“Mataron a mi hija pero todavía salgo en moto a buscarla”
Horacio busca paz para transitar la pérdida de Brenda Jaque, la motoquera de Roca que fue atropellada en 2018. El joven que la mató recibió la libertad condicional.
Horacio “Pocho” Jaque lucha cada día por salir adelante y superar la muerte de su hija Brenda, la joven motoquera de 24 años que fue atropellada en Allen en noviembre de 2018.
“Salgo a la ruta a buscar a mi hija, voy viajando y parece que ella va adelante mío. He visto chicas parecidas por su cara, pero cuando acelero y miro para atrás me doy cuenta de que no son mi hija”, expresó angustiado.
El condenado por matar a la joven, Gustavo Linares, recibió la libertad condicional el 14 de abril pasado tras un informe de buena conducta y el cumplimiento de talleres educativos que redujeron la pena.
Pocho no le guarda rencor, incluso lo perdonó mientras se hizo el juicio pero cuando dialogó con Río Negro señaló que tiene un pedido. “Quiero que él vaya al lugar dónde mató a mi hija y que pida perdón, que le lleve una flor dónde tuvo el accidente, no sé si lo va a hacer”, dijo emocionado.
Para poder despejarse pasa tiempo con su familia especialmente con su nieto Thiago, el hijo de Brenda que tiene nueve años.
“Todos los días abrazo a mi nieto y es como si la abrazara a ella, tienen los mismos gestos, eso me emociona mucho y me da fuerzas”, contó.
El pequeño vive con su abuela. “Fue muy duro llevarlo al cementerio a ver a su mamá, le escribió una cartita y le dejó una cajita musical”, mencionó.
Pocho dijo que luego del accidente de Brenda se acercó más a sus otros hijos y nietos.
Remarcó que siempre tuvieron el apoyo de motociclismo de organizaciones de la región y del país.
“Me abrazan con cariño, viene gente a verme, es un apoyo incondicional. Me mandan mensajes de otras provincias para darme ánimo eso me da un poquito más de fuerza”, contó.
Cuando arrancó la pandemia del coronavirus sufrió una depresión muy grande.
“Mis amigos se enteraron que estaba mal y me sacaron varias veces a comer y a pasear para despejarme. También arreglo motos para estar ocupado”, mencionó.
Una fiel compañera
La pasión de Pocho por las motos empezó en el año 1992. Su hija siempre la acompañó desde bebé en los asados con sus amigos y en las competencias. Juntos cocinaban y vendían empanadas para realizar eventos en Roca de motociclistas.
Para su fiesta de 15 y ella no quería la celebración tradicional con el vestido, solo soñaba con recibir su primera moto. “Le regalé una moto 110”, recordó Pocho.
A Brenda le decían Pochita porque llevaba el amor por las dos ruedas como su padre. “Primero empezó a hacer viajes conmigo por acá en moto y después sola. Cuando creció ya iba a La Pampa, a Buenos Aires y al sur de la Patagonia.
Una madrugada dolorosa
Un día antes de la trágica muerte de Pochita, Horacio le preguntó cómo andaba y ella le comentó que va a ir a Neuquén a buscar su moto 110 cc. que le había dejado a un amigo que repara. “Le pedí que no fuera, que iba a ser muy tarde para manejar, iba a ser peligroso pero ella me dijo que necesitaba su motocicleta para salir a trabajar”, contó Pocho.
Brenda al igual que su padre vendía ropa y lo sábados salía a cobrar.
Horacio relató que su hija le había dicho que finalmente que no iba a ir a buscar ese día la moto. Eso le dio cierta tranquilidad pero por la tarde cuando estaba pegando ladrillos en su casa sentía que algo malo iba a ocurrir. A las 5 de la madrugada lo llamó una compañera del ambiente motociclista. “Soy la Gitana Pocho quiero decirte algo”, fueron solo las palabras que él escuchó y en ese segundo comprendió que había perdido a su Pochita. “Ya sé, ya sé me mataron a mi hija”, fue su respuesta rompiendo en llanto.
“Me volví loco, tiré un montón de cosas, fui para allá y me crucé con la ambulancia”, expresó pensativo.
El fatal hecho ocurrió en Allen, en el acceso Martín Fierro, en el trayecto entre la Ruta 65 y Calle 4. Brenda volvía de Neuquén con su moto que había ido a buscar.
“Un amigo de mi hija que es de Rawson la había llevado en su moto y ella volvió de Neuquén en su 110 cc. que había que le había reparado otro compañero”, explicó Pocho.
El motoquero de Roca detalló que Brenda había quedado con múltiples fracturas y huesos expuestos por el impacto que recibió del Volkswagen Gol que manejaba Linares, un joven de Allen de 20 años.
“Doy gracias a Dios que se la llevó porque si hubiera sobrevivido en esa condición hubiese sido un sufrimiento para ella y para nosotros”, expresó.
Linares fue condenado en septiembre de 2019 y le impusieron una pena de cuatro años de prisión y ocho de inhabilitación para conducir vehículos. Sin embargo el 14 de abril recuperó la libertad tras cumplir las dos terceras partes de la pena y realizar dos cursos de capacitación.
“Por más que hubiera pasado en la cárcel de por vida no hubiésemos ganado nada porque a nuestra hija nunca la vamos a tener”, se lamentó.
Luego de la muerte de Brenda se realizó un encuentro nacional de motos en Roca porque en esas semanas también habían fallecido otros motociclistas. El evento se llevó a cabo en la Isla 32 y vinieron hasta aficionados de Chile, Perú y Brasil. Los motociclistas se pusieron un parche en la espalda que decía ”Por siempre Pochita”, con el rostro de su hija.
Horacio también le entregó un parche de Unidos X la 22 a su nieto Thiago. “Esto lo voy a llevar en horno r a mi mamá”, le respondió el pequeño emocionado.
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