Los nuevos hábitos de consumo y su impacto en los comercios

Las medidas de aislamiento reescribieron el contrato entre comerciantes y clientes. Después de 60 días de cuarentena más del 70% de los rubros volvieron a abrir. La mayoría cree que el uso del barbijo y las filas fuera de los locales llegaron para quedarse por mucho tiempo. El efecto no deseado es la crisis con la reducción de sueldos, los despidos y el cierres de comercios.

(Información de Corrresponsalías Neuquén, Sede Central, Bariloche y Viedma) La pandemia del coronavirus cambió nuestras vidas. No en el modo romántico, con el que fantaseábamos al inicio de una cuarentena idealizada, sino de una forma directa y hasta brutal. Esto bien lo saben los comerciantes que, con realidades distintas en los 297.091 kilómetros cuadrados suman Río Negro y Neuquén, buscan sobrevivir a la crisis provocada en parte por la paralización y también por los nuevos hábitos de consumor.

Dos indicadores

30%
es el promedio de los locales que no podrían quedar con las puertas cerradas una vez que termine la cuarentena.
80%
menos de su facturación habitual habían registrado tres de cada cuatro comercios en la capital neuquina, según Acipan.

Filas en las veredas, barbijos, higiene frecuente de manos, distancia social, delivery, entregas en puerta y locales con pocos o un cliente a la vez, solo algunos días de la semana o con horarios reducidos, son parte del menú elegido para equilibrar aislamiento y economía. Con estos nuevos cuidados, en alrededor de 60 días, más del 70% de los comercios de la región consiguieron abrir sus puertas, claro está, con distinto éxito. Pero más allá del resultado económico nadie imagina otro escenario en el corto plazo.

Para resumirlo, podríamos decir: ¡Bienvenidos a la nueva normalidad!

Río Negro consultó a referentes de las Cámaras de Comercio de Bariloche, Neuquén, Cipolletti, Roca y Viedma. Ni el más optimista imagina una situación diferente en los próximos tres meses. Todos acuerdan con la necesidad de resguardar la salud, pero no esquivan describir el impacto real en sus socios.

Los ATP de Nación fueron una buena ayuda. También el BPN estuvo a la altura, pero lo de la banca privada fue casi vergonzoso”.

Daniel González, presidente de Acipan.

El cálculo es que entre un 20 y 30 por ciento de los locales no llegará con sus puertas abiertas al final de la cuarentena.

“Hay una economía de la necesidad. Se compra únicamente lo indispensable. Alimentos, bebidas, productos de higiene, reposición y algunos arreglos básicos. La gente no sale a la calle y eso disminuye casi a cero la compra por impulso, que en muchos rubros es fundamental”, explicaron desde la Cámara de Comercio, Industria, Turismo, Servicios y Producción de Bariloche.

Daniel González, presidente de la Asociación del Comercio Industria Producción y Afines de Neuquén, coincidió en el diagnóstico y remarcó el contexto de crisis que se vive: “hay recortes de salarios y menor actividad, en el petróleo es claro lo que pasa, por eso vemos una caída más allá de las restricciones sanitarias”.

Los comercios de rubros más nuevos tienen un poder de adaptación alto. En cambio a los son clásicos son los que más le cuesta”.

José Luis Bunter, titular de la Cámara de Industria y Comercio de Cipolletti.

Una de las apuestas fue la venta digital, mucho más extendida por el aislamiento, pero para el comercio local no parece haberfuncionado del todo bien. “Algunos se habían acostumbrado a comprar de modo online, pero era una minoría. La apertura generó esperanza, pero los horarios y días siguen siendo acotados”, dijo José Luis Bunter, titular de la Cámara de Industria y Comercio de Cipolletti.

Pese a la flexibilización conseguida por altos niveles de disciplina social y la habilitación de modalidades como el retiro en puerta (take away) y el deilvery, para las cámaras hay un 30% de comercios que siguen sin generar ingresos. Son rubros, con aglomeración de personas, que todavía no tienen ni siquiera una fecha tentativa de reapertura y quizá, reconocen los consultados, no lleguen a hacerlo.

Pubs, restaurantes, hotelería y el turismo, son ejemplos claros para los que el Estado y los gobiernos locales buscan alternativas, pero también se anotan salones de fiestas, peloteros y otros más tradicionales como teatros o cines.

Primero el protocolo

Las medidas obligatorias de sanitización en los comercios son una realidad asumida. La utilización de guantes, barbijos, máscaras y alcohol en gel no tienen un elevado costo para el comerciante, rondan los 14.500 pesos al mes, dependiendo de las dimensiones y la cantidad de empleados.

La autoridad de aplicación en cada ciudad es el Municipio. En Neuquén capital, por ejemplo, son 20 los agentes que a diario recorren los comercios. Pero también los sindicatos, en este caso el Centro Empleados de Comercio (CEC), demandan la provisión de elementos y su utilización.

Todos coinciden que los empleados de supermercados, exceptuados desde el primer día, son quienes quedaron más expuestos, pero salvo excepciones puntuales no fueron éstos lugares, y tampoco los comercios, los puntos de focos de contagio.

El vidrio de separación en una libreria de Roca (Juan Thomes)

Tres realidades en la misma foto

El comercio de la región tiene, en la misma foto de la pandemia mundial, tres realidades: los que abrieron, los que esperan por hacerlo y los que no se sabe cuándo podrán hacerlo.

Para los primeros fue clave las distintas flexibilizaciones que fueron dando a raíz de los resultados sanitarios obtenidos por las medidas de distanciamiento social. Sin embargo, comienza a quedar claro que aquello que fue un alivio, a través de las nuevas modalidades de compra, será ya una realidad por varios meses.

Si bien tuvo resultados inmediatos en la facturación, no se acerca a la realidad que tenían antes de la llegada del virus. Los nuevos hábitos atentan, en algún punto como la demora, poder elegir al paso, la compra ocasional, en la caja de los comercios y para algunos es la diferencia entre seguir abiertos o cerrar.

Pero también puede ser una oportunidad para revisar viejas prácticas instaladas en la relación con el cliente y aprovechar para mejorar la relación y la calidad de la atención. La foto quizá ya no se pueda cambiar, pero la película todavía no se termina.

Despidos y recortes

El daño colateral de la pandemia, aquel que está después de la salud en las prioridades, es el económico. Y la medida real en la primera línea son los recortes salariales, los despidos y el cierre de unidades económicas. Las tres están ocurriendo y en parte, más allá de lo imprescindible, las medidas sanitarias son una barrera, necesaria, pero real para esta economía.

Giselle Iaccarino, presidenta de la Cámara de Comercio, Industria, Producción y Turismo de Viedma, reconoció que hay despidos en el comercio y la construcción.

Miguel Dithurbide, abogado del CEC en Roca, dijo que pese a la doble indemnización “hubo despidos, algunos disfrazados”.

Los empleados de comercio, en algunos rubros, acordaron una reducción del 25% de sus salarios. En aquellos que no fueron exceptuados y nunca pudieron abrir las puertas.

En el sector informal la situación se multiplica porque incluso los comerciantes no llegan a acceder a las herramientas del Estado.

En esta línea están también los trabajadores temporales que, en ciudades como Bariloche, dependen de las temporadas turisticas. Walter Cortés, del AEC barilochense, indicó que les “preocupa y estamos trabajando para que los 1200 temporarios que tenemos sean incluidos en alguna ayuda. Es alarmante lo que pasa y siento que va a venir peor”.

Una caja de herramientas para el comerciante

Por Juan Pablo Morgentaler, responsable financiero del Centro Pyme Adeneu. jmorgentaler@adeneu.com.ar

Sin lugar a dudas el comercio es de los sectores económicos más golpeados por esta coyuntura económica y sanitaria que nos toca vivir en la actualidad.

En este contexto, es fundamental para estas empresas poder aprovechar al máximo las herramientas financieras, tributarias y de empleo promovidas desde los Estados.

Desde el gobierno de la provincia de Neuquén se puso a disposición del sector créditos a tasa subsidiada vía el Banco Provincia del Neuquén (BPN) y el Instituto Autárquico de Desarrollo Productivo (IADEP), con destino capital de trabajo (salarios, servicios, alquileres, stocks y descalces financieros).

Entre ambos instrumentos se otorgaron créditos a 1.576 empresas neuquinas, por un monto de $ 1.522 millones.

En el orden nacional, la Agencia Federal de Ingresos Públicos AFIP lanzó el Programa de “Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción” (ATP), para dar alivio económico a las empresas afectadas por la caída de la actividad.

Esta herramienta aplica al sector comercial, y los beneficios que otorgan son: Crédito a tasa cero para monotributistas y autónomos; salario complementario y postergación ó reducción en un 95% del pago de las contribuciones patronales.

Por último, se extendió hasta el 30 de junio el Programa “Ahora 12” y se sumaron nuevas tarjetas de crédito a la modalidad. También se estableció el FoGAr (Fondo de Garantías Argentino) como mecanismo para avalar créditos bancarios a micro y pequeñas empresas del sector.


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