Más testeos de coronavirus por viajes y cirugías en Neuquén
Desde uno de los principales laboratorios aseguran que se incrementaron los diagnósticos positivos de personas asintomáticas. Se hacen unos 40 exámenes por día.
En el medio año que llevamos transitando la pandemia de coronavirus ya incluimos prácticas que en enero ni siquiera conocíamos. Una es la de los testeos que en un primer momento fueron realizados solo por Salud Pública, pero que ya son parte de las prestaciones de los laboratorios privados. Raña fue uno de los primeros de Neuquén en realizarlos y, a septiembre, notan dos grandes cambios: el incremento de los pedidos y de los resultados positivos en personas asintomáticas.
En promedio, la firma realiza unos 40 análisis de coronavirus diarios, informó uno de los socios gerente, Rogelio Raña. La mayoría de los pedidos están vinculados a personas que tienen que viajar o deben someterse a una operación. Es que los testeos ya pasaron a formar parte de los estudios prequirúrgicos que se piden habitualmente.
Raña fue el primer laboratorio privado que realizó los análisis, pero actualmente ya son unos cinco. Hay dos clases de testeos. El más conocido es el PCR (siglas en inglés de “Reacción en Cadena de la Polimersa”), que es con el único que la persona puede saber si está transitando la enfermedad.
El otro es el de anticuerpos, que son conocidos como los test rápidos, que revelan si alguien tiene o tuvo exposición al coronavirus. “No nos dice si estás cursando la enfermedad o ya pasó porque a los cinco días podés generar anticuerpos y seguir enfermo”, aclaró Raña.
Los costos varían, por ejemplo, si la toma de la muestra se realiza en la sede, en domicilio o en otras localidades. Los de PCR rondan los $8.000 o $8.500. Los de anticuerpos se realizan con dos técnicas. Una es la inmunocromatografía, que da resultado positivo o negativo en unos 20 minutos. La otra es la electroquimioluminiscencia, que brinda valores más exactos. Sus precios van de los $2.000 a los $3.000. Las obras sociales no suelen cubrirlos, aunque hay algunas autorizaciones excepcionales.
Raña es precavido y cree que los hisopados deben hacerse bajo ciertos criterios. Él mismo, que está en contacto con personas con diagnóstico positivo diariamente y tiene acceso a los recursos, se hisopó unas cinco veces. Nunca fue positivo y asegura que eso se debe al uso de los elementos de protección y a los protocolos.
Ya con la experiencia de más de 400 testeos realizados, hay un punto que no deja de llamarle la atención. Explicó que, a la par de las habilitaciones, se incrementaron los pedidos de análisis, pero, últimamente, cada vez son más los pacientes que van sin síntomas, por un estudio de rutina y terminan con un sorpresivo diagnóstico positivo.
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