«Los primeros egresados del 'Manuel Belgrano'»

Soy una de las personas que, con orgullo, declaran y relatan ser del grupo de los primeros egresados del Colegio «Manuel Belgrano» de Cipolletti. Vivo desde hace 38 años en el centro de la provincia de Buenos Aires.

Fuimos unos cuarenta egresados y seguimos siéndolo -incluyo a quienes ya no nos pueden acompañar-. Una de las notas de este diario no nos citó «por falta de espacio». Ruego que nos mencionen; somos:

» Bachilleres: Bruna Carnelutto, Jorge García, Ángel Jorge Kossman, José Alberto Panzani, Jorge Alberto Pazos, Hugo Marcelo Pieruccetti, Raúl Alberto Rodríguez, Daniel Viñuela y Jorge Ibar.

» Peritos mercantiles: Juan Carlos Ávila, Ítalo Dalla Torre, Susana Darriba, Oscar Dominich, Osvaldo Fassano, Luis Alberto Fernández, Mauricio Garodnik, Ernesto Marti Reta, Esio Demetrio Moreira, Franco Soligo, Osvaldo Trigal, Lilian Trognot, Élida Valle, Carlos Villegas y Jorge Cauto.

» Maestros normales: Néstor Armando Andriani, Dora Borghetti, Nélida Bravo, María Isabel Cañadas, Alicia Carnelutto, Elma Cervera, María Rosa Colantuono, Juana (Giovanna) Comani, Matilde Davidovith, María del Carmen de Cea, Graciela Fata, Marta Fromer, Irma Corina Garnero, María Cristina Garrido, Beatriz Huescar, Beatriz Manso, Mirta Marchisio, Alicia Olano, María Estela Ordóñez, María Nélida Paniccia, Noemí Rodríguez, Dora Salina, Teresa Siracusa, José Alberto Tumminello y Alicia Dolores Zúñiga.

Después vinieron muchos otros.

¡Son cinco décadas! Creo que el paso de estos años nos encuentra festejando, con nuestras vidas hechas y celebrando. Lamentablemente, no pude ser de la partida; nanas menores pero nanas al fin… ¡qué vocabulario antiguo!

Sin embargo nuestro espíritu, incentivado por aquellos que se quedaron en el pago, hizo que numerosos años atrás fuéramos hasta el colegio para saludarlo con una placa en la que figuran nuestros nombres.

Estamos distribuidos a lo largo y ancho del país. Somos personas mayores, jóvenes mayores que hemos podido hacer buen uso de lo que nos enseñaron e instruyeron.

Leer sobre el profesor Raggio me llena de nostalgia. La última vez que lo vimos, unos 16 años atrás, lo hicimos en una «clase» de Lengua… ¡de lujo!

Saber que se recuerda a los hacedores de esta empresa es muy bueno. Sostengo que nos dieron alas, las alas necesarias para ser buenos ciudadanos, sabiendo leer, escribir, comprender y analizar.

Solemos encontrarnos en el mes de octubre, alrededor del 4, porque se festeja el cumpleaños de la ciudad. Hemos participado en «desfiles» del colegio, mezclados entre sus alumnos de entonces.

Varios de los maestros del primer egreso comenzaron sus carreras docentes con nuestra madre, María Carmen Ermelinda di Salvi de Ordóñez. Confiando en ellos generó la que se llamó «escuela del barrio Rosauer». Oportunamente ella fue festejada con profundo cariño, y no fue poca la emoción, para «Herme», como la llamaban, y para los que heredamos sus especiales condiciones de docente.

Memoria familiar aparte, regreso a lo que nos dieron: una franca amistad entre los «primeros», conocimientos suficientes para progresar y un enorme cariño por la institución.

Soy profesora universitaria. Llevo conmigo 44 años de docencia en ese ámbito. Día a día me aflige más ver que los alumnos que recibimos duramente saben quiénes fueron sus maestros o profesores.

Mi madre falleció el 25 de agosto de 1990. Supe de una sentida crónica sobre su trayectoria. Nunca pude leerla, no la tengo. Mas tengo la memoria de hija y la de sus «primeros maestros», como ella decía, ¡egresados del «Manuel Belgrano»!

Un enorme abrazo a mis compañeros.

María Estela Ordóñez

LC 4.764.207

memuniz@gmail.com

Olavarría – Buenos Aires