Los temporales en otoño son cada vez más frecuentes en el Alto Valle
Así lo revelaron desde el INTA. El de esta semana afectó las últimas cosechas de la temporada.
Entre la gran tormenta del lunes a la noche y la que se dio durante todo la noche del martes y la madrugada del miércoles se acumularon, solo en Neuquén, más de 50 mm de lluvia. La media que registra el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Alto Valle para el mes de abril es de 23,5 mm. Las consecuencias en los cascos urbanos fueron terribles, familias evacuadas, calles anegadas, cortes de rutas y falta de suministro eléctrico. En las chacras también hubo afectación aunque menor porque la cosecha ya está terminando. Los cierto es que los fenómenos climáticos de lluvia y granizo en otoño están siendo cada vez más habituales, según lo relevado por el INTA.
El último gran temporal de lluvia en abril en la región fue en 2014. El anterior había sido 15 años antes y el anterior en 1981, 18 años antes. Así lo contó, en declaraciones al programa Vos a Diario, de RN RADIO (89.3), la profesional del INTA Alto Valle, Andrea Rodríguez. El análisis que el organismo hace de los últimos 50 años reveló que «estos eventos extremos tienen una frecuencia más periódica«, indicó.
Sin embargo, precisó que «estos fenómenos no tienen un comportamiento cíclico» sino que «son esporádicos».
Esta vez, según confió Rodríguez «se superó la media del mes con un solo día de lluvia». También la tormenta trajo granizo, particularmente el lunes por la noche y en las localidad de San Patricio del Chañar, Guerrico y gran parte del Alto Valle oeste.
Según las mediciones del organismo se trató de piedras de gran tamaño que superaron los 20 mm y además cayeron en mucha cantidad: hubo más de 2.000 impactos por metro cuadrado, lo que en la escala de medición se traduce en un valor altísimo. La última granizada en abril registrada fue en 1988.
Pese a la virulencia en la tormenta, los daños en el circuito productivo no fueron tan altos ya que la cosecha ya están en su etapa final. «En esta fecha lo que más afecta son las variedades que aún se estaban cosechando, principalmente Pink Lady, que es la variedad más tardía», precisó la profesional en referencia a las manzanas que se estaban terminando de cosechar en el Alto Valle. También el agua afecta en este sentido, ya que la inundación en las chacras no permite que se continúe con la tarea con la fruta que no fue afectada por el granizo.
Además, Rodríguez destacó que la lluvia en esta época si bien no trae cuantiosos daños tampoco trae grandes beneficios, ya que las sequías se producen en primavera. «La lluvia es siempre bienvenida porque tuvimos un año bastante seco pero (…) las lluvias se necesitan en primavera y no en otoño«, confió.
Sobre el incremento de las precipitaciones, señaló que «no hay incremento en la cantidad de lluvia caída pero si en la cantidad de días con lluvia, en primavera».
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