Manu Ginóbili se deslumbró con Marisol, la playa en la que Maradona era feliz
Es el balneario cercano a Oriente, al sur de la costa bonaerense y a 143 km de Monte Hermoso por la ruta 3, el mismo que elegía Diego por la tranquilidad, la geografía y la onda de su gente.
Marisol tiene magia. El balneario del sur de la costa bonaerense a 20 km de Oriente en el partido de Coronel Dorrego supo recibir las visitas de Diego Maradona cuando buscaba playas hermosas y tranquilas. Y ahora, el que pasó por ahí en sus vacaciones en la Argentina fue otra leyenda del deporte nacional, Manu Ginóbili.
El gran Manu publicó un fotón en sus redes. «Amanecer en la playa«, describió, con la correspondiente traducción al inglés (Beach sunrise) para su legión de fanáticos que no hablan español y un emoji universal de admiración.
Oriente está a 143 kilómetros de Monte Hermoso, la base de Manu cuando vuela con sus familia a los veranos del Hemisferio Sur desde San Antonio (Texas, Estados Unidos) donde como jugador ganó cuatro anillos dorados en la NBA y ahora se unió al staff de colaboradores de Greg Popovich.
El verano pasado, por ejemplo, publicó imágenes andando en bicicleta y remando en una tabla de SUP con sus tres hijos. y dos temporadas atrás todos comentaron la anécdota de una señora que se cayó en un médano y «SupérManu» corrió a ayudarla a levantarse junto a Pepe Sánchez, otra gloria de la Generación Dorada.
Ahora, su última publicación en Instagram ya tiene más de 25.000 likes y entre los comentarios varios escribieron que se lo cruzaron en Monte Hermoso y otros que soñaban con hacerlo.
Oriente está entre médanos forestados y la ribera del Quequén Salado. Es un sitio que atrae a pescadores para probar suerte en el mar y en el río. La villa cuenta con restaurantes, hoteles, despensas, camping, cyber, heladería y locutorio.
Maradona se instaló con su familia para pasar las vacaciones con su familia en 1992 y 1994. Poco tiempo atrás, su hija Gianinna lo recordó con una fotografía del 10 y Claudia y posteó que allí Diego podía ser Diego, que estaba tranquilo y nadie lo molestaba y que se sentía feliz de caminar como uno más. Ahora, el que comprobó la belleza y la onda de estas playas fue otro zurdo genial, Manu Ginóbili.
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