Los internos de la cárcel de Bariloche reclamaron por el tamaño de las raciones de comidas y la falta de talleres
El hecho coincidió con la visita del director provincial del servicio penitenciario, Hugo Cecchini. Finalmente la situación se descomprimió con promesas de cambio.
El malestar de un grupo de internos por las raciones de comida, la falta de talleres y de tratamientos detonó ayer en el penal 3 de esta ciudad. Presos del pabellón 1 tomaron de rehén a un empleado del servicio penitenciario provincial como forma de protesta para exigir mejoras en la unidad penitenciaria.
La toma de rehén coincidió con la visita del director provincial del servicio penitenciario, Hugo Cecchini, a la cárcel de Bariloche. El funcionario provincial estuvo a la cabeza de las negociaciones, junto con la jueza de ejecución penal, Sandra Ragusa, y el fiscal Guillermo Lista.
Los incidentes comenzaron ayer al mediodía. Un grupo de internos retuvo en un primer momento a los celadores que efectuaban el recuento de los detenidos en las celdas. El jefe de trabajo entró a negociar al pabellón con los internos y consiguió que liberaran a los celadores, pero lo dejaron a él de rehén.
La noticia de los incidentes atravesó pasadas las 13 los muros del penal de Bariloche. A medida que pasaban los minutos, familiares de los presos se congregaban en la puerta de acceso a la unidad penitenciaria por el horario de visita. Allí, comenzaron a recibir mensajes desde el interior de la cárcel de lo que ocurría en el interior del penal. El hermetismo era total. El nerviosismo iba en aumento porque ninguna autoridad penitenciaria salía a informar lo que pasaba.
“Mi mamá tiene 64 años y estamos desde las 13 esperando que nos dejen pasar a ver a mi hermano”, reclamaba una joven en la vereda frente al acceso. “Lo único que quiero es que no le peguen a mi hermano y que no lo trasladen”, manifestó, afligida, la joven. Otras mujeres, con niños pequeños, esperaban alguna explicación oficial pegadas al alambrado que marca el límite de la unidad penitenciaria, que está ubicada en la calle Beschtedt y Chubut, a pocas cuadras del centro de Bariloche.
Alrededor de las 15 arribaron los defensores oficiales Marcos Miguel y Blanca Alderete. Mientras, afuera, algunas mujeres preguntaban a las empleadas penitenciarias si podrían visitar a sus familiares. Alrededor de las 15.17 se les informó a los familiares que la situación se había tranquilizado y pudieron entrar a la cárcel.
Cecchini, Ragusa y Lista explicaron en una conferencia de prensa que la toma de rehenes había finalizado sin apelar al uso de la violencia. “No se utilizó la fuerza, solo el diálogo”, aseguró Cecchini. Aclaró que los internos no tenían armas, ni provocaron daños, ni lesionaron al personal.
Dijo que reclamaban artículos de limpieza, talleres y los tratamientos psicológicos. También, exigieron que las raciones de comidas sean más grandes y por los beneficios como salidas transitorias. Sostuvo que incorporaron nuevos profesionales para reformar el gabinete que trata a los internos. En el penal hay problemas por las adicciones.
Cechini comentó que tres internos empezaron el incidente, pero después se sumó la mayor parte de la población carcelaria al reclamo. Destacó que la calma retornó a partir de que pudieron dialogar con los detenidos.
Un problema histórico: la falta de espacio
La falta de espacio es un problema histórico en el penal 3 de Bariloche. Las autoridades de la cárcel local informaron que hasta ayer había 120 personas alojadas en esa unidad, entre condenados y procesados.
Explicaron que los procesados superan a la población de personas condenadas. El dato lo aportaron en la conferencia de prensa que el director provincial del servicio penitenciario, Hugo Cecchini, brindó después de que se normalizara la situación. Un fallo judicial de mayo de 2015 ordenó que la capacidad máxima no podía superar las 94 detenidos en situaciones de emergencia.
“No podemos sacar a los internos a los talleres porque no da abasto el espacio”,
explicó Cecchini.
Solo un grupo reducido de internos accede al taller de carpintería que representa una fuente de trabajo, porque lo que fabrican lo pueden vender y generar un ingreso para sus familias.
Cecchini dijo que con la construcción de un galpón en un sector de la planta alta del edificio podrán paliar la falta de espacio que existe en el penal de Bariloche.
Respecto al reclamo por el tamaño de las raciones de comida, el funcionario provincial dijo que los menús son preparados de acuerdo a lo que indican nutricionistas. “La comida tiene la calidad de siempre”, aseguró y destacó que en la cárcel local ese trabajo lo hace una cocinera profesional.
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