Los peces y aves del río Negro están en riesgo por el bajo caudal

Su reproducción y alimentos se ven afectadas. Hay menos oxígeno disuelto en el agua, un problema que se agravará en verano. La explicación de una bióloga que estudia a los peces.

Sola y en medio del ramaje que dejó la bajante, una garza mora busca alimento en el río Negro. (Foto Juan Thomes)

¿Cómo afectarán al río Negro y las especies que lo habitan una baja sostenida del caudal por la larga sequía? Río Negro hizo esa pregunta a la bióloga de la UBA y docente de la Universidad de Río Negro, Andrea Tombari, que desde hace años estudia el comportamiento de los peces.

Explicó que la bajante (el río Negro trae hoy un tercio de su caudal histórico) afectará la reproducción de peces y los microorganismos de los que se alimentan. “Como la reproducción es acuática, en muchos casos necesitan de la vegetación para que queden adheridos los huevos, y ella sea el refugio de los alevines y a la vez su alimento”.

Citó como ejemplo “la depredación” más fuerte que observa en las especies más chicas, que son el alimento principal de otras más grandes. Es el caso de las madres de agua.

Tombari estima que el peor escenario se puede dar en el verano próximo, cuando las temperaturas se eleven y si el río se mantiene tan bajo como ahora por la falta de lluvias.

La bióloga Andrea Tombari, además del estudio de los peces, desarrolla en la región la acuoponia,
que es una producción agroecológia alternativa.

La sequía y bajante afectan al ecosistema y la cadena alimentaría. Los peces y las aves sufren las consecuencias”.

Andrea Tombari, investigadora en la UNRN

“El agua se va a calentar más rápido y en esas condiciones el oxígeno se disuelve menos. Vamos a tener falta de agua, alta temperatura en ella y baja concentración de oxígeno disuelto en agua. Por eso las especies más demandantes como el pejerrey, truchas, algunas mojarras, bagres y percas se verán afectadas. La carpa y los barrefondos se arreglan aunque haya mala calidad del agua. Se adaptan a las circunstancias más extremas”, explicó.

Su temor, si la sequía se agrava, son las mortandades masivas de peces que ya se ven en los ríos del norte del país por las bajantes notorias.

El despegue de la gallareta. Lejos de la costa, el río muestra poca profundidad y escasa correntada a la altura de Allen. (Foto: Juan Thomes)

Quienes también sufrirán las consecuencias en el río Negro serán las aves acuáticas, que se alimentan de los peces. “Hay que comprender que es toda una cadena alimentaria -añadió la docente de la UNRN- porque en cuanto afectamos a unos, se daña al resto”.

Citó a las dos variedades de macá (grande y de pico grueso, al biguá (come peces) y a los cisnes y patos que se alimentan de la vegetación del cauce como las aves que más sufren con la bajante.

Si bien su mirada y estudios abarcan con más precisión el tramo final del río, ya que vive en Viedma, dijo que el daño es medible en todo el recorrido del Negro.

Metros cúbicos

1.000
Por segundo, es el caudal histórico del río Negro. Hoy ronda los 360.

La particularidad de la zona de la desembocadura es la influencia de las mareas en el cauce, fenómeno que hace que la baja del caudal no sea tan pronuciada como se ve en el Alto Valle. Pero hay hechos que llaman la atención de Tombari.

“En Viedma notamos que en la zona donde está el barco, y antes del muelle del catamarán, se ha armado una lengua en forma de letra U por la cantidad de sedimentos. Tiene que ver con río bajo. Y allí se empezaron a acumular las almejas que son exóticas. El tamaño promedio que tienen hoy esos ejemplares es mucho más grande que las que evaluamos en estudios anteriores”, detalló.


Aspecto estancado


Muchas son las variables que inciden sobre el comportamiento del río Negro, más allá del impacto por el cambio climático.

El caudal del rio Negro en su mínima expresión. En Paso Córdoba, Roca (Foto: César Izza)

La velocidad del agua es una de ellas y depende de lo que erogan las represas. Si la energía en el cauce es muy baja, los sedimentos que transporta caen y tienden a colmatarlo. De allí el aspecto estancado que muestra hoy el Negro en muchos lugares. Tombari explica que un ejemplo de ello son los bancos donde hay troncos caídos.


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