Malambo virtual: hay que ver el arte y la pasión de «Rulo» Hernández
Tremendo el despliegue de su arte que hace este bailarín de Cutral Co. Deslumbrante.
El bailarín Emanuel “Rulo” Hernández encontró en la virtualidad la manera de desarrollar su amor por la danza folklórica. La pandemia lo obligó a readecuarse para brindar sus clases, seguir conectado con la enseñanza y mantenerse en actividad. Hay alumnos locales, de otras provincias y extranjeros.
El malambista de Cutral Co está radicado desde hace dos años en Buenos Aires. Allá lo encontró la pandemia en marzo y, como pensó que en poco tiempo la situación volvería a la normalidad, decidió hacer un bolso y regresar a Cutral Co para esperar unos días. Solo que eso no ocurrió y ya no pudo volver hasta ahora.
Pasadas algunas semanas debió empezar a buscar lugar donde instalarse, y con ayuda de familia y amigos, encontró un sitio. Ya tenía organizado todo su trabajo para la primera mitad del año, aunque rápidamente debió cambiar los planes y reorganizarse.
“Lo virtual es muy positivo. No lo teníamos al alcance (desde la danza) y ahora puede llegar a ser una variante para cualquier cosa que queramos emprender”, sostiene ahora, siete meses después.
Rulo, que tiene 28 años, cuenta que desde siempre se dedicó a dar clases de danza folklórica. Tanto a niños como a jóvenes y adultos. El campeón nacional del Malambo de Laborde en 2017, tomó nuevamente su rumbo con las clases, pero son virtuales.
En junio inició la actividad on line y recuperó a los alumnos de diferentes puntos del país. Los talleres y seminarios que lo llevaban a diferentes provincias de manera presencial, ahora pasaron a las plataformas virtuales. “Es el modo que encontré para dedicarme a mi profesión que es el malambo y la danza”, explica.
Emanuel cuenta que, a la hora de elegir a la danza como modo de vida tuvo que decidir entre dos vías: la autogestión o la búsqueda de un productor. “Elegí el camino independiente, donde sos responsable de todo. Estoy aprendiendo un montón de aspectos desde cómo armar una coreografía, cómo dirigir y cómo organizar el evento”, cuenta.
Entiende que es un trabajo muy intenso, pero tiene el “plus de hacer lo que te gusta y le podés buscar la vuelta”. “Se requiere mucho movimiento, generar y emprender proyectos. Hay cuestiones que son posibles, pero necesitan un gran trabajo y dedicación, te obliga a estar aprendiendo todo el tiempo”, reflexiona.
En su caso, que está dedicado al malambo tradicional que no tiene tanta visibilidad como el que es “espectáculo”, la tarea es doble.
De todos modos, en 2018 conformó la compañía “Gauderios”, de malambo espectáculo. “Es un espacio de formación y desarrollo”, también. La idea fue “formar una compañía, autogestionarnos y empezar a hacer esos vínculos y puentes con otras personas”.
Fue a través de esa compañía que fueron convocados para participar del espectáculo organizado como parte del G20.
“Fue un orgullo representar a la provincia y a la ciudad. Los malambistas tuvimos la oportunidad de bailar cuando era un espectáculo que no estaba centrado exclusivamente en el folklore”, refiere.
En este camino, Rulo continúa su labor, con mucha ilusión para seguir viviendo de la danza y recorrer los diferentes escenarios del país y del mundo, por ahora desde su lugar.
Comentarios