Mapamundi lector: los libros más traducidos

En Argentina, el libro más traducido es “El Aleph”, de Jorge Luis Borges; en el mundo “El Principito”. Un paseo por todo el planeta, con los textos que llegaron a más idiomas y las pequeñas grandes sorpresas que depara este viaje.

Fuera de la Biblia y de muchos otros libros religiosos, la literatura circula por el mundo ancho, nada ajeno, y sobre todo, ávido de historias que incluso desde páginas que pueden parecer estáticas., nos hacen viajar.
Eso es lo que analizó y catalogó el sitio de enseñanza de idiomas Preply, que elaboró además un mapamundi de los libros con más traducciones de cada país.
Y entonces, aparecen miles de sorpresas: una biblioteca entera de sorpresas. ¿Por ejemplo? El libro más traducido de Europa y del mundo entero, es “El principito”, de Antoine Saint Exupery, que puede leerse en 382 lenguas distintas, seguido, bastante cerca, por “Pinocho”, la fábula de Carlo Collodi, de Italia, que alcanza el récord también de traducción a 300 idiomas.


Otra de las grandes sorpresas es que Estados Unidos, que tanta y tan buena literatura ha dado al mundo, tiene, como representante mayor, un texto del polémico creador de la Cienciología, Ronald Hubbard.
El libro se llama “El camino a la Felicidad” y es claramente un texto de autoayuda que contiene 21 mandamientos morales. Fue traducido a más de 112 idiomas, pero su aporte a la cultura es tan dudoso como la carrera completa de Hubbard y sus creencias (que en la mayor parte del mundo son consideradas propias de una secta).


Por suerte, existen los clásicos de todos los tiempos y muchas perlas en el mapa de los libros más traducidos, como “Alicia en el País de las Maravillas” de Lewis Carroll, o “El Quijote d e la Mancha”, de Miguel de Cervantes, que se tradujeron a 175 y 140 idiomas, respectivamente.

El mapa que hizo Preply sobre las traducciones en Europa


En Alemania hay otra sorpresa. Queda fuera “El Capital”, el texto teórico fundamental en la filosofía, economía y política de Karl Marx. En este país, el libro más traducido es la excelente novela “El perfume”, de Patrick Süskind, que puede leerse en 49 idiomas. El libro cuenta de una manera muy sensorial el evanescente reino d e los olores a través de su protagonista, el abominable Jean-Baptiste Grenouille. Atrapante, el libro cuenta que Grenouille descubre y percibe el mundo a través del sentido del olfato, que tiene más desarrollado que el resto de las personas aunque él carece de un olor propio. Ésta es la historia de cómo Grenouille pasa su vida en búsqueda de nuevos olores, pero especialmente en la búsqueda de uno propio.


Lo más entretenido -pero también lo más inquietante- de este viaje alrededor del mapa es cómo ha trascendido cada país gracias a las historias que llegaron más lejos. Es inquietante a su vez, no sólo por algunas de las obras, sino por la siempre presente pregunta de cuánto habrá quedado sin traducir, cuánto habrá que jamás conoceremos en otros idiomas.
En África, por ejemplo, después de la ficción, lo más traducido son las autobiografías: un prisionero torturado de Mauritania (“Diario de Guantánamo” de Mohamedou Ould Slahi); un científico adolescente innovador de Malawi (“El niño que aprovechó el viento”, de Willima Kamkwamba) y un niño soldado de Sierra Leona (“Memorias de un niño soldado” de Ishmael Beah).


De las ficciones, aunque los más conocidos del continente son “El extranjero”, de Camus” y “El Hobbit” de J. R. R. Tolkien, la obra más traducida de cualquier país africano es un cuento del autor keniano Ngũgĩ wa Thiong’o titulado “La revolución vertical: o por qué los humanos caminan en posición vertical”. Esta fábula se ha traducido a 63 idiomas y a través de su explicación folclórica de cómo y por qué los humanos caminan sobre dos piernas, Thiong’o nos dice otra cosa: todos estamos conectados.

Y por casa?


Puestos a apostar, cualquiera hubiera dicho que el libro más traducido de América del Sur podría haber sido ”Cien años de soledad”, la gran obra de Gabriel García Márquez. Pero no. El que se lleva los laureles es “El alquimista”, de Paulo Coelho (que además ha vendido más de 85 millones de copias en todo el planeta)

Infografía de Jorge Portaz


Aún así, la literatura que llegó a más idiomas desde nuestra región, es un orgullo. De Argentina, figura “El Aleph”, de Jorge Luis Borges, esa obra maestra que incluye El Zahir, La escritura del dios o El Aleph, Emma Zunz o El muerto.
De Chile, llega “2666”, de Roberto Bolaño, una obra bastante nueva si se tiene en cuenta que fue escrita en 2004 y se la compara con “Las venas abiertas de América latina”, del uruguayo Eduardo Galeano, que es de 1971.
El maravilloso mapa de los libros incluye, del otro lado, Tokios Blues, de Haruki Murakami, Anna Karenina, La Isla del tesoro, los cuentos de los hermanos Andersen.

Clásicos, conocidos, y al alcance de casi todos, en cualquier idioma.


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