Los mitos de inversión en Vaca Muerta
El potencial productivo de la roca generadora es real pero requiere la presencia de otros condiciones básicas para que su desarrollo sea real.
Por Rubén Etcheverry (*)
Las inversiones en energía tienen ese halo para los políticos y empresas como una especie de resumen de un resultado exitoso pero que no llega al electorado sino es a través de las soluciones concretas que las mismas generan. Simplificar es genial, pero tiene sus riesgos y las inversiones no son espontáneas ni ajenas a un contexto. Mucho menos fruto mágico de una modificación normativa.
En la primera guerra mundial un soldado ruso que combatía en el frente alemán quedó asombrado con una bombilla en los techos de las habitaciones que las iluminaba. Le pareció un invento fenomenal. Cogió una y la guardó con mucho cuidado cómo si fuese un tesoro. Cuando terminó la guerra y regresó a Rusia mostró a su familia la magnífica joya que había traído de Alemania. Hizo un agujero en el techo y encajó la rosca de la lámpara. Pero nunca funcionó. Para que funcione se necesita que previamente se cumplan otros requisitos.
En su informe sobre “Políticas Activas para atraer Inversión Extranjera Directa a América Latina” la CEPAL recomienda a los países desarrollar las capacidades políticas e institucionales donde se focalice, se definan prioridades y creen capacidades.
El punto central de todo modelo de política activa o integrado es la decisión de atraer selectivamente un tipo dado de inversión. Esta definición debiera surgir de la confluencia de tres factores: los objetivos de la política de desarrollo, las ventajas del país y los requerimientos de los inversionistas.
De la intersección entre las ventajas del país y los requerimientos de los inversionistas surgen los proyectos que tienen viabilidad para concretarse, pero si estos no coinciden con los objetivos de política del país, no hay razón aparente para ejecutar políticas activas para atraerlos. A su vez, los objetivos de política pueden no tener eco en los requerimientos de las empresas, más aún cuando el país no tiene ventajas que lo hagan atractivo en dichos proyectos.
Las inversiones no provienen ni surgen de expresiones de deseo, ni son soluciones románticas e idílicas. Son racionales, miden el riesgo y la confianza. Sin inversión no hay crecimiento, anunció el presidente de YPF. A lo que agregamos: ni siquiera mantenimiento de la producción en el shale.
En el afán de desarrollar Vaca Muerta se mezclan pretensiones, intensiones y mitos. Pretender que lluevan inversiones; intensiones electorales (“trampolín” para que el secretario de Energía pueda mostrar éxitos en su campaña a gobernador en Neuquén y el presidente de YPF haga lo mismo en su candidatura en Santa Cruz) y es allí donde aparece la trilogía del mito, el rito y el héroe. Así repetimos hasta el cansancio que es imprescindible una nueva norma hasta que aparece el héroe con el texto mágico.
Solemos escuchar: es tan buena Vaca Muerta que se van a “pechar” por venir a invertir; esto no puede fallar y si además lo volcamos en una nueva ley: listo. Sin embargo, como con la lámpara del soldado ruso, para que funcione hacen falta otros requerimientos.
No es cuestión de ideología o buenas intenciones. Sino de políticas activas. El marco para el diseño de políticas para la atracción de IED (inversión extranjera directa) es más complejo. Existen implicancias para el diseño de esas políticas: se deben conocer las motivaciones, factores de decisión críticos y procesos de decisión de las empresas y ese es el punto de partida para diseñar políticas de atracción de IED más efectivas. La IED ha decrecido a niveles de 2005. Se redujeron un 35% siendo los sectores de recursos naturales. Los más castigados. Argentina recibe menos del 10% de la inversión que llega Brasil y solamente el 4% del total de inversión de América Latina y el Caribe.
Subsidios «a la carta»
Un país que sigue este tipo de estrategia concentrará sus esfuerzos en mejorar su oferta (las condiciones del país) por medio de políticas generales, por sobre el uso de incentivos.
Asimismo, posiblemente destine recursos y esfuerzo a hacer promoción de los atractivos del país (estabilidad, infraestructura, educación,etc), siguiendo una estrategia que algunos han denominado “concurso de belleza”, por estar basada en presentar los atractivos del país para ser juzgados por los inversionistas.
No suelen haber soluciones mágicas. Las promociones si no son estables se convierten en oportunismos. En el sector de la energía tan dinámico, una norma no debiera basarse en un marco coyuntural. Por eso funcionó la primera ley de hidrocarburos 17.319 y no tanto así los parches que se le agregaron. Los cambios, y más si son bruscos o repentinos poco colaboran. Un informe reciente de US sobre la economía argentina resume: inflación elevada, muy alta carga fiscal y regulaciones “impredecibles”. Los fondos no invierten en una economía con tanta discrecionalidad. Casi arbitrariedad.
Las empresas reclaman la libre disponibilidad de las divisas de exportación. El proyecto les otorgaría el 50%. En realidad, prohíbe la otra mitad. Quizás luego la totalidad cómo ocurrió con la exportación de carne.
Un proyecto a escondidas tampoco suma. Darío Martínez dijo que una vez que Alberto y Cristina den el aval, compartirán el borrador con de los actores de la industria y los gobernadores. El presidente de la Ofephi solicitaba a través de la opinión pública conocer el proyecto, mientras que las provincias, cámaras y sindicatos lo apoyaban desconociéndolo ¿Sabrán lo de las disminuciones de regalías y desdibujamiento de las facultades provinciales del texto que ha circulado?
Una política tarifaria suspendida
Un tema clave que se preguntan los inversores ¿Cómo vamos a hacer para permitir y garantizar la circulación y acceso a los yacimientos? Neuquén y Vaca Muerta estuvieron sitiadas 22 días en abril. Se perdieron inversiones, producción y empleo. No hubo luego un solo indicio para pensar que esto no vuelva a ocurrir en cualquier momento.
Justo cuando estaba por salir a la luz el proyecto del régimen de promoción a las inversiones en la industria vuelve al freezer. ¿Se habrán espabilado que menos intervención del estado acompañado de buenos precios del gas y el petróleo hizo la tarea de mejorar la producción en lugar de 2 años de jugar a las escondidas? Sin tanta alharaca las inversiones limitadas se están realizando igual. Sin dudas aparecerá el héroe o brujo que vio nubes oscuras y se arrogó el poder de hacer llover.
A partir de 2009, desde GyP lanzamos las licitaciones del Plan Nuevos Horizontes logrando los primeros 60 contratos de Vaca Muerta sin modificar una sola coma de la ley de hidrocarburos; 100% de las inversiones garantizadas con pólizas de caución, licitaciones abiertas, nuevos actores y empresas extranjeras. Funcionó sin ningún mito, ni rito ni súper héroe.
Podría ayudarnos la reflexión del genial Peter Drucker: “La planificación a largo plazo no es pensar en las decisiones futuras, sino en el futuro de las decisiones presentes”.
Nada más platónico e ineficaz que hacernos trampas al solitario creyendo que estamos atrayendo inversiones cuándo apenas se reinvierten los flujos disponibles de caja por no tener opciones, pensando en imponer nuestra visión sin la imprescindible empatía de lograr ponernos en los zapatos de los inversores manteniendo nuestras normas, valores y esencia.
(*)El autor es ex secretario de Energía de Neuquén.
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