Martín Di Girolamo en el MNBA Neuquén: cuerpos, poder y (des)control político
“Stage Diving” reúne nueve esculturas del artista Martín Di Girolamo, con fuerte contraste sociopolítico. Puede visitarse desde el viernes en el MNBA Neuquén.
Un músico que se lanza a los brazos de una multitud que lo reciben y lo mantiene a flote sobre una marea humana inspiró al artista Martín Di Girolamo (Buenos Aires, 1965) a un concepto que devino en una serie de esculturas. Pero también inspiró en Di Girolamo el nombre de esta serie que, desde el viernes pasado, puede verse en el Museo Nacional de Bellas Artes Neuquén. “Stage Diving”, tal como se llama la muestra de nueve esculturas humanas, es justamente como se denomina a aquel gesto, el de lanzarse al púbico desde un escenario.
La serie comenzó con una lectura política y social de dos opuestos. Por un lado, el dúo sudafricano de electro rap rave Die Antwoord, donde la escultura de Ninja aparece recostado sobre las manos del público tras haberse lanzado, y en otra escultura, su compañera Yo-Landi Vi$$er, jugueteando desde el escenario con su pantalón y su diminuta camiseta. Y por otro, algo alejado, la figura de un niño migrante que yace muerto boca arriba, tras el naufragio de su embarcación.
En un diálogo con “Río Negro”, el día anterior a la inauguración de su muestra, Martín Di Girolamo revela el concepto detrás de “Stage Diving”. “El rockstar es un personaje exitoso y acogido por su público, se arroja y es recibido por muchos brazos y al niño, intentando escapar del horror, nadie lo recibe. No hay brazos para él. Empecé a pensar en las realidades tan tremendamente disímiles, con algunos tan marginados y víctimas del sistema y otros tan adaptados y aceptados por ese mismo sistema”.
Las esculturas, en su superficie, están hechas con resinas epoxi previamente moldeadas en arcilla. Luego utiliza pinturas industriales con ciertos detalles en óleos para los matices. Las series de opuestos se completan con dos torsos, uno trabajado al detalle en un gimnasio y el otro, obeso, muestra las marcas de bala de goma por una represión. También con dos bustos: uno, el de un venezolano que se intervino el rostro para parecerse al personaje de comic Red Skull; y otro, el de una mujer afgana que intentó dejar a su marido y fue mutilada por este. Todas las esculturas fueron inspiradas en personas reales, más precisamente en alguna fotografía de ellas.
La historia más fuerte alrededor de la producción de esculturas de “Stage Diving” acaso sea el opuesto que involucra a Fabián Tomasi, el hombre que murió hace un año a causa de los agrotóxicos. Di Girolamo planteó un diálogo entre la imagen casi terminal de Tomasi fijada en las fotos de Pablo Piovano y la de una mujer anoréxica.
Cuenta Di Girolamo: “Primero hablé con Pablo Piovano para que me contactara con Tomasi y así pedirle permiso para usar su imagen. Nos comunicamos por chat y me dijo que sí, que no había problemas. En momento de diálogo me preguntó cuánto tiempo iba a tardar en hacerla ‘porque me encantaría verla y no tengo mucho tiempo’, me dijo. Empecé a trabajar en su escultura inmediatamente y la llegó a ver. Incluso, cuando se inauguró en Córdoba él aún vivía, pero obviamente no fue”.
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