Los microsismos son la clave para entender por qué tiembla Vaca Muerta
Son los que tiene menos de dos grados magnitud y permiten notar el comienzo de modificaciones. Esta semana de detectaron tres sismos.
La incógnita detrás del origen de los sismos que sacuden Vaca Muerta se reaviva cada vez que se registran nuevos en la zona. Esto ocurrió esta última semana, con un temblor el domingo que, según un grupo especializado de Chile, tuvo réplicas el lunes y el miércoles. Sin embargo, estos movimientos de fuerte impacto, que son percibidos por los vecinos, no son la pista principal para averiguar qué pasa, sino que la clave está en los “microsismos”.
Se trata de temblores de menos de dos grados de magnitud, que tienen que ser medidos de cerca para poder tener las características exactas. En ellos se enfoca el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres), porque permiten estudiar “la evolución de la zona”. La encargada de la explicación técnica es la subdirectora del organismo, Silvana Bustos.
¿Y por qué hay que ir en busca de los sismos más pequeños?: porque la investigación en la zona está dirigida a los posibles efectos de la hidrofractura (fracking) que se aplica para extraer hidrocarburos. Entonces, los movimientos de menor magnitud podrían mostrar el inicio de algún tipo de impacto de la actividad humana, o, por el contrario, si se trata de desplazamientos naturales.
“Al investigarlos y seguir su evolución, notás si empieza a haber una modificación”, detalló la especialista del Inpres. Pero, cuanta menor magnitud tengan, más equipo es necesario. Por eso, las expectativas están puestas en la red de 26 sismógrafos que proyectó desplegar la Provincia junto al organismo nacional, el Conicet y empresas del sector que conforman el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG). Actualmente se instalaron dos: uno en Sauzal Bonito, localidad donde se detectaron los temblores más fuertes, y el otro en Añelo, el “corazón de Vaca Muerta”.
Con estas estaciones se buscará “rodear” a los microsismos para poder “perseguirlos”. En el caso de movimientos de más magnitud, pueden ser medidos a 100 kilómetros de distancia, pero esto no ocurre con los de menor intensidad. Por esto, Bustos considera que el mapa de sismos realizado por Sismología Chile (que se transformó en Red Geocientífica Chile) fue elaborado con cifras imprecisas.
La subdirectora aseguró que con la red local se mejora la geolocalización, sobre todo para detectar la profundidad. Actualmente tiene un margen de error de 15 kilómetros, una distancia grande a la hora de determinar si son superficiales o profundos.
Desde el Inpres confían en que, con esta información, podrán dibujar el recorrido de los sismos para poder dar con su origen. Pero para esto habrá que esperar al menos dos años: uno para que terminen de desplegar el equipo y otro de recolectar los datos.
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