Luego de una clase de ESI, una niña de San Martín denunció que era violada

Se resaltó el rol docente, por ser quienes detectan y contienen casos de abusos o violencia, y realizan denuncias. En este caso, la niña fue atacada desde el 2015, cuando tenía seis años.

En su escuela de San Martín de los Andes dieron una clase de Educación Sexual Integral (ESI) durante la que se informó sobre un teléfono al que se podía llamar para pedir ayuda. Cuando la actividad terminó, la niña de 10 años se acercó a la directora para pedirle ese número. Así fue como se puso fin a los cuatro años de violaciones que cometía contra ella su padrastro.

«Más allá de los contenidos de Educación Sexual Integral, que uno puede estar de acuerdo o no y cómo se dan en el colegio, lo cierto es que a raíz de todas estas charlas en las que se les enseña al niño que su cuerpo es propio, que nadie los puede tocar, que nadie les puede hacer algo que ellos no quieran, que no les pueden hacer daño… con todo esto han surgido en los colegios un montón de situaciones de abusos denunciadas por los docentes«. La apreciación surgió de la asistente letrada Inés Gerez, que desde su rol a cargo de la Oficina de Atención al público y Gestión de Caso tiene una visión amplia de lo que ocurre en la localidad.

Desde que comenzó el año, se han realizado 32 denuncias por abusos sexuales en San Martín, cometidos casi todos contra mujeres. En promedio, una denuncia por semana. En el 70% de las presentaciones, las víctimas son menores de edad y de los restantes, muchos corresponden a adultas que se presentan por abusos que sufrieron durante su infancia y sobre los que se animan a hablar alentadas por el contexto social, aunque judicialmente la causa pueda haber prescripto.

Gerez explicó que el rol docente se ha vuelto fundamental, porque son quienes perciben una posible situación de abuso y violencia, y realizan las denuncias. Resaltó que las denuncias no surgen solamente de las clases de ESI, sino gracias a que se incorpora esta perspectiva en todos los contenidos. Por ejemplo, cuando en una clase de plástica se propone dibujar el cuerpo humano y se les recuerda a los estudiantes que nadie puede tocarlos si no quieren.

En este caso, la directora se contactó con el área de Desarrollo Social, que fueron quienes se presentaron ante la justicia, y se convocó a la mamá de la víctima, quien denunció a su pareja por las violaciones. Ese mismo día, hace un mes atrás, el hombre fue detenido portando armas y la semana pasada se le extendió la prisión preventiva hasta el 6 de julio. El resultado de la Cámara Gesell (método con el que se toma el testimonio a infantes y adolescentes) confirmó que los dichos de la niña eran ciertos.

El hombre fue imputado por el delito de abuso sexual con acceso carnal de forma sistemática y repetida, aprovechando la situación de convivencia y atacando a la niña cuando quedaba a su cuidado. Las violaciones comenzaron en 2015, cuando ella tenía seis años, y se repitieron hasta que se hizo la denuncia, en mayo de 2019.

Además, Gerez resaltó que gracias «a la reforma del Código, nosotros tenemos más facultades para avanzar en las causas de las lesiones y abusos contra de los menores». Esto significa que si una persona de la familia no hace la denuncia, con el accionar que se inició desde la escuela, se puede avanzar en la investigación, como en este caso, en el que se puso fin a los años de violación que sufría una niña.


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