Los homicidios de Cárdenas y Carrasco, heridas que siguen abiertas
Como todos los 17 de junio marchan desde el Alto de la ciudad hasta el centro para que se castigue a los policías responsables. El juicio arrancará en octubre.
En la casa de Carmen Curaqueo hubo años donde el tiempo se detuvo. El dolor fue tan grande por la muerte de su hijo Nicolás Carrasco que no había fuerzas para nada. Con el apoyo de sus hijas siguió adelante. Pero el dolor permanece. No se va.
Para Karina Riquelme nada fue fácil en estos 8 años. Tuvo que luchar sola con sus hijos pequeños para que la causa por el homicidio de su esposo Sergio Cárdenas no caiga en el olvido. Peleó contra la burocracia del Poder Judicial. Su esfuerzo permitió que la investigación avanzara. Una semana después de que sepultara a su esposo, Karina salió a recorrer el barrio 170 Viviendas en busca de alguna filmación, de una fotografía que ayude a identificar a los policías que la tarde del 17 de junio de 2010 dispararon con postas de plomo contra Sergio. De rebote, una de ellas entró en la espalda de Sergio y causó lesiones graves y murió casi en el acto.
“Con todo el dolor en mi corazón, me recorrí todo el barrio hasta que llegué a una filmación de una persona que justo estaba filmando cuando Sergio cae herido. Yo fui la que llevé esa prueba”, contó. Gracias a esa filmación, un perito pudo establecer cuáles fueron los policías que posiblemente dispararon contra Sergio”, recordó Karina.
Pero la fiscalía sólo pudo acusarlos por homicidio en riña, porque no se pudo identificar hasta el momento al autor del disparo fatal.
Karina recordó que su esposo se había pedido licencia en el hotel Llao Llao, donde trabajaba, para disfrutar del Mundial de Sudáfrica.
Cuando Karina regresó del trabajo, Sergio había preparado el almuerzo. Ni sabía que esa madrugada el cabo Sergio Colombil le había disparado por la espalda a Diego Bonefoi, que había muerto porque el proyectil impactó en la cabeza del chico de 15 años. Tampoco estaba enterado de que familiares y amigos de Diego protestaban contra el personal policial de la comisaría 28ª. En ese momento en la casa de Karina sólo importaba el fútbol.
Karina recordó que su hermana la llamó y le pidió si podía ir a buscarla porque la policía tiraba gases lacrimógenos que entraban a la casa. Su hermana vivía a pocas cuadras.
Karina relató que le pidió a su esposo que la acompañara. Sergio no quería ir porque estaba viendo un partido del Mundial. Hasta que lo convenció. Fueron hasta lo de su hermana y los disparos de los policías y los gritos y las piedras retumbaban por las calles del barrio.
Karina entró a la casa de su hermana y Sergio se quedó afuera, apoyado en un paredón mirando lo que pasaba en las calles. “No pasaron más de cinco minutos que me avisan por la ventana que a Sergio lo habían llevado herido al hospital”, rememoró. Pensó que había recibido un piedrazo.
Cuando llegó al hospital Ramón Carrillo su esposo había muerto. El perdigón de plomo había perforado una arteria. Tenía 29 años.
Casi a la misma hora, Carmen corría hacia el hospital porque su hijo había sido herido por varios perdigones. En las primeras horas de la madrugada del 18 de junio, Carmen se enteró de que Nino había muerto por cuatro heridas con perdigones de plomo.
A partir de ese instante, todo cambió. “Para mí es como que el tiempo no pasó. Como que se detuvo”, explicó Carmen. Indicó que en todos los proyectos que tenían como familia por el 2010 estaba Nino.
Pero la muerte de Nino es un dolor muy grande. “Es un vacío que nunca lo voy a reemplazar con nada”, sostuvo.
Intenta calmar ese dolor pensando que su hijo está en un lugar mejor. “Me gustaría que alguien me explique por qué me tocó a mí”.
El juicio contra el exsecretario de Seguridad de la provincia Víctor Cufré, el exjefe de la Policía de Río Negro, Jorge Villanova; el exjefe de la Unidad Regional Tercera de Bariloche, Argentino Hermosa, y de los comisarios Fidel Veroiza y Jorge Carrizo comenzará el 8 de octubre próximo. Están acusados por el delito de homicidio culposo. Se les atribuye haber actuado con negligencia y no haber impartido las órdenes de acuerdo a los protocolos vigentes para dirigir las acciones de los policías que protagonizaron la brutal represión del 17 de junio de 2010, en barrios del Alto de Bariloche.
También serán juzgados los policías Víctor Darío Pil, Marcos Rubén Epuñan y Víctor Hugo Sobarzo por el delito de homicidio en riña de Cárdenas.
“Ahora por lo menos cuando marchamos no nos cierran las puertas de los negocios. La gente nos juzgó sin conocernos, lamentó Carmen.
Cada 17 de junio, los familiares de Nino y Sergio marchan desde el Alto de la ciudad hasta el centro para pedir justicia.
Carmen dijo que aunque se haga el juicio “nunca se va a saber quién le disparó a Nino, el verdadero culpable, y eso causa mucho dolor”.
Pero quiere que los exjefes policiales expliquen por qué la Policía actuó de esa manera el 17 de junio de 2010. El juicio ayudará a paliar un poco la tristeza. Carmen dijo que tal vez su hijo podrá descansar en paz.
El juicio, en octubre
El juicio comenzará el 8 de octubre y se extenderá hasta el 24. Hay casi 200 testigos citados. El tribunal estará integrado por el juez Marcelo Barrutia (penalista) y los jueces Juan Lagomarsino (camarista laboral) y Emilio Riat (camarista civl). El fiscal será Martín Lozada y habrá abogados querellantes, en representación de Karina Riquelme, viuda de Sergio Cárdenas, y de los padres de Nicolás Carrasco.
“Si tuviéramos una Justicia justa no tendríamos que haber esperado tantos años para
el juicio”,
sostuvo Karina Riquelme, la viuda de Sergio Cárdenas.
“No espero una Justicia justa”
“La verdad que estoy esperando con muchas ansías que llegue octubre, aunque no espero una justicia justa”, sostuvo Karina Riquelme la viuda de Sergio Cárdenas, que murió por un perdigón de plomo que dispararon policías.
“Si tuviéramos una justicia justa no tendríamos que haber esperado tantos años para el juicio y la poca intención que hubo por resolver estos crímenes”, señaló.
“Pero deseo ver sentados en el banquillo de los acusados a los que fueron responsables de haber terminado con los sueños de una familia”, enfatizó “Son ocho años de desprotección, de desamparo. Siento que la justicia no es igualitaria, siempre favorece a los ricos y poderosos”, lamentó.
“Sólo mis hijos y yo sabemos lo que hemos sufrido. Han sido años muy duros y van a seguir siendo duros”, explicó.
Lamentó que la imputación es por homicidio en riña, porque no se pudo identificar por ahora al autor del disparo letal.
Por eso, la acusación es contra tres policías. “A no ser que alguno de los responsables se quiebre, que sería algo increíble, pero lo dudo…”.
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- “Si tuviéramos una Justicia justa no tendríamos que haber esperado tantos años para
el juicio”,
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