Magdalena Rivas: viaje al lado salvaje del color
Stencil, espátula y color. La obra de esta artista viedmense identificada con el movimiento fauvista combina biografías rupturistas con el uso provocativo de los colores.
P: En diez palabras (más o menos), ¿quién es Magdalena Rivas?
R: Artista en formación con gran atracción por interpelar con colores a personajes con historias vidas inspiradoras.
P: ¿Cuál fue tu primer paso hacia el arte?
R: Clases de pintura en tela cuando tenía 6 años, ahí aprendí todas las técnicas del stencil que aún aplico.
P: ¿Y tu primera obra de arte?
R: Mi primer boceto de cara pintado con espátula. Hoy forma parte de living de mi prima Marlen.
P: Formaciones, transformaciones, deformaciones… ¿cómo fue tu camino como artista?
R: Comencé sin buscarlo de grande .. mi mamá me regaló una clase en el atelier de Nancy Torre donde fue mi primer encuentro con la espátula. Le siguieron tres años de formación en arte abstracto y teoría del color.
A la medida que me iba adentrando en este mundo y descubriendo lo que me gustaba trate de asistir a diferentes Workshop que dictaban artistas como Moncarz , Claudio Roncoli, Martin Ron. En 2017 viaje a Alemania por una beca en Akademie der Bildenden Kunste Kolbermoor.
P: ¿Cómo definirías tu estética?
R: Fauvista! Esta corriente pictórica creía que a través de los colores vibrantes podían expresar sentimientos y este pensamiento condicionó su forma de pintar.
P: El color es muy significativo en tu obra, ¿cómo lo trabajás?
R: Por lo general parto de una macha de uno o más colores y de la relación entre ellos es que va tomando forma cuando se trata de la representación de algo figurativo como un rostro.
Cuando quiero pintar un personaje busco en su historia de vida cuáles colores lo representarían y de ahí surge la paleta de colores.
P: Tu muestra “El uso provocativo del color”, además del color, está protagonizado por mujeres significativas para la historia. ¿Cómo llegaste a ellas y por qué las transformaste en tu obra de arte?
R: La muestra fue presentada en marzo del año pasado con un panel central de siete cuadros donde las protagonistas fueran mujeres con historias de vidas que inspiren. Así conocí la historia de Phillis Wheatley, una mujer esclava con condiciones para literatura, pero que tuvo que demostrarle a un tribunal de justicia que los poemas eran de su autoría.
Lo que hoy a nosotras nos resulta totalmente normal, para ella fue una lucha inconmensurable para lograr una ruptura; tuvo que posicionarse y pararse ante un tribunal de justicia. Así, en 1773 se convierte en la primera escritora afroamericana en publicar un libro en EEUU. Esta historia junto a otras como la de Frida Khalo , Nina Simone, Eva Perón, la Mujer Mapuche trate de llevarlas a las bastidores a través del color.
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