Los Pericos vuelven a vivir sin Bahiano

BUENOS AIRES, (Télam).- El próximo 18 de agosto la gente podrá encontrarse con «Siete» el nuevo disco de Los Pericos, primero en la carrera musical de la banda que se realiza sin la presencia de Bahiano, el vocalista que marcaba el estilo del conjunto y que abandonó el grupo intempestivamente en marzo del 2004.

Reunidos en la casa-estudio que poseen en el barrio de Núñez, los integrantes de Los Pericos dialogaron con Télam para dejar sus impresiones sobre el nuevo trabajo discográfico, el crecimiento de la banda y todos los cambios que trajo aparejada la separación de Bahiano, que abrió una nueva época para los siete músicos que quedaron.

«Para nosotros de algún modo es como un primer disco, antes es como que habíamos llegado a una situación en la que trabajábamos en función de una sola fórmula y con la separación aparecieron muchos más recursos y muchas más herramientas tanto en la interpretación, en la letrística, en la composición y en los arreglos», aseguró Juanchi (Juan Baleirón), guitarra y voz de la banda.

«Evidentemente la banda cambió, se generó otra química, otra energía y otro compromiso, es como que nos alejamos de una fórmula determinada de lo que veníamos haciendo y salimos de una suerte de aburguesamiento», remarcó por su parte Guillermo Valentinis, guitarrista.

Analizando los cambios que sobrevinieron a marzo de 2004, cuando se quedaron sin empresa, sin manager e, incluso, sin la clave para acceder al contestador automático, el tecladista Diego Blanco sostuvo que «lo más interesante fue que cada uno empezó a mostrar ideas nuevas».

«Lo más interesante que vino da partir de marzo de 2004 fue una etapa de desinhibición personal en la que cada uno empezó a mostrar ideas nuevas, temas y letras diferentes y todos empezamos a componer mucho más libremente buscando un nuevo sonido», aseguró el tecladista.

Estos cambios, la nueva manera de posicionarse y la música que empezaron a crear generó, lejos de lo qu algunos auguraban luego de la separación de Bahiano, un crecimiento y una solidez del grupo, que los llevó a realizar más de 70 conciertos en el último año, con shows masivos en México, Perú, Uruguay y Ecuador y tocando en el circuito de los grandes festivales de rock locales.

«Comercialmente quizás era más fácil buscar un cantante con el mismo tipo de voz y timbre de Bahiano y seguir para adelante pero lo que primó fue asumir que somos una banda y que la propia banda tenía que generar un cambio, relajarnos y empezar a tocar lo que sentíamos y nos gustaba sin estar obligados a mantener una coherencia con lo que había sido el perfil de la banda hasta ese momento», sostuvo Marcelo Blanco, percusionista.

«Apareció la idea de grupo, de que somos todos iguales y tiramos juntos, la banda se transformó en protagonista. Fue como que se corrió una neblina de adelante y una serie de fuerzas creativas hizo explosión», aclaró Ariel Raiman, batería.

Para el saxofonista Horacio Avendaño «no es que con la partida de Bahiano la banda viró hacia un lado determinado sino que se abrió todo y la sensación que se impuso fue que estábamos formando un grupo nuevo que no estaba obligado a seguir una línea determinada sino que podía volver a inventarse. Al no haber un sello autoimpuesto por nosotros, las distintas visiones musicales, y letrísticas de cada uno de nosotros se desataron y se pusieron en juego».