Luis Islas, mano a mano con RÍO NEGRO: »hoy dirijo a Sol como si estuviera en la selección»

Islas habló de todo. El presente en Sol de Mayo como DT, la relación con Maradona y su amor por Independiente. Todo gira alrededor del fútbol para el arquero campeón del mundo en 1986, que trabaja lejos de su familia.

Islas llega al hotel ubicado en la esquina de Mitre y Rivadavia de Viedma. Allí pasa el poco tiempo libre tras una larga jornada de entrenamiento con Sol de Mayo, que se encuentra entre los primeros lugares del Federal A. Lejos de su familia y en un lugar que va conociendo de a poco, demuestra estar acostumbrado a ese estilo de vida.

“Estoy viviendo en el hotel. La gente, los dueños, los empleados me hacen sentir parte de la familia porque me tratan como uno más. Entonces eso es un sostén muy bueno para el tipo que está solo, lejos de su familia y eso lo valoro mucho”, afirma.

“Es parte de mi vida. Es decir, como jugador y como entrenador tuve la suerte de pasar por diferentes partes en el Mundo. Entonces uno ya está acostumbrado, la familia también está acostumbrada, a esta manera de trabajar”, sostiene Islas mientras le avisan que la cena se encuentra en la habitación.

“Si uno analiza los últimos cuatro años como entrenador, estuve un año y medio en los Emiratos Árabes, un año en México, un año en Paraguay y ahora en Viedma. Todo muy loco, es raro. Pero lo acepto, me encanta, es lo que me apasiona y le agradezco a Dios permanentemente que me da trabajo”, añade.

Luis cuenta que que extraña a su familia, pero también se siente contento de seguir ligado al fútbol, su gran pasión. “Mis hijas estuvieron un tiempito en Viedma, pero se tuvieron que volver a Buenos Aires por los estudios. Una de ellas estudia Ingeniería Civil y la otra, de 11 años, está en primaria”.

Islas en el partido de Sol de Mayo contra Villa Mitre. Foto: Pablo Leguizamon

Islas llegó al país en noviembre de 2020, luego de dirigir a Sol de América de Paraguay, que disputó la Copa Sudamericana. Hubo charlas con algunos equipos, pero no prosperaron, hasta que apareció Sol de Mayo en su radar.
“Yo soy así. Hoy dirijo a Sol de Mayo como si estuviera dirigiendo a la Selección Argentina. Para mí Sol de Mayo es el club que laboralmente le tengo que dar el máximo”.

Islas remarcó tres puntos a la hora de trabajar: seriedad, respeto y capacidad. “Lo tengo incorporado como una forma de vida”.

Cada partido de Sol lo vive como una final y lo demuestra con intensidad. “Si estoy sentado tranquilo es que me desmayé (risas). En la cancha no soy tranquilo. Soy intenso, me meto mucho en el partido analizando, evaluando permanentemente con el jugador y acompañándolo desde afuera. En los partidos soy muy intenso”.

Sobre la relación con los jugadores, Islas entiende que las charlas no siempre tienen que ser futbolísticas. “Uno tiene que hablar con los jugadores de los problemas personales y siempre estoy abierto a hacerlo”.

Aseguró que cuando llegó a la capital rionegrina “me hice cargo de un equipo que estaba lastimado en todos los aspectos. Futbolístico, anímico y grupal. Se cambió una metodología de trabajo, estoy convencido de lo que pretendo y los jugadores respondieron de una manera extraordinaria”.

Y agrega que “cuando se habla de los buenos resultados yo les digo que acá hay culpables: los jugadores. Estoy contento, tranquilo y dando lo máximo para que termine de la mejor manera”.


»Lo que genera Diego no lo genera nadie»


Durante la entrevista a Islas surgió otro momento emotivo. El recuerdo de Maradona cuando eran jugadores y cuando habían pasado los 50. “Hablar de Diego como jugador sería hasta vulgar. El más grande lejos. Tuve la suerte y el placer de compartir el plantel campeón del Mundo como jugador, enfrentarnos, dirigir con él y soy un privilegiado».

Los ojos brillosos delatan ese amor por Maradona. Islas fue su ayudante en el Al-Fujairah de Emiratos Árabes y en Dorados de Sinaloa. “Vos entrás a mi casa y en el living no hay nada de fútbol. Sólo hay muñequito de Diego que se lo regaló él a mis hijas. Y en una oficina que tengo hay una sola camiseta en la pared, la de Diego”, detalla.

“Lo que quería a la Argentina era algo extraordinario. Sentía el fútbol con una pasión absoluta y creo que eso nos identificaba mucho como entrenadores. Dirigir juntos era un placer muy grande, pero también una responsabilidad. Porque lo que genera Diego no lo genera nadie”, afirma

Lo que más destaca de Diego es “la grandeza que tenía. La simpleza de un tipo humilde y con un corazón inmenso. Sé que lo despedí físicamente y que no voy a poder verlo más. Vos me lo nombrás y automáticamente, en mi cabeza, se me vienen esos abrazos en Dorados que no se me borran nunca más”.


Independiente y Bilardo


Luis explicó que su camino como DT se inició cuando se dio cuenta que “el técnico que tenía adentro se devoró al jugador. Dejé de jugar en Independiente cuando tenía 39 años. Estaba muy bien físicamente, en un nivel muy alto. Había hecho el curso de técnico, mientras estaba jugando, entonces dije lo mío es empezar a planificar a dirigir’’.

Foto: Pablo Leguizamon

Desde ese momento inició otra pasión para Islas que, según relató, “hasta el día de hoy me vuelve loco’’. Pero aclara que ser arquero y ser técnico son dos cosas distintas. ‘’Es mucho más simple atajar”, dice Islas entre risas. “El arco es hermoso. Dirigir es una cosa totalmente distinta. El jugador entrena dos horas y media y se va a la casa. El entrenador se va a la casa, arma, planifica, tiene dudas; si ganás incluso hay inconvenientes, entonces ser entrenador es mucho más exigente que jugar, pero me encanta”.

Tras la pregunta sobre si le gustaría dirigir a Independiente, su rostro se iluminó. “Es el club que amo. El hincha, el socio, la historia…”-hace silencio y vuelve- “la camiseta roja está grabada a fuego en mi vida. Sé que tarde o temprano va a llegar esa posibilidad de volver a tener el escudo de Independiente en mí pecho. Pero te vuelvo a repetir, hoy es Sol de Mayo. Termina el campeonato, empezamos a ver otros proyectos y el que sea voy a ir para adelante”.

El ex jugador y actual DT sostiene que a lo largo de su carrera tuvo a muchos técnicos como referentes, pero “a Carlos Bilardo lo respeto mucho y mi manera de trabajar tiene mucho que ver con él. Sobre todo, en el análisis, en la repetición de trabajo, en el sistema, en potenciar a nuestro equipo. También analizar mucho al rival, porque juega y en ese aspecto Carlos fue uno de los técnicos que me aportó mucho”.

En el mismo sentido agregó que “no puedo dejar pasar al Pato Pastoriza, a Enrique Meza, al Coco Basile, al Flaco Menotti y a Mourinho”.


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