Los mineros neuquinos que tienen un dinosaurio en la familia
La familia Parada, propietaria de Áridos Parada, cuenta la historia del Overosaurus Paradasorum. La minera fue creciendo al ritmo del desarrollo petrolero neuquino.
La familia Parada es una de las más emblemáticas de Rincón de los Sauces, y no solo por el trabajo que realizan en la localidad como comerciantes desde finales de los 70, sino también por la particularidad de que tienen un dinosaurio que los representa: el Overosaurus Paradasorum.
Carlos Alberto Parada conduce desde hace 20 años la empresa Áridos Parada, que en estos momentos emplea a más de 50 personas tanto en Rincón como en Añelo, y es quien nos cuenta no solo su historia como empresario, sino también como “arqueólogo improvisado”.
Su padre Carlos Víctor Parada era un camionero de Zapala que se mudó a Rincón en 1978 con el sueño de abrir su propio corralón. En ese entonces el pueblo tenía unos 300 habitantes y el emprendimiento pudo sostenerse durante décadas, acompañando el crecimiento sostenido de la ciudad, impulsado por el boom petrolero.
En el 2001 Carlos Alberto y León, dos de los hijos de Carlos Víctor, crearon la empresa Áridos Parada tras obtener la legalización de una cantera ubicada a unos 10 kilómetros de la pujante ciudad. “Minería de la provincia nos otorgó los permisos y apareció YPF, que fue nuestro primer cliente”, explicó el empresario. “Esto me abrió un panorama comercial importante para vender áridos de la denominada ‘tercera categoría’, que es el material más pobre desde lo mineral que se usa para todo lo que es caminos y locaciones petroleras”, agregó.
El negocio prosperó y los Parada lograron habilitar más canteras en la zona de Rincón y en Añelo. “Lo importante desde mi punto de vista es que le doy el valor agregado al material. Con el correr de los años compré equipamientos, maquinarias y todo lo que necesitamos para elaborar hormigón, desarrollar obras y construir caminos y locaciones. Y obviamente esto me permitió tener más empleados con un negocio estable”, señaló.
El empresario asegura que un 70% de las operadoras petroleras de la zona de Rincón son clientes directos de su empresa. “Fue todo hecho con esfuerzo propio, sin créditos de ningún tipo y sin ayuda del Estado”, afirmó.
Áridos Parada tiene hoy unos 50 empleados. El titular de la firma indicó que el “boom de Vaca Muerta” no afectó de manera significativa el crecimiento de su empresa, así como tampoco sufrió con tanta severidad la situación generada por la pandemia de Covid-19.
“No me vuelvo loco por Vaca Muerta como tampoco en su momento me volví loco por el proyecto de la minera Vale, que para muchos empresarios locales fue un dolor de cabeza porque hicieron grandes inversiones que se convirtieron en deudas insalvables tras la partida de la empresa. Siempre compramos lo justo y necesario para crecer, y especialmente para mantener nuestros compromisos. Mi papá me enseñó que el negocio petrolero un año está allá arriba y al otro se desmorona. Entonces si vos te endeudás hoy, tal vez mañana caés y no te parás nunca más”, aseguró.
“Con la pandemia nos encontramos con que teníamos ‘espalda’ para bancar los problemas financieros de la inactividad. Así que no despedí ni a un empleado. Todos los meses les pagué el sueldo y logramos estar al día con todos los requerimientos para poder entrar en los yacimientos”, puntualizó Parada, y agregó: “Creo que el personal es como una familia. Disfrutamos el trabajo y mantenemos la conducta en todo sentido”.
De una salida recreativa, a financiar el rescate de un fósi
En la década del 90 los Parada tenían como salida familiar paseos en motos de enduro por las bardas. En una de esas salidas, uno de los integrantes de la familia encontró en un cañadón lo que parecía ser el femur de un dinosaurio y decidieron regresar dos días después, ya con la idea de hacer su propia exploración arqueológica. En una zona más alta hallaron algo que parecían ser vértebras, e inmediatamente lo asociaron con el primer fósil enterrado en el “bajo”.
“Llamamos al Museo de Plaza Huincul, en donde nos atendió el paleontólogo Rodolfo Coria, que se acercó a Rincón, comenzó a “limpiar” con su pincel la zona del hallazgo y encontró seis vértebras articuladas, que era algo imposible de hallar en ese entonces”, recordó Carlos Parada.
Coria reconoció que no tenía los fondos para avanzar con una excavación tan importante, creyendo también que se trataba de un hallazgo extraordinario. Allí fue cuando la familia Parada le ofreció hacerse cargo. “Al final se trataba de un dinosaurio completo, desde la cola hasta la cabeza, y fue la primera vez que se encontró el cráneo completo de un herbívoro”, contó.
Un dinosaurio de Rincón tiene su gemelo en Japón
El paleontólogo norteamericano Paul Sereno, uno de los más famosos del mundo, estaba trabajando con un equipo de National Geographic en una excavación en el sur de Mendoza. Para abastecerse de yeso visitó varias veces el corralón de don Carlos Víctor Parada en Rincón y allí fue cuando la familia le contó sobre su hallazgo. Sereno visitó la excavación y quedó fascinado con este esqueleto a tal punto que decidió que National Geographic llevara sus cámaras a Rincón.
“Después también vino el Discovery Channel y los canales nacionales. Fue toda una revolución en el pueblo”, agregó Parada.
Cuando terminó la excavación, Coria tomó una decisión que los llenó de orgullo: decidió bautizar el herbívoro como “Overosaurus paradasorum” en honor a la familia que tanto lo ayudó para identificar y retirar los huesos.
El Overosaurus Paradasorum fue un titanosaurio herbívoro de fines del Cretácico Superior, una de las especies que dominó el paisaje de la Patagonia hace unos 80 millones de años.
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