Los vagones del olvido y la indiferencia

Leonardo Petricio

NEUQUÉN (AN)- Son los mismos vagones que utilizaron Eduardo Castro Rendón, Gregorio Álvarez y Carlos Bouquet Roldán para llegar a este lugar de médanos o para partir a Buenos Aires a estudiar o gestionar ante el gobierno nacional obras para la incipiente ciudad.

Son los mismos que trajeron el progreso y a los primeros inmigrantes. Permanecen en el mismo lugar, lo que supo ser la playa de maniobras de Ferrocarriles Sud. Pero el paso del tiempo y la falta de políticas concretas de conservación del patrimonio, los convirtieron en enormes cajas de madera arrumbadas.

Sobre las vías, al costado del edificio central de la vieja estación de trenes, en lo que hoy se conoce como Parque Central Este, permanecen erguidos estos vagones que fueron los primeros en cruzar el río Neuquén.

En la década del 90 les construyeron a su alrededor y con restos de rieles, una pintoresca “enredadera” de caminos, balcones y pasadizos colgantes. Les dieron color a sus maderas antiguas, recuperaron sus interiores y les colgaron el cartel de “Paseo de los Artesanos”.

Por unos años funcionaron allí una encuadernadora de libros artesanal, el taller de un luthier, el club de ferromodelismo y tantos otros oficios artesanales. Todos los sábados esa pequeña esquina se transformaba una fiesta de luces y colores, visitado por centenares de personas.

Pero los artesanos no podían sostener con sus ingresos el gasto de luz, gas y mantenimiento del lugar, que se sumó al desinterés de autoridades provinciales y municipales y nuevamente los vagones fueron abandonados.

Poco a poco, los vagones fueron cerrados con candados, los carteles se desprendieron de las puertas y las farolas que iluminaban el paseo, quién sabe a donde fueron a parar. No quedó nadie y nadie más volvió a interesarse por ese lugar.

Desde la Dirección de Patrimonio Cultural de la provincia se está trabajando en un proyecto de creación del Centro Cultural La Estación. La propuesta abarcaría todo el edificio del ferrocarril, desde avenida Argentina hasta el viejo paseo de los Artesanos.

Para que esto pueda concretarse, hace falta inversión y voluntad política. “Como primer paso tenemos que lograr que el ONABE (organismo que resguarda los bienes del estado, entre ellos los de las ex empresas ferroviarias) le ceda definitivamente las instalaciones a la provincia. Luego hace falta que la provincia y el municipio implementen políticas de conservación y mantenimiento”, explicó Daniel Bello, director de Patrimonio Cultural de la provincia.

Quedaron arrumbados luego de que los artesanos no pudieran pagar su mantenimiento.