado importante para ponerse en víctima de alguien, tuvo idas y vueltas, salidas entrada y terminó de esta manera. Lo mas triste no fue eso, sino que toda esta última etapa donde futbolísticamente Boca no anduvo bien. Hubiese estado bueno que hubiera terminado su paso en Boca peleando títulos”, señaló Macri con crudeza. Inclusive tomó distancia de Riquelme en una eventual postulación a la presidencia del club. “Me gustaría escuchar su propuesta, tiene que mostrar pergaminos en algo que nunca ha hecho”.
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